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CONTENIDO EXCLUSIVO.Después del anuncio de que se eliminó el examen de admisión de las universidades públicas de Nicaragua, se ha abierto nuevamente el debate sobre si el problema está en la cancelación de esa evaluación, que sirve a algunos para acceder a sus estudios superiores, o en las deficiencias que hay en el sistema educativo del país.
Las universidades públicas desde hace un par de años venían “flexibilizando” el examen, debido a que los estudiantes no rendían a las exigencias de ese sistema evaluativo.
Eva Córdoba, directora ejecutiva de Eduquemos, considera que la eliminación del examen de admisión “no es garantía de la calidad y la igualdad de oportunidades” que ofrecían las universidades para ingresar aún con las críticas a los procedimientos sobre dichos resultados. “Los resultados de alguna manera permitían el término de la carrera, siempre que las evaluaciones fueran objetivas y de calidad, y se midieran en la experiencia práctica”, declaró.
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Córdoba, doctora en educación, señaló que la calidad educativa ha tenido un deterioro en la última década, y en particular en los últimos años debido a las crisis, por lo que ve necesario contar con datos creíbles sobre el desarrollo curricular del curso académico 2020, y recordó los problemas existenciales como la no comprensión lectora y capacidad de resolución matemática.
“Cabe reflexionar sobre los bachilleres de nuevo ingreso, sin examen de admisión para el curso 2021, además de las deficiencias reiteradas en las habilidades de comprensión lectora, capacidad de resolución matemática, diferencias de manejo de tecnología por equipamiento y conexión”, señaló.
Además, a toda la problemática estructural de la educación, este año se le sumó la pandemia de la Covid-19, que vino a aumentar las brechas en el sistema educativo y a retroceder algún avance alcanzado hasta ahora, coincidieron dos especialistas en educación.
Melba Castillo, doctora en educación y especialista en políticas educativas, dice que el problema no es la eliminación de examen de admisión, sino que ese método era un “filtro” para que entrara el estudiante que se preparó.
Para la especialista, en el país el “mérito ha dejado de ser importante” para darle lugar a los simpatizantes políticos. “El problema es que estamos eliminando uno de los pocos filtros que existían para reconocer el mérito del estudiante de ingresar a la universidad”, refirió.
Problemas de educación inicial
Castillo agregó que la baja calidad que se ha venido arrastrando históricamente, y agudizando en los últimos años de poder de Daniel Ortega, se ha visto reflejado en la educación inicial, donde los alumnos tienen altas deficiencias de lectura comprensiva o de resolución de problemas.
“Todos (los alumnos) pasan (aprueban), y entonces llegan a la secundaria y van arrastrando esas deficiencias, ¿y qué tenemos? Que si le ponés un examen de admisión, lo más seguro es que no lo van a pasar y por eso lo quitaron (el examen) si de todas maneras no logran pasar”, lamentó.
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Docentes de colegios públicos del país han manifestado en múltiples ocasiones a LA PRENSA que la orientación del Mined es aprobar al estudiante aunque el alumno no esté capacitado para el siguiente nivel académico.
Las especialistas en educación coincidieron en que se necesita incentivar a los docentes en formación y prepararlos con las debidas herramientas para lograr empezar a desarrollar una buena educación.
Castillo añadió que esto se logrará hasta que no haya una “centralización” en la educación de parte del régimen de Daniel Ortega. “El problema es un sistema educativo que se ha olvidado por completo de los estudiantes y docentes (…) El sistema centralizadísimo que tenemos no permite que los maestros innoven o algo, porque todo está excesivamente reglamentado y entonces ¿Cómo vamos a tener buenos estudiantes, buen rendimiento académico?”, cuestionó.