Pese a que ha transcurrido mes y medio desde que entró en vigencia el perdón municipal para una parte de los vehículos retenidos en el Depósito de Managua, el sitio sigue lleno de motos, carros y camionetas convertidas en chatarra o inservibles, constató LA PRENSA en una visita al sitio.
La escena coincide con las declaraciones de los habitantes de la zona, al indicar que son pocas las personas que han llegado a recuperarlos. “Los que vemos a diario son conductores que recientemente le retuvieron su vehículo en algún operativo. Se nota por el estado en que salen las motos y carros”, confió un ciudadano que vive cerca del garaje municipal, ubicado en el barrio Bóer.
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La “amnistía vehicular” inició el 1 de febrero y terminará el 31 de marzo. Esta aplica únicamente para los automotores que fueron trasladados antes del 30 de junio de 2020. Los que entraron después sencillamente no aplican a las exoneraciones por el concepto de uso de grúa y pago de estacionamiento por los días que estuvo retenido.
Esta es la segunda oportunidad que otorga la Alcaldía capitalina. La primera fue entre el 15 de octubre y 31 de diciembre, y se devolvieron 920 vehículos, esto según información proporcionada por la alcaldesa Reyna Rueda el 25 de enero pasado, después de concluir una sesión del Concejo Municipal donde se aprobó la nueva “amnistía”. No hubo reportes de cuántas personas llegaron a retirar sus vehículos en esa primera oportunidad.
Posteriormente el responsable del Depósito, Noel Muñoz, dijo que esperaban fueran retiradas 2,016 motos y 331 carros. Sin embargo, cuántos se han retirado en el mes y medio que lleva en vigencia, la comuna lo mantiene en secreto por ahora. Tampoco ha querido referirse sobre qué pasará con los vehículos que no sean retirados por sus propietarios.
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Denuncia de abuso y pérdidas
En decenas de ocasiones personas que le han sido trasladados sus vehículos al Depósito han denunciado públicamente que el motivo de la retención ha sido arbitraria y además que al recuperarlos se han percatado que le faltan piezas o combustible, pero su queja es un lamento en el desierto.
La alcaldesa Rueda se abstiene de convocar al responsable del Depósito a una sesión del Concejo, que brinde un informe de los recursos que genera y responda a las acusaciones de los dueños de vehículos. “Es evidente que el Depósito es un negocio redondo. Quienes dan pesar son las personas que se pasan todo un día buscando cómo recuperar su moto o carro”, expone otro habitante del barrio Bóer.