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Jader Flores/Archivo/LA PRENSA.

Así agonizan en la Isla de Ometepe los negocios turísticos. Les urgen las aerolíneas que traen viajeros de EE. UU. y Europa

Según el Anuario Estadístico 2018 —el último divulgado por el Instituto Nicaragüense de Turismo—, el 41.9 por ciento de los turistas que llegaron de Europa fueron a la isla de Ometepe, otro 18.6 por ciento procedía de América del Sur, y el 16.7 por ciento de Asia. De ahí la importancia de las aerolíneas.

Desde la entrada se percibe un total vacío y silencio, pese a que hay familiares de visita. La recepción y la terraza del Hotel Finca Santo Domingo, ubicado en la Isla de Ometepe, están impecables, ante la falta de clientes. Su propietario, José Alcides Flores, de 72 años, se acomoda en medio de las mesas y sillas vacías, y expresa que “estamos prácticamente cerrados”.

“A partir de 2018 para acá todo ha venido cambiando, casi no vienen turistas nacionales y extranjeros menos. Primero nos afectó la crisis política y ahora la pandemia ha venido a dar un golpe más fuerte”, lamentó Flores, quien comparte con LA PRENSA cómo ha vivido dos crisis que lo han llevado al cierre forzado de su negocio.

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“Durante la crisis de 2018 cerramos por nueve meses, tuvimos que retirar al personal que teníamos, eran 18 y no quedó ninguno, este año (2020) con la pandemia del Covid-19 ha sido similar, no ha hecho falta que cerrar, porque a plena vista se nota que no hay visitas”, señaló.

El Hotel Finca Santo Domingo surgió en 2006, ofrece una vista hermosa frente al paisaje del lago Cocibolca, se encuentra en una de las zonas más privilegiadas de la isla, destaca su propietario. Precisamente por su ubicación, en años anteriores la ocupación de extranjeros era del 80 por ciento, detalla, mientras que el otro 20 por ciento, era mercado nacional.

Las mesas y sillas en la terraza del Hotel Finca Santo Domingo lucen completamente vacías ante la falta de turistas. Solo se aprecia a tres familiares que llegaron a visitar a los dueños. Jader Flores/ LA PRENSA.

“Hay varios factores que han influido en esta situación, desde la crisis de 2018 casi no vienen extranjeros. Los meses de julio y agosto por las vacaciones en Europa y Estados Unidos, el 80 por ciento de ocupación en el local era extranjero, el resto nacional, pero ahora hay pocos clientes nacionales, por la crisis económica, la sanitaria, también los ha llevado al desempleo. A dos puyas no hay toro valiente”, expresa refiriéndose a ambas crisis.

Visita de turistas nacionales de forma esporádica 

Cuenta que de vez en cuando se aparece uno que otro grupo de jóvenes, entre cinco y seis personas, rara vez uno de diez, que se quedan de un día para otro, las habitaciones mantienen un precio entre 20 y 30 dólares la noche, que incluye el desayuno. La mayoría siempre solicita la de 20 dólares, por lo que no genera muchas ganancias.

“El nacional es el que viene, un grupo de personas de un día para otro y se van. Se les ofrece un almuerzo, cena y el desayuno lo brindamos gratis para buscar cómo atraer. A veces incluso salimos perdiendo en busca de ganar, así estamos ahorita. Como no tenemos trabajadores, porque esos grupitos que vienen una vez por allá no dan para pagar, tenemos que llamar a alguien que venga a cocinar cuando vienen”, comentó, el resto del servicio lo hacen ellos mismos, como el recorrido, la atención, etcétera.

José Alcides Flores, dueño del Hotel Finca Santo Domingo. Jader Flores/ LA PRENSA.

“Nosotros no tenemos cerrado, se aprecia que está cerrado por la falta de turistas. Por ejemplo en noviembre (2020) no tuvimos ni una sola visita, en diciembre, también pasamos los primeros 15 días vacíos, hasta hace poco que vino solo un grupo, pidieron las habitaciones de 20 dólares, el desayuno incluido. ¿Cuál es la ganancia?”, se cuestionó. Para hacerle frente a las deudas e impuestos, Flores reveló que ha tenido que hipotecar y vender tierras que recibió de herencia.

