Cuatro minutos de su discurso de una hora del dictador Daniel Ortega, fue lo que merecieron las familias damnificadas por el daño del huracán Eta en la Costa Caribe la noche de este 8 de noviembre.
Ortega defendió la gestión de las instituciones del régimen en la emergencia, a pesar de que miles de personas siguen sin alimento, agua y sin poder regresar a sus casas, debido a que el huracán destruyó cientos de viviendas en varias comunidades.
El dictador demostró nuevamente que su prioridad son los eventos partidarios, ya que mientras estuvo ausente la semana pasada durante la emergencia por el huracán Eta, en su paso la semana pasada causó gran daño en el Triángulo Minero, Puerto Cabezas así como en los departamentos de Jinotega Rivas y Nueva Segovia. Ortega suspendió su larga ausencia para reaparecer este domingo, en un acto por el aniversario de muerto de Carlos Fonseca Amador, fundador del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
“El huracán ha dejado un daño que es reparable”, afirmó esta noche Ortega, minimizando así las necesidades de comida, agua, medicinas y refugio de las miles de personas damnificadas.
A pesar de que en las comunidades afectadas reclaman la falta de respuesta del régimen, Ortega se presentó triunfalista en que han respondido a tiempo ante la emergencia. Incluso minimizó los daños del huracán Eta, que aún sigue contándose en el territorio nicaragüenses al continuar las lluvias que han provocado cortes de carreteras, inundaciones, destruido puentes y arrasado con siembras de granos básicos.
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“El huracán Félix (en 2007) tuvo un impacto mayor, destruyó la ciudad de Bluefields, desbastó los bosques”, según la comparación de Ortega con el daño dejado por Eta en el 2020.
Insiste en que Eta no dejó víctimas
El régimen sigue con el discurso triunfalista de que en Nicaragua no hubo muertos por Eta, ignorando que dos “güiriseros” (mineros artesanales) que murieron soterrados en Bonanza, fue como consecuencia de las lluvias causadas por el huracán, cuando ya había entrado al territorio el pasado 3 de noviembre.
“Logramos evitar muertes”, según Ortega. La versión que ofreció del fallecimiento de esas dos personas “en la actividad minera, pero fue antes de que entrara el huracán”, a pesar de que la tragedia sucedió como consecuencia del impacto directo del fenómeno ya estando en el país.
Todavía con lluvias constantes en el país, el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos emitió una nueva alerta de la “posible formación de Ciclón Tropical en el Caribe”, con un 30 por ciento de probabilidad de formarse en los próximos cinco días, que se dirigiría a Nicaragua. Esta nueva amenaza también la ignoró el dictador como su vicepresidenta designada, Rosario Murillo, quien participó en el acto político.
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Más de 30 mil personas fueron evacuadas por la amenaza de Eta, según reportó el régimen. Otras 13 mil personas se autoevacuaron porque no fueron avisadas a tiempo del peligro por las autoridades, según el reporte del Centro Humboldt. Ese organismo social reportó que más de 1,000 familias y más de 5,000 personas fueron afectadas por el huracán, que también dejó aproximadamente 800 viviendas destruidas. Las comunidades más afectadas son Haulover, Wawa Bar, Karatá, Whounta Bar, en donde se reportó la destrucción casi total de las viviendas.
Ortega apareció usando tapabocas en el acto en el mausoleo de Carlos Fonseca, en el centro de Managua, donde siguió en su posición triunfalista en que han controlado la pandemia del Covid-19, con el supuesto de que Nicaragua tiene la tasa de mortalidad más baja en el mundo, datos que son cuestionados por organizaciones médicas independientes debido a que no pueden confirmar por la censura sobre las pruebas realizadas para detectar los casos, así como el del seguimiento de los contagios.
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¿No permitirá observación electoral?
Su intervención, que fue transmitida en cadena nacional obligatoria en los canales y radioemisoras, la aprovechó el dictador para informar de que ya el FSLN empezó sus actividades para las elecciones nacionales, previstas para noviembre del 2021. No fue claro sobre si permitirá la observación de organismos internacionales creíbles en esos comicios, como se lo está demandando la comunidad externa y los nicaragüenses. Sin embargo, el dictador insistió en que no cederá a las exigencias de la comunidad internacional en el tema electoral.
El mensaje lo hizo al referirse a las elecciones presidenciales de Estados Unidos (EE.UU.), en donde el presidente Donald Trump no acepta haber perdido, mientras el candidato demócrata Joe Biden se ha declarado presidente electo.
La dictadura orteguista incluso felicitó oficialmente a Biden. Sin embargo, este domingo Ortega dijo que no opinarán sobre el conflicto electoral de EE.UU., y que su régimen espera que ese gobierno se meta en el resultado de las elecciones del 2021 en Nicaragua.
“Aunque somos del principio de que no se debe intervenir en los asuntos internos de un país, bueno, se dieron elecciones en Estados Unidos, que está polarizado, pero resultó finalmente ganador, como presidente electo Biden. (…) Ese es un problema de ellos, no nos podemos meter a hablar de lo que es la realidad del sistema electoral de Estados Unidos, porque no nos gustaría ni nos interesaría, como lo hacen constantemente países europeos y Estados Unidos, (que) se atreven a querer darnos lecciones. ¡Imagínense! Unas elecciones como esas aquí, estarían dando gritos los países europeos, los de Estados Unidos (diciendo) “hicieron trampa”, expresó Ortega.
Varias veces repitió el dictador de que Nicaragua no opinará sobre la situación de los comicios en EE.UU, ni pedirá a organismos, como la Organización de Estados Americanos (OEA) que intervengan, “porque no queremos que se metan con nosotros como se han metido antes”.
“Será el pueblo el que decidirá su futuro”, advirtió Ortega, allanando así el camino de que no habrían reformas electorales que garanticen comicios libres, justos y transparentes, sino que se mantendría el mismo sistema que le ha favorecido los fraudes para mantenerse en el poder.
Aunque repitió los insultos contra los sectores opositores, tildándoles de “vendepatrias”, en un momento de su intervención Ortega dejó entrever que se prepara para abrir un posible diálogo, pero centrado en restaurar el crecimiento económico. En lo que se entendió como un llamado a los grupos empresariales con los que, desde la masacre de abril del 2018, ha estado enfrentado, Ortega expresó que “ahora estamos en un proceso de reencuentro, para el trabajo, en generar empleo”.