El año 135 d. C. el Imperio romano destruyó Jerusalén y otras ciudades, prohibiendo a los judíos quedarse o reestablecerse en Jerusalén o en sus alrededores, renombrando a la Judea como Palestina y a Jerusalén como Aelia Capitolina. Los judíos se dispersaron por el mundo (diáspora). Palestina empezó a ser poblada por gente de las poblaciones vecinas junto con un pequeño remanente de judíos. Al Imperio romano le sucedió el Imperio bizantino que gobernó Palestina a partir del siglo IV. El año 611 se produjo la invasión de los persas que tomaron Jerusalén y destruyeron las iglesias bizantinas. El gobierno bizantino se restauró en el 628. El islam y la civilización árabe llegaron a Palestina el 638, cuando el califa Omar, segundo de los sucesores de Mahoma, aceptó la rendición de Jerusalén por parte de Bizancio, seis años después de la muerte de Mahoma. En 1071 los turcos tomaron Jerusalén. En 1099 los cruzados desplazaron a los turcos. En 1187 el sultán kurdo-musulmán Saladino derrotó a los cruzados.
En 1516 los turcos otomanos añadieron Palestina a su imperio y dos décadas más tarde el sultán Solimán el Magnífico erigió las murallas del casco antiguo de Jerusalén. Tras la desintegración del Imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido quedó dominando el territorio de Palestina. Luego de la Segunda Guerra Mundial y tras el Holocausto, la diáspora judía presionó por establecer un Estado judío con la división entre judíos y palestinos del territorio controlado por los británicos. Miles de judíos empezaron a llegar a Palestina: un plan de la ONU les daba el 56 % del territorio. El problema fue que los palestinos tenían 1,300 años de poseer esas tierras.
En 1948 se retiraron los británicos y los judíos establecieron el Estado de Israel. Egipto, Siria, Jordania, el Líbano e Irak invadieron Israel. Los judíos derrotaron la invasión y tomaron el control del 77 % de Palestina (el plan original les ofrecía el 56 %). 750,000 palestinos tuvieron que refugiarse en países vecinos expulsados por tropas judías. En 1967 se dio la Guerra de los seis días entre Israel y una coalición árabe. Israel capturó la Franja de Gaza y la península del Sinaí, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) y los Altos del Golán. Medio millón más de palestinos tuvieron que emigrar. En 1973 Egipto recuperó el Sinaí.
La Palestina actual está dividida en dos territorios separados: Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) gobernada por la Autoridad Palestina (pero sometida a Israel) y la Franja de Gaza controlada por el grupo palestino Hamás. Los palestinos demandan tener un Estado soberano y que se conforme de acuerdo con los límites previos al 4 de junio de 1967, antes del comienzo de la Guerra de los seis días, devolviéndole Israel los territorios ocupados en Cisjordania.
Pero Israel construye asentamientos en los territorios ocupados de Cisjordania. Hasta ahora pusieron más de medio millón de judíos en esas viviendas y siguen avanzando a pesar de la condena internacional porque se considera una acción ilegal, incluso por Estados Unidos, aliado de Israel. Existen 10.6 millones de refugiados palestinos en su propio territorio (desalojados de sus casas) y en países vecinos. Jerusalén, reclamada como capital por judíos y palestinos, fue declarada recientemente por los judíos capital de Israel (sustituyendo a Tel Aviv); hecho condenado por la ONU que propone a Jerusalén como “ciudad internacional”, por ser ciudad santa para cristianos, judíos y musulmanes.
Es un conflicto complicado, difícil de resumir. Los gobiernos de EE. UU., la Unión Europea, Rusia y otros proponen: 1) El reconocimiento mutuo de la existencia de dos Estados libres, soberanos e independientes. 2) Que se respeten las fronteras anteriores a la Guerra de los seis días, devolviendo Israel los territorios ocupados, incluyendo los asentamientos judíos en Cisjordania. 3) Que se defina el estatus de Jerusalén, declarándola “ciudad internacional” bajo la administración de la ONU.
El autor es comentarista de temas políticos y religiosos.
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