Contentos y con mucha esperanza iniciaron el Año Nuevo familiares del ex preso político, Justo Rodríguez, de 68 años de edad, ya que este ha presentado una leve mejoría en su salud al estar siendo atendido en su vivienda en la comunidad de Esquipulas, del municipio de Moyogalpa, en la Isla de Ometepe, luego de haber sido liberado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo el pasado 19 de diciembre de 2020.
Don Justo pasó ocho meses tras las rejas del régimen, luego que la mañana del pasado 20 de abril del 2020 saliera de su casa como de costumbre para ver sus cultivos, ya que se dedicaba a la agricultura y artesanía. Fue detenido por oficiales de la Policía Orteguista (PO), quienes buscaban a un grupo de opositores que se habían manifestado el día anterior, recordando el inicio de las protestas ciudadanas en contra de la dictadura.
“Estamos bien, mi tío (don Justo) está mejor gracias a Dios, ya está recuperándose. Ya mueve las manos, ya él está más platicón, ya no está adormecido a como estaba. Antes movía un poco las manos porque le dolían y casi no platicaba. Creo que volver a su casa lo ha animado a él, porque en el hospital se deprimía y platicaba poquito. Ya está más alegre, está evolucionando bien”, aseguró Nereyda López, de 54 años y sobrina de don Justo.
Futuro esperanzador para don Justo
En agosto del año pasado la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) denunció que don Justo había sido internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Antonio Lenín Fonseca, luego que fuera víctima de un derrame cerebral, que lo dejó sin poder mover la mayor parte de su cuerpo, estando encerrado en la cárcel La Modelo, en el municipio de Tipitapa.
Familiares denunciaron en ese momento que los funcionarios del SPN actuaron con negligencia y no facilitaron la atención médica oportuna a don Justo. Igualmente el judicial a cargo de la causa del exreo de conciencia se negaba a brindar el beneficio de casa por cárcel.
“A la casa han venido dos médicos a valorar la salud de mi tío y nos han dicho que él va mejorando y que hay que seguir haciéndole las terapias. Nos han dicho que la mejoría es lenta y que con el tiempo se va a ir viendo cómo va a responder él”, dijo López.
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Sobre la ayuda recibida, confió que esta sigue llegando. Ahora don Justo cuenta con una silla de ruedas en la que ocasionalmente lo sacan para agarrar aire fresco y ver sus cultivos; recibió una cama más cómoda que le permite reposar, una refrigeradora en donde mantiene sus alimentos como: leche, jugos, entre otros. “Estamos agradecidos con la solidaridad del pueblo y de la gente que lo quiere, le damos gracias a Dios por eso”, finalizó.