14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Juan Barrera estuvo amarrado ante la defensa de Haití. LA PRENSA/ CORTESÍA/ FENIFUT

El techo dejado por Henry Duarte sigue siendo demasiado alto en la Azul y Blanco

La Azul y Blanco no logró un juego agresivo ni una conexión con la afición y se despide de Catar 2022 sin pena ni gloria

Se esperaba más de la Azul y Blanco en Puerto Príncipe. No pensé ni nunca la vi ganando a Haití, porque estaba en casa y contaba con mejor potencial, pero sí imaginé marcando al menos un gol que despidiera el proceso con alguna buena sensación, una señal inequívoca de que el equipo nacional avanza por un buen camino irrespetando nuevamente a un rival superior, llenando de ilusiones como lo hizo hace seis años.

La Azul y Blanco estuvo lejos de las expectativas porque, más allá del resultado (perdió 1-0), futbolísticamente el equipo quedó a deber en ofensiva y en su capacidad de generar ilusiones. El único disparo a gol lo realizó Francisco Flores, un lateral izquierdo. Increíble. Así, con tan pobre ofensiva, no se pueden lograr las sorpresas y acaparar la atención de todo un país que vivió a flor de piel las históricas eliminatorias mundialistas de Rusia 2018 de la mano de Henry Duarte, quien ha dejado un techo bastante alto en lo deportivo y emocional porque acercó al aficionado con la Selección, un logro también del técnico costarricense.

Puede interesarte: La Azul y Blanco se hunde en un contragolpe y se despide del sueño mundialista en Haití

Nicaragua disipó la poca ilusión que había generado a la hora de juego. En un contragolpe Haití encontró vía directa al área de Denis Espinoza, lo mejor de la Azul y Blanco por su buena colocación e intervención en momentos puntuales, a excepción de esa jugada donde nada pudo hacer. La tropa de Juan Vita a partir de ahí se desvaneció, la fuerte lluvia apagó las ideas y el resto de cambios revulsivos llegaron tarde.

En el partido más importante de Juan Vita, no estuvo a la altura, más allá del resultado. El equipo no mostró variantes efectivas, tampoco fue capaz de marcar un gol que metiera presión al partido e inyectar ilusión. Era su prueba fuego y quedó a deber porque se repitió la falta de gol y la carencia de argumentos ante adversarios fuertes. Si algo caracterizó a la anterior eliminatoria fue la capacidad ofensiva de la Azul y Blanco, que fue protagonista cuando menos se le esperaba, como contra Jamaica, generando ilusión y aumentando la fe de una afición que tendrá como referencia esa eliminatoria.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí