14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Cuatro riesgos económicos que amenazan la meta de crecimiento de Nicaragua y cómo Ortega empeora las condiciones

Diversos economistas advierten de una serie de retos macroeconómicos que afronta el gobierno de Daniel Ortega para lograr que la economía crezca, después de tres años consecutivos de caída, producto de la crisis sociopolítica y sanitaria.

A medida que la economía transita en la segunda mitad del año, los riesgos sobre la ambiciosa meta de crecimiento que el Gobierno mantiene se han incrementado en el exterior, situación que empeora por el clima de hostilidad electoral que el régimen de Daniel Ortega ha propiciado, lo que profundiza la incertidumbre, según coincidieron economistas consultados por LA PRENSA.

Oficialmente el Banco Central de Nicaragua (BCN) mantiene su meta de crecimiento entre 2.5 y 3.5 por ciento para este año, aunque en entrevistas recientes no descartó que la misma pueda superar inclusive la tasa de expansión de seis por ciento, una expectativa que también comparte el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

A nivel externo, la nueva variante delta, que es altamente contagiosa, se propaga con mayor velocidad en las economías industrializadas, lo que puede desembocar en nuevos confinamientos y podría afectar la demanda de productos de países como Nicaragua, especialmente los que producen zona franca.

Además el petróleo y derivados continúan altos, lo que ha ocasionado en Nicaragua que los precios de los combustibles, fundamentales en todos los eslabones de la producción y servicios, alcancen niveles récord. Esto ha trascendido al gas butano, situación que golpea los salarios de los nicaragüenses e incide en el consumo, fundamental para lograr mayores tasas de crecimiento.

A nivel internacional, el barril de WTI —de referencia para Nicaragua— ayer cerró en 70.57 dólares, por “preocupaciones sobre la propagación del covid-19 en particular en Asia, y su impacto en la economía mundial”, según informó AFP.

Sin embargo, analistas han advertido que el crudo puede llegar a superar la barrera de los 100 dólares, si la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo no equilibra el bombeo diario, lo que tiene un efecto sustancial en la economía nicaragüense, altamente dependiente del crudo.

El problema es que el contexto interno no ayudaría a amortiguar el impacto de esas amenazas. Según los analistas, un mayor deterioro del contexto electoral está profundizando el aislamiento de Nicaragua a nivel internacional, lo que reduce cualquier posibilidad de recuperar la inversión privada y extranjera. También golpea la certidumbre del sistema financiero, que aún no logra reactivar la entrega de crédito.

Tal es la falta de optimismo con la economía de Nicaragua, que si bien la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su última actualización mejoró la posición del país, dejó la tasa en dos por ciento. El Banco Mundial mantiene que será de 0.9 por ciento y el Fondo Monetario Internacional, 0.2 por ciento.

En tanto, The Economist Intelligence Unit (EIU) prevé un alza de 3.3 por ciento, muy similar a la proyección de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) de 3.7 por ciento. Ninguno ve a la economía creciendo el seis por ciento que el Gobierno está barajando.

Según el Banco Central de Nicaragua, hasta mayo el Índice Mensual de la Actividad Económica había crecido 7.8 por ciento, impulsado principalmente por el comportamiento de la extracción de minas y canteras, la construcción y la industria manufacturera.

Lea además: ¿Qué hay detrás de los fortísimos aumentos de la economía que arrojan las cifras del BCN?

En ese contexto, estos son los riesgos que se han incrementado para Nicaragua y su meta económica.

1. Variante delta y el Covid-19

El economista Néstor Avendaño en su blog personal identificó, en un análisis titulado “Estamos en un momento económico extraño”, los dos principales riesgos “importantes” para la recuperación y los que están a la vista son “el problema político imperante desde abril de 2018, con las secuelas de las sanciones financieras internacionales que afectan principalmente la inversión pública en infraestructura económica y social, y la propagación de variantes más contagiosas del Covid-19, como son las variantes delta y delta-plus, un desafío para los países de economía en desarrollo de bajos ingresos con bajas tasas de vacunación, entre los cuales se encuentra Nicaragua”.