Nunca había cerrado en 40 años

En cambio doña Norita Gómez, como cariñosamente la llaman los isleños, manifestó que sí recibió a turistas nacionales en sus dos hoteles, durante la última semana del  2020, especialmente entre el 30 y 31 de diciembre. Sin especificar la cantidad de reservaciones en ambos locales, aseguró que no se comparan con la demanda de diciembre de 2019.

La empresaria es propietaria del Hotel Ometepetl, ubicado a 70 varas del puerto de Moyogalpa y de Casa Hotel Istiam, que se encuentra frente a las playas de Santo Domingo, en la isla. “Gracias a Dios tuvimos algunas reservaciones, yo estoy agradecida con Dios y las personas. Para ser sincera tuve seis meses cerrados los dos negocios, fue un golpe muy duro”, reconoce, ya que durante sus más de 40 años de existencia nunca habían cerrado las puertas de sus negocios.

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Recuerda que para el estallido de la crisis sociopolítica en abril de 2018, el sector se vio muy afectado, sin embargo se aferró y no cerró. “Esto para mí es una experiencia dura porque en mi vida había cerrado mis negocios y antes de la pandemia, por la cosa política nos perjudicó bastante, pero lo de la pandemia vino a empeorar las cosas y solo así me fui al cierre”, expresó.

Gómez, de 70 años, que se caracteriza por ser muy simpática y risueña, cuenta que decidió reabrir sus negocios en septiembre de 2020, debido a las celebraciones de las Fiestas Patrias. “Quise aprovechar la ocasión en la que habían vacaciones y reabrí los negocios, aquí estoy sobreviviendo”, dijo.

Se reinventó 

El 18 de marzo de 2020, las autoridades del Ministerio de Salud reportaron el Covid-19 en el país. Por lo que ante la falta de turistas extranjeros y nacionales y el riesgo de contagios, doña Norita decidió cerrar sus negocios, como se autodenomina como “arriesgada y de armas tomar”, se reinventó y empezó a cultivar en los patios de ambos hoteles arroz, plátanos y árboles frutales.

“Eso me ha facilitado a echar mano y agarrar la fruta, además de venderlas las ofrezco como refrescos para los clientes que se quedan en los hoteles. Todo eso es una ayuda”, expresó Gómez. Durante algunas temporadas también les vende plátanos a los salvadoreños.

Uno de los pasillos del Hotel Ometepetl, en la Isla de Ometepe. Jader Flores/LA PRENSA.

Al igual que Flores, doña Norita tuvo que despedir al personal de trabajo de sus dos hoteles, ya que ante la falta de turistas, tanto nacionales e internacionales en los primeros meses de pandemia en el país no contaba con los recursos económicos para pagarles. Al frente del negocio y la atención quedó ella, hijos, nietos y sobrinos.

“Ahorita tampoco puedo buscar personas más que me ayuden porque la economía no lo permite, no me va a dar para pagar, con costo pago la luz. Lo que pasa que nos ayudamos economizando y sembrando nuestras propias cosechas”, dijo.

Pide subsidios al Gobierno

Gómez reconoció que le debe impuestos a las alcaldías de Moyogalpa y Altagracia, ya que trabaja en los dos municipios de la isla. De manera que pide a las autoridades brindar algún tipo de subsidio para poder seguir operando. “Yo quisiera que el Gobierno hubiera tratado o nos tomara en cuenta, porque estos seis meses que estuve cerrado los negocios he tenido una experiencia de cultivo, queriendo sembrar todo lo que uno necesita en casa”, comentó.

“Ya no tarda en venir el Minsa, la DGI, el Intur, la Alcaldía y todo lo que es el gremio del Gobierno y yo pensando cómo voy a matricular si con costo estamos comiendo, porque desde la luz está cara. Este año no nos han hecho descuento, no hubo subsidio y para ser sincera le debo a la Alcaldía de Moyogalpa y Altagracia. Espero que se pongan la mano en la conciencia las autoridades y que ellos sepan lo que en realidad estamos pasando”, demandó la empresaria.

