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Se imagina poder evitar las largas colas de las instituciones públicas para pagar impuestos, gestionar un documento legal o abrir una empresa a través de su celular desde cualquier sitio donde se encuentre. Esto es posible, según Gerónimo Frigerio, director general de GF Consulting Group, una firma consultora especializada en proyectos y estrategias de inversión en América Latina. Solo basta con que los gobiernos apuesten por la instucionalidad digital, lo que daría un alivio a las pequeñas y medianas empresas, así como a la ciudadanía en general.
Según Frigerio, exfuncionario del Departamento Legal del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial, esa institucionalización mejorará los niveles de desarrollo de los países y ayudará a reducir esos históricos índices de pobreza, según plantea en su nuevo libro titulado “Simple”, y sobre el que conversó con LA PRENSA.
“La digitalización de esa interacción entre el público y el Gobierno es lo único que te permite llevar ese costo a cero en un trámite y cero complejidad. Es la única manera que vos podés llevar democráticamente una institucionalidad digital. Es una forma tan simple que la gente desde su celular pueda abrir y cerrar su empresa, contratar y echar a alguien, declarar impuestos, importar y exportar”.
La complejidad es sinónimo de pobreza, dice el especialista. “El modelo que usan actualmente los países de América Latina ya fracasó y desde todo nivel en todos los países. Se intentó por la izquierda y Venezuela ya fracasó, se intentó por la derecha y el caso más particular es Chile y tampoco pudo terminar con su desigualdad y su pobreza, es decir los que más aspiramos es crecer como Chile, yo lo que planteo es seamos algo mejor que Chile”, expuso.
Según el planteamiento de Frigerio las reglas deben ser simples para que la gente que está en la informalidad pueda ingresar a la formalidad a partir de esas reglas. Afirma también, que lo digital ahí se vuelve clave porque todas las poblaciones latinoamericanas tienen teléfonos celulares, la conectividad de los más pobres está al nivel del teléfono celular. “Si los Estados pudieran regular y hacer cumplir los requisitos de la formalidad a nivel del teléfono celular los índices de formalidad serían más altos”, aseguró.
La propuesta se basa en documentos el Banco Mundial y Doing Business, con base a números de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Hay que poner a las empresas pequeñas en el centro
Para desarrollar al sector mipymes y poder crecer con ese modelo “simple”, América Latina debe reformar sus reglas para poder hacer negocios porque de lo contrario seguirá siendo pobre e informal y seguirá teniendo desempleo, advirtió. “Para aumentar el empleo y la creación de riqueza y para aumentar a la formalidad hay que simplificar esa formalidad y hay que digitalizar al nivel único que podemos que es a través del celular. Hay que poner a la pequeña empresa en el centro del modelo productivo y darle lo que necesita”, precisó.
Y agregó: “Nuestros países históricamente se focalizaron en apuntalar el sector privado más grande, que yo llamo el uno por ciento que es el que más riqueza genera porque le aporta a los estados el 75 por ciento del Producto Interno Bruto. Ese uno por ciento de grandes empresas si querés genera un aporte a la riqueza de los ministros de finanzas, que es muy grande, pero no tiene la posibilidad de contratar a muchísima gente, porque el 99 por ciento restante que son las pequeñas empresas son los que contratan al 60 por ciento de la gente”.
Sostiene que las malas reglas para hacer negocios, hacen que el uno por ciento se pueda desarrollar, pero el 99 por ciento no. “Entonces, yo planteo que es necesario que las pequeñas empresas, que son las de mayor contratación, puedan tener reglas más simples para poder crecer y contratar más. Si tienen reglas difíciles y caras no pueden crecer ni contratar. Hoy por hoy vos necesitás contratar un abogado, un contador, un escribano, pagar muchos impuestos y necesitás muchas licencias lo que hace casi imposible que una empresa pequeña se pueda desarrollar”, dijo.
“Hay informalidad cuando hay reglas que no se pueden cumplir. La pregunta es: ¿por qué no se pueden cumplir esas reglas? La respuesta es porque se debe trabajar con lo que se tiene y haciendo trámites simples y menos costosos”, observó.
El modelo actual ya no funciona
Las reglas que no se pueden cumplir han hecho que Latinoamérica lleve 50 años o más en pobreza. Los próximos 50 años van a ser de mayor pobreza si no hay cambios, vaticinó. “Es demasiado ridículo pretender un resultado distinto si seguimos insistiendo con la misma fórmula. El modelos de sindicatos, impuestos y regulación compleja solo puede ser si queres, administrado por el uno por ciento de empresas, el resto del sector privado no puede”, enfatizó.
Considera que los presidentes llegan al poder prometiendo dos cosas: qué van a reducir la pobreza y que van a crear empleos y después no lo logran. Siempre se enfocan en aquel uno por ciento de las empresas porque les pagan el 75 por ciento de los impuestos. “Ese modelo de cobros es insuficiente”, enfatizó.
Concluyó que, si Nicaragua al igual que sus países vecinos de América Latina regulan mucho y mal, la actividad privada no se desarrolla y caes en la informalidad por fuera del Estado. El gran desafío en América Latina es dejar de ser pobres.