De hecho, mientras en Estados Unidos advierten sobre un freno de la recuperación del empleo y el consumo, en China las autoridades se alarman ante el incremento de los contagios y su posible impacto en el rebote de la actividad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a la variante delta como una variable de “preocupación”, al tener evidencia de un aumento en la transmisibilidad o que la enfermedad sea más grave (por ejemplo, aumento de hospitalizaciones o muertes).

Pese a que uno de los casos reportados por Costa Rica llegó procedente de Nicaragua, el Ministerio de Salud (Minsa) hasta la fecha no ha informado sobre la presencia de alguna variante en el país. Sin embargo, médicos independientes no descartan la presencia de estas variables del SARS-CoV-2.

El economista Alejandro Aráuz manifestó que evidentemente la gestión de la pandemia tendrá un impacto en la economía. “Solo una buena gestión de la pandemia va a permitir que la economía no se contraiga más, sin embargo como somos una economía pequeña, dependemos de lo que suceda en las grandes potencias. En el mundo hay una preocupación en todos los países por la variante delta, porque esto puede afectar el crecimiento de las economías del mundo. Por eso, puede verse como un factor de más alto riesgo dentro de los impactos externos”, dijo Aráuz.

Lea también: ¿Es posible que el PIB alcance 4.8 % como prevé The Economist este 2021?

“La lucha contra el nuevo coronavirus es un riesgo mayor y está lejos de terminar, porque las dos terceras partes de la población mundial que no vive en países de economía avanzada o en China se encuentran en una situación muy complicada por la escasez de vacunas”, dijo Avendaño en otro análisis, titulado “La economía de Nicaragua creció a un ritmo promedio anual de 2.1% en mayo”.

De hecho, el informe de julio de The Economist Intelligence Unit analiza que habrá varios obstáculos que no permitirán un crecimiento más rápido a corto plazo en el mundo. “La pandemia tiene un potencial considerable para frenar las actividades de servicios, incluso sin la imposición de medidas formales de contención”, señaló.

La situación en Nicaragua empeora por el lento avance del programa de vacunación del Gobierno, donde menos del tres por ciento de la población, al 25 de junio,  había recibido una dosis. Además el virus en el país se está expandiendo a mayor velocidad, según muestran las cifras del Minsa y del Observatorio Ciudadano.

2. Alza constante en los combustibles

Otra amenaza que se está materializando son las constantes alzas de los combustibles, impulsadas por un petróleo más caro a nivel internacional y que los analistas no descartan que el mismo llegue a los 100 dólares, algo no visto desde el 2008. Ya el Banco Central de Nicaragua lo había identificado entre los riesgos este año.

“En cuanto a los combustibles, hay una tendencia a nivel internacional de que el precio del petróleo se va a estabilizar; el problema del combustible no es que baje o suba, el problema es la cartelización, o sea la cadena monopólica de formación de precio del petróleo”, dijo Aráuz.

Un reporte del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHCA), que forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana, revela que si a los precios de los combustibles se les excluye el componente de impuestos, Nicaragua no solo tiene los precios al consumidor más altos de la región, sino que también la brecha entre el precio de las gasolinas con respecto a lo que pagan los demás centroamericanos es muy marcada.

Puede interesarle: Economist Intelligence: orteguismo no se va del poder en 2021, pero pasará aprietos por economía deprimida

Toda esta situación además ha ocasionado una espiral alcista en el costo de la canasta básica, que hasta junio se había situado en 15,305.34 córdobas. Avendaño en su análisis se muestra optimista en que los precios tendrán que estabilizarse.

“Las autoridades gubernamentales tendrían que examinar los pros y los contras del riesgo de la inflación ante la desaceleración del mercado laboral al que todavía le faltan casi un millón doscientos mil puestos de trabajo para aproximarse al pleno empleo en el largo plazo, o sea, en más de tres años. Si los consumidores y los empresarios esperan precios más altos, corremos el riesgo de que surja la espiral salario-precio, y elevaría más la inflación. En esta situación, pronosticar la inflación sería una tarea bastante difícil y la programación presupuestaria para las empresas y los hogares también será muy difícil”, afirmó.

La inflación hasta junio alcanzó el 2.24 por ciento. “Yo creo que la inflación se puede controlar con el modelo que hemos estado manejando desde hace varios años y ha sido efectivo”, dijo Aráuz.