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Gómez ha pensado en dirigir una carta a las alcaldías municipales solicitando ayuda para mantener los negocios turísticos de la isla durante las temporadas de crisis. “Yo que tengo más de 40 años de haber iniciado trabajando. A mí me gustaría como que nos desarrollemos en las temporadas malas y en las buenas, por ejemplo, un banco de semilla, cómo no van a facilitarnos una ayuda”, se cuestionó.

Asimismo espera que este 2021, las autoridades sean un poco más flexibles con relación a tratar los temas sobre los pagos de impuestos. “Yo quiero pensar positivo este 2021, que Dios nos bendiga a todos”.

Hotel Ometepetl, ubicado a 70 varas del puerto de Moyogalpa. Jader Flores/LA PRENSA.

Esperanza en reactivar operación aérea

La presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), Lucy Valenti, explicó que el sector turismo en el país fue golpeado a raíz de la pandemia del Covid-19, sumado a los dos años de recesión económica que arrastra el país debido a la crisis sociopolítica.

“Lo mismo que he venido diciendo en todo el año (2020), el sector turismo fue doblemente golpeado a raíz de la pandemia, o sea, algunas empresas que volvieron a abrir tuvieron que volver a cerrar porque el turismo cerró a nivel mundial y esa situación no la hemos superado nosotros todavía”, expresó.

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Según  proyecciones de Canatur, presentadas en un estudio en diciembre de 2020, los ingresos generados por el sector, estimados en 176.2 millones de dólares, tendrían una disminución del 65.8 por ciento respecto al 2019. Además señalaron que la ocupación hotelera fue solo del 14 por ciento, lo cual representa un 65 por ciento respecto al 2017.

Entre las polémicas medidas, el Gobierno solicita a las aerolíneas enviar lista de sus pasajeros con resultados negativos de las pruebas de Covid-19 a las autoridades de Aeronáutica Civil y el Ministerio de Salud (Minsa). Además exige resultado de la prueba a la tripulación de las aerolíneas, único en la región. También estableció que las aerolíneas envíen con antelación el tipo de avión que utilizarán en el vuelo programado para Nicaragua.

Lucy Valenti, presidenta de Canatur. LA PRENSA/ ARCHIVO

“En el comunicado nosotros (Canatur) dimos a conocer a cierre de año la grave situación del sector. Necesitamos que se reactive la operación aérea para que podamos empezar a planear y a planificar la reactivación del sector”, misma que va a ser paulatina, no inmediata, alertó.

Sin embargo, “mientras no tengamos la certeza de que vamos a tener conectividad aérea, el sector no puede planificar sus campañas y esfuerzos de promoción internacional porque no tenemos certeza de cuándo va a haber vuelos. Entonces, lo que necesitamos que se reactive la operación aérea, que haya acceso a financiamiento con tasas blandas para que las empresas puedan hacer las inversiones que necesitan para reactivarse porque muchas de ellas están cerradas y necesitan reabrir”, demandó Valenti.

La reactivación de las aerolíneas podría ayudar al turismo de la Isla de Ometepe, tomando en cuenta que a ese destino llegan principalmente viajeros que requieren del servicio aéreo para venir a Nicaragua.

Según el Anuario Estadístico 2018 —último divulgado por el Instituto Nicaragüense de Turismo—, el 41.9 por ciento de los turistas que llegaron de Europa fueron a la isla de Ometepe, otro 18.6 por ciento procedía de América del Sur, y el 16.7 por ciento de Asia. Además el 11.8 por ciento de los que vinieron de Norteamérica —principalmente Estados Unidos—  dijeron haber ido a la isla. Esto demuestra la importancia de que el Gobierno ceda.

Conectividad terrestre tampoco está en plena operación

Leonardo Torres, presidente de la Cámara Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Cantur), aseguró que durante la última semana de diciembre se reportó visitas de turismo nacional en la Isla de Ometepe y en todos los destinos turísticos del país, sobre todo donde hay sol y playa.

“Claro, que eso mejora la situación temporalmente, lógicamente, porque una vez terminadas las vacaciones volvemos a la posición anterior, o sea, estamos en un 20 por ciento de ocupacional, en la isla muy poca gente está llegando”, reconoció.

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Torres coincidió por separado con Valenti y asegura que se debe a que no hay conectividad aérea. Mientras en Centroamérica las líneas aéreas han vuelto a sus trabajos y abriendo nuevas rutas, en Nicaragua únicamente Avianca y Conviasa están trabajando de forma regular.

