Una profunda indignación ha generado en la gran mayoría de la población católica la decapitación del monumento dedicado a monseñor José del Carmen Suazo, ubicado a pocos metros del Santuario de la aparición de la Virgen de Cacaulí, zona del municipio de Somoto, en Madriz.
El monumento dedicado a monseñor Suazo, fallecido el 29 de enero del 2015, habría sido decapitado en horas de la tarde del pasado domingo por delincuentes aún no identificados, lo que ha generado indignación y repudio de toda la feligresía católica de Somoto, quienes exigen que las autoridades policiales le dediquen tiempo a las investigaciones y den con los que cometieron el acto que demuestra el odio y desprecio que prevalece en contra de la Iglesia católica, sus símbolos y representantes.
“Aquí nadie duda de dónde viene ese odio contra la Iglesia católica, porque atacar sin piedad una estatua dedicada a monseñor José del Carmen Suazo es atacar a la Iglesia. Estamos cada día viendo más odio y desprecio a la vida y el irrespeto a la fe cristiana de la población católica por parte del poder que tiene doble discurso de amor y paz, pero hace lo contrario, atacando a la Iglesia, agrediendo a nuestros sacerdotes, templos y a la misma feligresía”, dijo el campesino Luis Felipe Gutiérrez Manzanares, habitante de Cacaulí.
Por su parte, la abogada somoteña Claudia Marieta Medina se mostró asombrada por los hechos, “es un mensaje subliminal, así amenazan con cortar la cabeza de la Iglesia”, manifestó la profesional del derecho quien es una fiel católica en la ciudad de Somoto.
El abogado somoteño Hermidio Díaz Medina se pronunció indignado por el atentado, señalando que es un atentado a la Iglesia y la fe católica, “lo menos que puede hacer la Policía es investigar el caso y dar con los malhechores y capturarlos por el daño que hicieron al monumento de monseñor José del Carmen Suazo, porque era un líder espiritual muy querido por los somoteños y por toda la feligresía madricense”, señaló.
“Es un vandalismo que no debe de quedar impune por el sacrilegio para nosotros los católicos y es un agravio contra la Iglesia católica, donde la gran mayoría de la población somoteña es católica, entonces que procedan las autoridades policiales a esclarecer estos hechos criminales. Monseñor José del Carmen Suazo fue un gran sacerdote muy querido por todas las familias campesinas que él visitó y ayudó en vida”, expresó muy indignada la doctora Rosalinda Palma, originaria de la ciudad de Somoto, en Madriz.
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Autoridades policiales callan
En años anteriores, delincuentes desconocidos destruyeron parte de los adornos que decoran el lugar alrededor de la tumba en el cementerio municipal de la ciudad de Somoto, donde descansan los restos de monseñor Suazo, caso que no fue investigado por las autoridades policiales.
La alcaldesa sandinista del municipio de Somoto, cabecera del departamento de Madriz, Dania Sujey Martínez Mondragón, visitó el lugar y constató los daños, aunque no se pronunció y tampoco se conoció si apoyará en restaurar el monumento a monseñor Suazo. Tampoco se conoce reacción alguna del jefe de la Policía Orteguista de Madriz, el comisionado mayor Luis Manuel Moncada Castillo, quien se caracteriza por ponerse al frente de los operativos en contra de los opositores al Gobierno en Somoto.
El padre Fruto Valle Salmerón, a cargo del segundo templo ubicado al suroeste de la ciudad de Somoto, lamentó los hechos y espera que la Policía investigue el ataque. Mientras, el padre Santiago Aguirre Cerros, a cargo del principal templo católico Santiago Apóstol, aún no se pronuncia. Ambos sacerdotes se han mantenido en silencio desde la rebelión de abril del 2018 y evitan dar declaraciones a medios independientes.
La estatua a monseñor José del Carmen Suazo, quien por más de 30 años ofició misas, bodas y bautismos e impulsó obras sociales que le permitieron ganarse el cariño y el aprecio de la población católica de Madriz, está ubicada a la entrada del Santuario de la Virgen de Cacaulí, visitado el 8 de cada mes por feligreses de todo el país.
Monseñor Suazo era descendiente indígena, nació el 16 de julio de 1925 en el pueblo de Sutiaba, departamento de León, y tenía muchos años de vivir en la ciudad de Somoto, donde continuó sirviendo como sacerdote en la iglesia católica de esta localidad.