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Viviendas del Caribe Norte quedaron destruidas tras el paso del huracán Eta. LA PRENSA / CEJUDHCAN

Viviendas del Caribe Norte quedaron destruidas tras el paso del huracán Eta. LA PRENSA/CEJUDHCAN

Guía para edificar con madera una vivienda segura luego de un desastre natural

Hábitat Nicaragua dispuso una guía para que los habitantes reconstruyan sus viviendas bajo un proceso adecuado, ajustado a su contexto y recursos

El paso del huracán Eta — categoría 4 — sobre la Costa Caribe Norte de Nicaragua causó severos estragos materiales en la zona. Dejó a la intemperie a centenares de familias, que perdieron casi todo lo que tenían, desde sus artículos personales, alimentos y siembras, hasta sus viviendas. Los vientos huracanados desprendieron las estructuras en su mayoría de madera, arrancaron techos de zinc y paja, socavaron o se tragaron las bases de pilotes.

Muchos tendrán que empezar desde cero para levantar de los escombros sus viviendas. Otros, quizás las logren reconstruir los esqueletos que quedaron en pie. Pero algunas familias misquitas y mayangnas no saben cómo harán para edificar viviendas que sean más seguras a los temporales y las condiciones propias de esta región ante la urgencia de tener un techo de nuevo, ante esta necesidad y el desafío de una reconstrucción que tome en cuenta la seguridad constructiva, Hábitat para la Humanidad Nicaragua, puso a disposición la “Guía de asistencia técnica para la autoconstrucción de viviendas de madera en el Caribe”. 

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El propósito del documento – con versión en español y miskito – es orientar a los nicaragüenses para que puedan reconstruir o construir sus viviendas de forma más segura, tomando en cuenta la realidad económica y cultural de dicha población, sin recurrir a gastos mayores y utilizando materiales propios de la región.

Alma Irís Rodríguez, arquitecta de Hábitat, explicó a LA PRENSA que urge instruir a las familias vulnerables a desastres naturales como huracanes e inundaciones, a seguir el proceso constructivo adecuado a las características morfológicas y del relieve que presentan esas zonas.

La especialista señaló que una vivienda vulnerable a desastres naturales es aquella que se construyen en terrenos inestables y propensos a inundaciones, con estructuras de techos débiles, láminas de zinc delgadas, sin pintura anticorrosiva, ni clavos suficientes que sujeten bien los techos y sobre pilotes delgados sin arriostre (o viga horizontal de refuerzo a las bases).

Estragos provocados por el huracán Eta en Wawa Bar, en el Caribe Norte de Nicaragua. LAPRENSA/Tomado de redes

En contraste, enumeró que las viviendas seguras son las que cumplen con cinco características indispensables: ubicación segura, calidad de materiales, un diseño con criterios, mano de obra calificada y por último un buen mantenimiento cada tres o cuatro meses.

“Sabemos que muchas veces se busca replicar procesos constructivos que se ven en el Pacífico, pero no se toma en cuenta el conocimiento técnico. Construir en el Caribe resulta muy complejo por el suelo plástico, que impide que el agua drene tan fácilmente y por eso se acumula provocando afectaciones de inundaciones y colapsos ante fuertes fenómenos naturales: lluvias y huracanes”, apuntó la especialista.

También, aclaró que en estos momentos no es recomendable que las familias empiecen el proceso de reconstrucción de sus vivienda debido a la saturación que persiste en los suelos, porque implicaría arriesgar nuevamente las vidas humanas.

“En la Costa del Caribe el manto freático es muy superficial, si se construye bajo esas condiciones lo que se va hacer es asentar la vivienda que con otra embestida natural de tal magnitud como Eta, no resistan. Es recomendable que la tierra seque, para posterior iniciar el proceso”, destacó.

Selección de madera y local

Para la reconstrucción segura de viviendas de maderas — un recurso renovable en las comunidades del Caribe Norte y Sur — la arquitecta sugiere que es indispensable primero seleccionar el tipo de madera a utilizar, en estos casos las más indicadas son Laurel, Níspero, Caoba, Madero Negro, Genízaro, Pino y Pochote.

En esa misma línea, orienta que una vez realizado los cortes, la madera se debe trasladar a un lugar cercano donde se pueda secar — bajo abundante sol — ya sea en apilado en horizontal, caballete o triángulo. Por otro lado, indica que se debe curar la madera para prevenir ataques de insectos y humedad, esto ayudará a que la madera conserve su resistencia y dure por más tiempo. Esta curación se puede realizar con aceite quemado o diesel con sal.

Los procesos primarios

Dentro de los procesos primarios, es necesario reconocer el local dónde se van a colocar o reubicar las casas, y se recomienda a que no se construyan a orillas de ríos o en zonas muy bajas. También se debe tomar en cuenta el tipo de terreno, la dirección de los vientos, lluvia, vegetación. El viento determina la ubicación, orientación y elementos de protección necesarios, por eso la vivienda debe permitir la circulación adecuada del aire, de lo contrario hay riesgo en su estabilidad, filtraciones de agua y hasta colapsos.

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“Generalmente en el Caribe, por tratarse de una zona que presenta mucha humedad, la tendencia es que ellos construyan con madera y sobre un sistema de tambo, a nivel cultural ellos identifican cuál es su problemática, nosotros lo que queremos hacer ahora es que ellos lo hagan de manera adecuada para que esa inversión que hacen, sea más duradera y estén seguros ante cualquier embestida”, refirió la arquitecta de Hábitat.