“Si no tenemos conectividad aérea no tenemos turismo internacional, más que el que entra por Avianca y si es Conviasa ya sabemos que ese turismo cubano que viene a comprar sobre todo una semana y lo que reactiva un poco es el mercado Oriental y algún alojamiento barato, porque también se alojan y comen, por supuesto. Pero de ahí no tenemos conectividad aérea”, señaló el presidente de Cantur.

Sobre la conectividad terrestre, Torres también mencionó que no se ha reactivado con Costa Rica y el norte de Centroamérica. “Tenemos problemas con las líneas de transporte terrestre de pasajeros. La cámara nuestra de transporte Transnica, Ticabus, Nicabus, Platinum, no están todavía en plena operación, solo Ticabus está moviendo pasajeros ticos. Está limitada la situación, te quiero decir”, expresó.

Leonardo Torres, presidente de Cantur y miembro de Conimipyme. LA PRENSA/TOMADA DEL 19
Leonardo Torres, presidente de Cantur. LA PRENSA/ TOMADA DEL 19

Además recordó que el mercado turístico de Nicaragua es 7 de cada 10 turistas, regional (El Salvador, Honduras y Costa Rica) y 3 de cada 10 son de Estados Unidos, Canadá y los que viajan por avión. “El 2020 estuvimos en manos de turismo nacional de la poca gente que se logró movilizar y que se quedó un par de días en los pequeños hoteles”, comentó.

Torres dio a conocer que desde su Cámara están mandando promociones a los mayoristas internacionales, quienes plantean que reciben las propuestas y paquetes, pero que estarían a la espera de que haya conectividad aérea.

Esperanzas puestas en la temporada de Semana Santa 2021 

Según el presidente de Cantur, la Organización Mundial del Turismo plantea que la caída del sector turismo anda por encima del 70 por ciento a nivel internacional. Mientras que en el caso de Nicaragua se ha registrado más o menos una caída entre el 40 y 45 por ciento, según el Índice de Actividad Económica del IMAE (Índice Mensual de la Actividad Económica de hoteles y restaurantes), detalló.

“O sea, uno de los sectores más afectados para el IMAE al cierre de 2020 fue el turismo y la generación en divisas, además que todavía no se han cerrado las cifras oficiales, pero según la captura de los cálculos difícilmente lleguemos a 200 millones de dólares, cuando en 2019 fueron más de 515 millones”, indicó.

Las calles y pequeños comedores en la Isla de Ometepe también lucían vacíos. Jader Flores/ LA PRENSA.

“Ahorita estamos a más del 50 por ciento de caída de generación de ingresos por turismo al cierre de 2020, muy poco lo que se generó, pero es que la pandemia vino a herir gravemente al socio turístico, que ya sostenía una crisis de 2018. Aunque en 2019 lograron recuperarse un poco y cerraron con 519 millones, pero en 2017 se generaba 840 millones de dólares. Pero eso ya es historia antigua”, lamentó.

Por el momento, Torres aseguró que están enfocados en lograr la conectividad tanto aérea como terrestre, “que no tenemos ninguna seguridad de que vamos a repuntar, vamos a incrementar turismo y vamos a mejorar indudablemente, pero lo que va a marcar la pauta en Nicaragua va a ser la última semana de marzo, que es la Semana Santa”.

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La Semana Santa es la temporada más alta para la industria turística. “Si logramos conectividad aérea en febrero y no nos prorrogan más, por ejemplo líneas aéreas importantes para nosotros, como la United Airlines, American, Spirit y Copa, como lo han estado haciendo en los últimos meses, podemos captar algún turismo internacional aéreo”, alentó.

“En Semana Santa estaríamos nosotros trabajando para turismo regional, el mercado costarricense es uno de los mercados principales de nosotros, por lo que Pacífico Sur, Río San Jan; Tola, Rivas; San Juan del Sur; incluyendo la Isla de Ometepe, son visitado por los costarricenses. Hemos estado en reuniones virtuales con las cámaras del norte de Costa Rica y tenemos paquetes preparados y todo con ellos, a la espera que se flexibilice la conectividad terrestre también y la parte bioseguridad producto del Covid-19”, manifestó Torres.

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