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Más de 1,100 millones de cigarrillos circulan ilegalmente en Nicaragua, estima Batca

En dos años Nicaragua se convirtió en el paraíso del mercado negro más creciente en Centroamérica para la venta de cigarrillos, lo que ha ocasionado una invasión de este producto en el mercado local. Batca revela datos alarmantes para la población y el Estado

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Hasta marzo del 2019 Nicaragua era vista por los distribuidores de cigarrillos como un mercado atractivo para hacer  negocio. Para invertir y hacer crecer las ventas. Los bajos niveles de contrabando de este producto eran precisamente uno de los factores que animó a British American Tabacco (Batca) a invertir en Managua  4.5 millones de dólares en un centro de distribución y de oficinas corporativas en el 2017. Lo hizo, reseñaron en se momento los medios de propaganda del Gobierno, porque valoró “el excelente clima para hacer negocios” en Nicaragua.

Batca es la distribuidora de cigarrillos más grande de Nicaragua. “Esta inversión de 1,700 metros cuadrados de bodega y 1,200 metros cuadrados de oficina, es posible gracias a la confianza de nuestros clientes y al clima de negocios que el país nos presenta”, dijo Javier Corado, gerente país de la firma, aquel 26 de octubre del 2017 al inaugurar el edificio moderno en la Pista Suburbana, una zona que en los últimos años había ganando plusvalía y se perfilaba como  la próxima Carretera a Masaya en cuanto a polo de inversión de la capital.

En ese momento la compañía británica prometió que iban a seguir apostando por el país. Tras resaltar el modelo que para entonces sobrevivía al Gobierno con la empresa privada, el delegado presidencial para las inversiones, Álvaro Baltodano aseguró, tras la inauguración de la obra, que si bien esta no significaba que “hemos resuelto todos los problemas, pero los datos, los hechos y la información, demuestra que vamos por el camino acertado”.

Casi dos años después de esa algarabía por la millonaria inversión de Batca, las cosas han cambiado, y no precisamente para bien. El mercado nicaragüense despertaba interés en los inversionistas por los bajos niveles de contrabando de cigarrillos,  lo que es clave para evitar la competencia desleal en los negocios, ganar rentabilidad, aumentar los ingresos tributarios y generar empleos.

Pero todo cambió en febrero del 2019 cuando el Gobierno, asfixiado por una caída en los ingresos fiscales por dos años de recesión a raíz del estallido político en abril del 2018, impuso una reforma a la Ley de Concertación Tributaria que golpeó a casi todas las actividades económicas por parejo, pero en especial al negocio del cigarrillo y las bebidas alcohólicas. Entre su argumento, para elevar drásticamente la carga impositiva a estos productos, adujo lo perjudicial que resulta para la salud el consumo de estos y para el gasto público.

Las reglas del juego cambiaron significativamente para los distribuidores de cigarrillos que habían apostado por el mercado nicaragüense. De pronto,”el camino acertado” del que habló Baltodano durante la inauguración del edificio de Batca, sufrió un golpe de timón, dejando como consecuencia un aumento exorbitante en el contrabando de cigarrillos en Nicaragua, que ya causa alarma.

Descomunal aumento del mercado negro de los cigarrillos

Al ser consultado por LA PRENSA sobre los estragos de la reforma fiscal en el negocio,   Gustavo Mercado, gerente de asuntos externos y legales de Batca, explicó  que hasta el 2018 la participación de mercado de las marcas ilegales era 4 por ciento, dos años después, producto de la reforma fiscal que entró en vigencia en febrero del 2019, se estima que hay un 65 por ciento de consumo de marcas ilegales, y la tendencia va al alza, “lo cual es sumamente preocupante”.

“Por la naturaleza del contrabando, es muy difícil de medir, pero de conformidad a los estudios realizados, así como la fuerte caída de ventas que la industria legalmente establecida ha experimentado, debido al incremento de impuestos, a partir de la entrada en vigor de la Ley de Concertación Tributaria, se estima que en este momento, alrededor del 65 por ciento del mercado es controlado por marcas ilegales. Esto representa aproximadamente 1,100 millones de cigarrillos”, dijo Mercado, quien también es el vicepresidente de la Cámara de Comercio y Servicio de Nicaragua (CCSN).

Batca que abastece el 92 por ciento del mercado legal de cigarrillo en Nicaragua, señala que debido al aumento en los impuestos y la tendencia al alza del contrabando, en comparación con el 2018, las ventas han caído un 67 por ciento.