Trazos, nivelación y cimientos

Cumpliendo con los tres procesos primarios y ya con el terreno seleccionado, es momento de colocar niveletas de maderas (estacas o tablas) en los puntos donde se excava para los cimientos y conocer el nivel del piso. Se recomienda usar jalones de ocho pies de altura y colocar a la par una manguera, para comenzar a construir los cimientos en un terreno estable que permita que el peso de la vivienda ejerza presión y así los vientos no provoquen inclinaciones ni desplazamientos de la vivienda.

En esta etapa, según la especialista se dibuja en el suelo con ceniza o cal los puntos donde se ubicarán los pilotes, con la ayuda de niveletas o lienzas la forma cuadrada de la casa. “Una vez que ya se tiene la forma de la casa se marca donde serán ubicados los cimientos (bases) sobre los que se levantaran las viviendas, lo recomendable es usar madera”, enumeró.

Específicamente, para los pilotes se debe usar madera dura y resistente a la humedad, polilla o comején, con medidas mínimas de 6 x 6 pulgadas. Se recomienda, que las excavaciones se hagan respetando las medidas estimadas en reglamento nacional de la construcción o la cartilla de construcción, para colocar los pilotes. Antes de eso se debe compactar el terreno con un pisón y así colocarlos utilizando la plomada para asegurar que quede recto. Durante la construcción, los pilotes se deben fijar al piso por medio de arriostres de madera y proceder al relleno de la excavación con la mezcla de cemento y tierra, para mejorar la calidad de suelo y conseguir un suelo más firme y estable

Piso, paredes, techo y puertas

Una vez asentados los pilotes, se procede a la elaboración de la estructura del piso de madera o tambo, las paredes de madera, techo y puertas. Inicialmente se colocan las vigas principales con clavos de acero de 6 pulgadas colocados en posición de un giro de 45 grados, para que ante cualquier movimiento no sea tan fácil de desprenderse, el tipo de clavado se repite en la cara interna de las estructura, mientras al otro lado se clavan a 90 grados de forma perpendicular.

“Se debe garantizar la correcta unión o traslape adecuado de cuartones en formas de equis, de arriba hacia abajo y viceversa para formar una cadena en cruces, esto dará más soporte en los pilotes y darle mayor estabilidad a la vivienda, especialmente en terrenos blandos se usan para ubicar los pilotes exteriores, también poner una cuerda de arriostre para el lado externo e interno del pilote y unirlos con una pieza ‘cuñas’”, explicó la arquitecta.

Seguidamente, se instalarán sobres las vigas principales de forma perpendicular cuartones que servirán para las tablas del piso. Aquí cada cuartón se fija con tacos de madera y el piso con tornillos o clavos de acero de 3 pulgadas. “Procedemos a instalar las tablas que funcionan como piso en nuestras viviendas, la madera debe estar seca, ya puestas las tablas 1 pulgada de espesor x 12 pulgadas, se utilizarán dos clavos o tornillos, en cada punto de unión o fijación”, enumeró la especialista.

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Para las paredes se necesitan cuartones de dos medidas, 2 x 4 pulgadas y otros de 2 x 2 pulgadas, la tabla de forro 1 x 12 pulgadas, para crear un esqueleto de madera clavados con lanceros de acero de 4 pulgadas. Se crean arriostres esquineros para garantizar la estabilidad de las estructuras.

En cuanto a la elaboración del techo, la arquitecta especificó que se realizar un análisis sobre la orientación de los vientos. “Primero se establece una pendiente de un agua, aquí es importante cumplir con la pendiente mínima del 25 por ciento, si yo tengo 8 pies de altura (2.40 metros), por cada metro tengo que subir 25 centímetros, el techo debe tener una pendiente mínima del 25 por ciento para que el agua drene de manera más rápida y no sobrecargue el techo de la vivienda. Esa pendiente juega un papel importante en favor frente a los vientos huracanados, si no es así el techo va a salir suspendido en el aire, porque el viento va a pegar de un solo golpe en la cara del techo”, aseveró.

Agregó que es necesario ubicar de manera correcta las láminas de zinc. Si los vientos corren en dirección de noreste a suroeste, por ejemplo, se debe empezar a colocarlas de suroeste a noreste, es decir en sentido contrario, para evitar que el viento filtre el agua hacia el interior de la vivienda,

“Por la falta de recursos no ponemos la cantidad adecuada de clavadores (regla donde se fija la lámina). Por eso, se debe pegar las láminas respetando el espaciamiento entra las reglas y la cantidad de reglas recomendadas por los fabricantes. Al techo también se le pone protección como cumbreras y corta agua”, concluyó.

Cerca de 500 viviendas destruidas en tres comunidades

En informe de la segunda fase del Plan Antidesastre, presentando por el Ejército de Nicaragua, el jueves cinco de noviembre indica, que entre los mayores daños que ha dejado Eta a su paso por el Caribe Norte de Nicaragua, son tres comunidades de Bilwi, ubicadas en el litoral sur de Bilwi: Wawa Bar, Haulover y Karata, quedaron completamente destruidas y la mayoría de viviendas arrasadas por Eta.

En la comunidad de Wawa Bar dejó 450 viviendas con daños parciales y otras completamente destruidas. Mientras tanto, en comunidades como Cabo Viejo, Walpasiksa, Sandy Bay Tara, se registraron 5, 3 y 26 viviendas dañadas, respectivamente, así como otras 34 casas dañadas en Corn Island.

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