La empresa de confección textil BWA, ubicada en el municipio de Diriamba, Carazo, se va de Nicaragua y con ello más de 2,000 trabajadores quedaron sin trabajo desde el 31 de diciembre, lo que ha generado preocupación por la cancelación de las prestaciones de estos. La Asociación Nicaragüense de Textil y Confección (Anitec) pide paciencia y asegura que se está en proceso de honrar dicho compromiso con los trabajadores.
Las autoridades de esta zona franca —considerada la segunda más grande de ese departamento—, ya introdujeron desde el 4 de enero la petición de cancelación de contratos ante el Ministerio del Trabajo (Mitrab), que según la ley laboral esta entidad es la encargada de velar por el cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores.
La empresa de textil confección fue inaugurada en octubre del 2017 por el asesor para inversiones de la Presidencia, Álvaro Baltodano, con bombos y platillos. En ese momento, se informó que en la planta se confeccionaría camisas de tejido plano, con diseños y acabados de primera. Sus planes eran exportar masivamente hacia Estados Unidos y tenía su base en El Salvador.
Pero ¿por qué se va BWA, de capital estadounidense, de Nicaragua? Según el secretario de la Confederación de Trabajadores de Zonas Francas (CST-ZF), Pedro Ortega, la compañía estaba afrontando dificultades financieras, tanto así que experimentaron problemas hasta para cancelar el aguinaldo en diciembre pasado, pero finalmente pudieron cumplirle a los trabajadores. La crisis financiera, según explicó, se derivó de una dificultad mercantil entre los socios, sin brindar mayores detalles.
“La compañía además enfrentó problemas para pagar la planilla del treceavo mes en diciembre, pero fue saldado el último día conforme dice la ley”, dijo. Toda esta situación desembocó en el despido de 2,035 personas, que pasarán a engrosar un ya ensanchado mercado de los sin trabajo en Nicaragua.
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“Hasta el momento el Ministerio del Trabajo no ha autorizado los despidos, porque esta institución del Gobierno debe investigar las causas que motivaron el cierre técnico de la empresa, porque yo no creo que sobreviva. Se tiene que ver si esa empresa tiene la disponibilidad financiera para cancelar a los 2,035 contratos de trabajo”, dijo Ortega.
Anitec pide paciencia
El director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Textil y Confección (Anitec), Dean García, aclaró que en el caso de esa zona franca lo que ocurrió fue un cierre definitivo de empresa, pero que los activos de la compañía ya están en manos de otro inversionista que está recontratando personal gradualmente.
“Lamentablemente todos los trabajadores se tuvieron que despedir , algunos están siendo recontratados por el nuevo inversionista que se está haciendo cargo de las nuevas actividades, pero hay un proceso monitoreado por el Mitrab en el cual hay un programa de pago de los trabajadores, lo que pasa es que algunos están exigiendo que se les pague ya”, explicó a LA PRENSA García.
Los sindicatos se quejan con el nuevo inversionista por los despidos y hablan de hacer una huelga cuando los nuevos dueños no son culpables de nada, expuso García. “De alguna manera estos alborotos lo que hacen es meter en nerviosidad al nuevo inversionista”, advirtió.
Reconoce que el reclamo de salarios por parte de los trabajadores es legítimo, pero hay que tener un nivel de comprensión y de paciencia, porque esta fue una empresa que quebró.
Ya hay un acuerdo con el Gobierno
García expresó que la antigua empresa tiene un acuerdo con las autoridades del Gobierno para pagarle a los trabajadores, pero hay algunos que están haciendo el alboroto porque quieren que se les pague de inmediato.
“El problema es que es una empresa que cerró operaciones y está buscando la plata para pagarles; el nuevo inversionista está comprando parte de la maquinaria y pagándole al Gobierno para que honre todas las planillas de los trabajadores, el problemas es que algunas veces el dinero que entra no es suficiente”, precisó.
El directivo de Anitec ve con preocupación el escándalo que han hecho los trabajadores despedidos. “A mí lo que me preocupa de toda esta situación es que estos alborotos, porque al final se arma un alboroto, que dicen (los trabajadores), que no quieren pagar la planilla, que no les quieren pagar a los trabajadores, lo cual no es cierto, se está haciendo todo lo posible por honrar los compromisos”, aseguró.
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¿Recontratarán a una minoría?
Según Ortega, el nuevo inversionista tendría la intención de recontratar solo a 500. “Supuestamente hay nuevos inversionistas dispuestos a comprar (los activos), no la empresa, sino más que todo el activo, porque ahí lo que hacen es alquilar la nave industrial en Diriamba”, dijo.
A su vez, el representante de los trabajadores expuso que las marcas que estaban haciendo pedidos a esta fábrica cancelaron una parte de estos porque estaban enterados de la inestabilidad financiera por la que estaba pasando BWA, lo que había generado incertidumbre. Estima que los pedidos habían caído un 30 por ciento.
Después de Gildan, la que emplea a 3,500 personas, BWA es la segunda que más genera puestos en el departamento de Carazo, afirmó el sindicalista. El secretario de la CST-ZF tiene la esperanza de que los nuevos dueños puedan absorber posteriormente ese número de personas que están quedando fuera de labores.
Sector está golpeado por pandemia
En el 2020 las empresas de zona franca, particularmente del sector textil confección, fueron las más golpeadas por la crisis sanitaria, debido a que compradores de Estados Unidos —su primer mercado— cancelaron pedidos como consecuencia de los duros confinamientos que ordenaron algunos estados para frenar la propagación de Covid-19. Además el desempleo en EE. UU. se disparó fuertemente, lo que golpeó a tiendas de vestuario de ese país.
Entre enero y octubre del año pasado las exportaciones de prendas de vestir desde Nicaragua con destino a ese mercado cayeron en valor y volumen, así se constata en las estadísticas de importación de la Oficina de Textiles y Ropa (Otexa, por sus siglas en inglés) de la Administración de Comercio Internacional de EE. UU.
En dicho lapso las maquilas percibieron 1,115 millones de dólares, 387 millones de dólares menos que en el mismo periodo del 2019, lo que refleja una contracción del 23 por ciento en el valor, muestra la Otexa.
En volumen, Nicaragua envió a Estados Unidos 368.59 millones de metros cuadrados equivalentes en prendas, una caída del 22 por ciento respecto a los 473.15 millones de metros a igual período en 2019.
Se elevó el salario mínimo
En ese contexto, este 1 de enero entró en vigencia en Nicaragua un ajuste de 8.25 por ciento en el salario mínimo de más de cien mil trabajadores de zona franca, lo que implicará que cada empresa de zona franca deba desembolsar como mínimo 528 córdobas mensuales adicionales por cada trabajador.
Tras ese ajuste, el salario mínimo este año en zona franca ascenderá a 6,926 córdobas por mes y el próximo año alcanzará los 7,498. Solo este año, por el ajuste, cada trabajador recibirá 528 córdobas adicionales respecto a su última paga mínima, cuando esta fue de 6,399.07 córdobas en diciembre pasado, según una circular del Ministerio del Trabajo del 9 de diciembre del 2020.