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“Lo que nos ha obligado a reestructurar nuestra operación en el país en dos ocasiones, que como resultado de dichas reestructuraciones, se tuvo que reducir 36 por ciento de nuestra fuerza laboral, así como nuestras inversiones en Nicaragua”, sostuvo Mercado.

Antes de la reforma, los cigarrillos estaban sujetos al Impuesto Específico al Consumo de Cigarrillo (IEC) y por cada mil unidades, las empresas pagaban al Fisco 644.38 córdobas. Cada año este impuesto era actualizado según el deslizamiento y el comportamiento de la inflación.

Después de la brutal reforma, el Impuesto Específico al Consumo de Cigarrillos y otros productos del Tabaco (IECT) se elevó a dos mil córdobas por cada mil unidades, en 2019, este año subió a 2,500 córdobas y en el 2021 alcanzará los 3,450 córdobas por cada millar, lo que habrá significado un incremento acumulado de 435.39 por ciento. (Vea infografía)

Cada año en Nicaragua se consumen 1.8 millones de cigarrillos, cuya demanda se contrae entre 2 y 3 por ciento, según estimaciones de la mayor distribuidora del país de este producto.

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Los afecta, pero no hacen nada para combatirlo

Pero además producto del aumento del mercado ilícito y la caída de las ventas de Batca, el régimen de Daniel Ortega tendría fuertes pérdidas.

“Estas pérdidas no solo afectan a la empresa; también perjudica al gobierno y ciudadanos. Desgraciadamente con este flagelo, el único beneficiado es el crimen organizado. El Estado de Nicaragua, pierde anualmente alrededor de 2,000 millones de córdobas (o alrededor de 58 millones de dólares) en impuestos dejados de percibir para las arcas nacionales”, estimó Mercado.

Sin embargo, pese a las afectaciones, se ha visto que el gobierno no ha hecho nada por combatir el contrabando, cuando en los países de la región se ataca con mayor beligerancia.

“Este es otro tema que nos causa preocupación, para poner un ejemplo en los demás países vecinos de Centroamérica, este año se han incautado un total de 600 millones de cigarrillos ilegales por parte de las autoridades policiales y aduanas. En Nicaragua ha habido tres incautaciones entre junio y agosto por medio del Ejército de Nicaragua en puntos ciegos de la frontera, pero a nivel interno no ha habido más decomisos en 2020”, explicó la fuente.

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El riesgo de consumir cigarrillos ilegales

Mientras el Estado calla sobre este problema que va en ascenso, en los diferentes mercados de la capital se pueden observar el comercio de cigarrillos ilegales, que pueden resultar potencialmente peligrosos.

“Existen otras decenas de marcas disponibles que entran y salen del mercado todos los meses, sin embargo, las marcas ilegales más predominantes en el mercado son Modern y Fisher, provenientes de China y Emiratos Árabes, muchas de estas se encuentran en los otros países de Centroamérica, este negocio se ha vuelto muy lucrativo para las redes de crimen organizado transnacional y constituye un riesgo para la seguridad de la región”, dijo Mercado.

Ahorita el precio sugerido de una cajetilla (de 20 unidades) anda entre 90 y 110 córdobas, anteriormente costaba 56 córdobas, sin embargo ahora solo en  Impuesto Específico por cada paquete se van 55 córdobas, de manera que es difícil darlo a ese precio, explica la fuente. Mientras que en caso del ilegal cuesta entre 45 y 50 córdobas, un cincuenta por ciento menos.

“El consumidor debe entender de los riesgos a los que se expone adquiriendo estos productos, ya que son cigarrillos fabricados clandestinamente, con falta de controles de calidad y medidas sanitarias. Adicionalmente, al ser precios bajos y vendido por comerciantes inescrupulosos, facilita el acceso a los menores de edad en detrimento a las políticas y regulaciones de salud aplicables”, añadió Mercado.

Abiertos al diálogo

El representante de Batca dijo que el contrabando es una amenaza a la seguridad nacional, ya que genera financiamiento a las organizaciones criminales, inseguridad y violencia.

“Creemos importante la colaboración entre el sector público y privado para buscar soluciones constructivas para atacar este delito. Estamos abiertos a dialogar sobre alternativas de cooperación con el conocimiento de mejores prácticas en otros países. Esa colaboración también debería ser con los demás países de la región debido a la naturaleza transnacional del delito”, sostuvo.

British American Tabacco (Batca) opera en 200 países. En Nicaragua tiene 66 años, siendo uno de los mercados más importantes en el mundo, debido a que antes de la reforma tributaria el mercado ilícito de cigarrillos era casi inexistente en Nicaragua.

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