3. Contexto político, las sanciones e inversión

Los riesgos antes mencionados se ven empeorados por la crisis política, que data desde el 2018, pero que ha empeorado este año y más a medida que se acercan las elecciones del próximo 7 de noviembre. El régimen de Ortega ha puesto en marcha la aplicación de una batería de leyes represivas, que se fabricaron desde finales del año pasado y que ha desembocado en la aprehensión de la mayoría de los líderes de la oposición, incluidos siete precandidatos presidenciales.

“En la economía de Nicaragua podemos considerar como un importante riesgo el ambiente político, porque ya está incidiendo en un crecimiento sostenido o de recuperación del país, primero porque los flujos de inversión externa no están creciendo y no van a crecer, van a permanecer en un nivel bien bajo y recordemos que el factor de crecimiento se llama inversión. Ahora bien, ¿podrá la inversión del Gobierno suplantar la inversión privada o extranjera? No puede, porque es muy pequeña, apenas representa el 10 por ciento del PIB y es focalizada prácticamente en mejoramiento de carreteras, hospitales, que es cierto que genera dinamismo, pero no va a generar el empleo que se necesita”, afirmó.

De igual forma, recientemente The Economist advirtió que habrá más tensión política en Nicaragua a medida que se acerquen las elecciones generales del próximo 7 de noviembre y, en consecuencia, ve a este país “cada vez más aislado, tanto a nivel regional como global”.

A eso se suma que el Gobierno de Estados Unidos advirtió a finales de julio que invertir en Nicaragua es sumamente riesgoso, tomando en cuenta la aprobación de leyes represivas, la falta de transparencia en la publicación de datos, el aumento de la corrupción, la ausencia de vuelos comerciales, los antecedentes de expropiación, las reformas fiscales que dañan los márgenes de ganancia de los inversores, entre otras cosas.

El sociólogo y economista Óscar René Vargas afirma: “Algo que no están viendo es la inversión extranjera, la perspectiva es que no va a superar el monto del 2020; los inversionistas locales por la incertidumbre política tampoco quieren invertir. Ese factor es importante porque tiene reflejo en el empleo y si no hay empleo, no hay consumo. La gente ni siquiera pude comprar la canasta básica. Lo otro es la inversión de los propios nicaragüenses, que prefieren invertir fuera”.

4. La contracción del crédito

El deterioro del clima político en Nicaragua mantiene frenado a uno de factores determinantes para la recuperación económica y que sin su mejoría, difícilmente la recuperación será mayor: el financiamiento hacia las actividades productivas y servicios.

“Lo otro es el crédito bancario que se ha limitado, lo cual es sumamente importante para que haya una reactivación en los sectores económicos”, sostuvo Vargas.

Hasta mayo el crédito ha tenido un comportamiento mixto, un mes crece y el otro cae. En el quinto mes del año creció apenas el equivalente a dos millones de dólares, con respecto al acumulado hasta abril. Solo en ese mes antes citado la cartera se contrajo 36 millones de dólares.

Hasta mayo de este año la cartera bruta de crédito ascendía a 3,355 millones de dólares, aún lejos de los 5,076 millones de dólares acumulados antes de la crisis sociopolítica. Es decir, que la economía aún necesita recuperar 1,721 millones de dólares en inyección de liquidez para que las actividades puedan alcanzar sus niveles previos a los tres años de recesión.

Otros problemas

Otros problemas que podrían incidir son el alza de la materia prima a nivel mundial y la escasez de transporte para las exportaciones e importaciones.

Por el lado de las exportaciones, Aráuz considera que los precios internacionales están ayudando “y la tendencia se va a mantener. Eso puede ayudar al país a generar ingresos importantes, pero lo que sí está afectando es el encarecimiento de la materia prima”.

El economista Avendaño en su blog recuerda que “la economía del país está saliendo de un hoyo, el tercero más profundo desde el gran desplome de 32.2 por ciento del PIB real registrado en el bienio 1978-1979 con la caída del régimen de Anastasio Somoza Debayle, y de la gran reducción de 12.8 por ciento del PIB real observada entre 1980 y 1990 debido a la política macroeconómica ineficiente y demasiado expansiva y a la guerra de agresión. El riesgo más grande para salir del hoyo actual es otra severa ola de contagio de las variantes delta y delta plus del coronavirus”.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí