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Ortega, refugiado en las metralletas

Daniel Ortega ha consolidado su poderío contra sus adversarios a través de las armas.

Por el momento es el único que tiene los pelos de la mula. Desde el 2007 tiene secuestrada a la Policía para intimidar al pueblo y, como todo dictador, dispone de las armas del Ejército.

Como es sabido, el jefe del Ejército (el sancionado Julio César Avilés) le patentizó lealtad a Ortega, y el “infausto” jefe policial —Francisco Díaz, el consuegro— ni dudarlo. Buenos motivos tiene el dictador para estar cómodamente en el búnker de El Carmen, y sin pena ni gloria esperar las elecciones del 2021.

La Policía y el Ejército ya perdieron la identidad de sus orígenes revolucionarios. La primera es un aparato represivo y el Ejército no es más que un cuerpo feudal convertido en un emporio más en el mundo empresarial. El cuerpo castrense también recibe honores y reconocimientos de aduladores empresarios que ustedes y yo ya sabemos quiénes son.

¿Cuál será la nueva estrategia de Daniel Ortega con respecto al nuevo presidente del Cosep, Michael Healey? Algunos opinan que será muy cordial. Ya causó sus primeros efectos, logró distanciar al gremio empresarial de la Alianza Cívica. Todo parece indicar que Healey tiene su trompo enrollado.

Desafortunadamente, la oposición no tiene un buen padrino que le dé buenos consejos. Hay pugnas y serias contradicciones dentro de ella. En septiembre del año pasado, expresé en un artículo de opinión publicado en LA PRENSA mis esperanzas en la Alianza Cívica, hoy todo ha cambiado. Es por eso que comparto con lo que dijo Mario Vargas Llosa: “iban bien, pero no sé en qué lugar se jodió todo”.

Nuestra mayor decepción, hay sospecha de un nuevo pacto entre el gran capital y el régimen, un negocio debajo de la mesa; con todo lo que hemos vivido en estos últimos tiempos, debemos pensar que todo es posible.
Si bien es cierto, que durante los últimos años el régimen sufre desgaste por el abuso de poder, los medios oficialistas y paraoficialistas refuerzan campañas feroces contra los periodistas y medios independientes; nuestra única arma y nuestro eslabón.

Por otro lado, vayamos olvidándonos de que los Estados Unidos nos seguirá brindando más apoyo para deshacernos de Ortega, ellos tienen sus propios problemas, como la pandemia. Han enviado una clara señal de que debemos resolver nuestros problemas, su territorio no será más refugio de nuestros paisanos que huyen de la represión. De estas la primera víctima ha sido la líder estudiantil que fue repatriada por Estados Unidos. Así que ni corramos que somos out.

La liberación de presos políticos cada día se va alejando, porque el régimen le da exclusividad a los delincuentes comunes y los propagandistas del régimen aplican palo y plomo. Si lo que quiere Ortega es sumar votos para sus fines electoreros con los sufragios de los delincuentes, pues lo está logrando.

Lo cierto es que “no hay mal que nos une”, y así como el piano y el violín en una orquesta se ponen de acuerdo, sin embargo yo prefiero estar a la expectativa y conservar la fe.

El autor es periodista, vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Nicaragua.

Opinión armas Daniel Ortega oposición archivo
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