Cuando la Policía orteguista dio con el área de Redacción de LA PRENSA, en el segundo piso de uno de los tres edificios, lo primero que preguntó fue dónde estaban las conexiones de los servidores y quién era el encargado del departamento de sistemas. Era el mediodía de este viernes 13 de agosto.
En la sala de Redacción solo se encontraban cinco personas: dos periodistas, un corrector ortográfico, un diagramador y un digitalizador. El resto del personal de esa área estaba trabajando desde sus casas como medida de seguridad ante la pandemia del Covid-19 y para evitar precisamente la retención del equipo periodístico.
“A uno de los periodistas le mandaron una foto donde sale una patrulla frente a las oficinas administrativas, eran como las 12:20 (del mediodía), entonces decidimos ir a comprar comida y también a ver qué pasaba. Pero cuando íbamos saliendo, venían cuatro policías y lo que andaban buscando en primera instancia eran los servidores, también preguntaron dónde estaba el área de sistemas”, comentó el diagramador.
Un equipo técnico de la Dirección de Auxilio Judicial, funcionarios de la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Ministerio Público se presentaron a las instalaciones de este Diario para realizar las “investigaciones” por supuestos delitos de “Defraudación aduanera, Lavado de dinero, bienes y activos en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense”.
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Una vez que la Policía —principal brazo represor del régimen de Daniel Ortega— se tomó las instalaciones, reunió y retuvo por casi dos horas al personal administrativo que se encontraba en las oficinas. Además, cortó el acceso a internet, energía y desconectaron todos los servidores dentro de LA PRENSA.
“De repente vimos que LA PRENSA estaba llena de policías y patrullas. Nos fueron sacando de las oficinas y nos dijeron que debíamos concentrarnos en el parqueo. No hubo mayor comunicación con nosotros y se centraron en Juan Lorenzo Holmann (secretario de la Junta Directiva), finanzas y bodega”, declaró uno de los periodistas.
“Andaban insistentemente buscando algo”
La orden de los agentes policiales fue que se dirigieran al parqueo, no apagaran sus computadoras y se llevaran sus teléfonos y pertenencias. Allí, el personal de Redacción se encontró con los trabajadores del departamento administrativo. Eran como 50 personas retenidas y custodiadas por la Policía. No podían atender llamadas. Estaban totalmente desconectados.
“Empezaron a preguntar por el encargado del departamento de sistemas, de bodegas y de contabilidad. También llegó un policía a preguntar si sabíamos cuánto pesaba una bobina (de papel), luego otro diciendo que era un proceso que estaba haciendo la DGA. Andaban insistentemente buscando algo”, relató el diagramador.
“No nos interrogaron y aunque no nos quitaron los celulares nos dijeron que no podíamos usarlos”, añadió.
“Al que le sonara el teléfono no podía contestar. Uno que recibió la llamada y trató de atender, le amenazaron que le iban a quitar el teléfono si volvía a responder una llamada”, contó por otro lado uno de los conductores de este Diario, quien fue detenido afuera de las instalaciones de LA PRENSA por documentar con su teléfono lo que sucedía. Fue enviado al parqueo, junto al resto del personal.
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Entre el grupo de trabajadores, las mujeres eran las que estaban más nerviosas y la angustia se intensificó cuando el resguardo policial pasó a manos de los antimotines. “Eso nos puso nerviosos”, agregó la fuente, quien no pudo dar un aproximado de agentes policiales, pero señaló que “eran un montón”. Eran cinco patrullas y dos camionetas Hilux.
Mientras pasaban los minutos, los trabajadores detenidos solo podían ver cómo se movilizaba de una oficina a otra, de un edificio a otro, el secretario de la Junta Directiva de LA PRENSA, escoltado por agentes policiales. “Miramos a don Juan Lorenzo preocupado, sudando”, describió el diagramador.
Alrededor de las 2:00 de la tarde, la Policía les dijo a los trabajadores que tenían “libre movilidad”, que podían elegir retirarse a sus casas o ir a almorzar y “seguir trabajando”. “Pero nada de eso, todos nos fuimos, quién se iba a quedar (…) solo quedaron los encargados de los departamentos como contabilidad”, refirió el conductor de este Diario.
Este sábado la Policía se mantiene en las instalaciones de LA PRENSA. El secretario de la Junta Directiva fue trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial supuestamente para firmar unos documentos, pero hasta ahora no se tiene información de él. Todos los trabajadores que quedaban fueron sacados a eso de las 3:30 de la madrugada de las oficinas.