Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas , publicó este viernes un mensaje donde reitera que el Covid-19 es una amenaza crítica para los pueblos indígenas y que viene a sumarse al sufrimiento por las afectaciones al medioambiente.
“En casi la totalidad de los 90 países donde se encuentran estos pueblos, frecuentemente en lugares remotos, muchas comunidades indígenas tienen acceso inadecuado a servicios de salud, agua potable y saneamiento básico”, expuso Bachelet, revelando una cifra dramática de más 70,000 personas indígenas contagiadas en el continente americano. Su mensaje se da en el marco de celebración del Día Internacional de los Pueblo Indígenas, cada 9 de agosto, de acuerdo a decisión tomada por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1994.
“En general, la pandemia hace evidente la importancia de garantizar que los pueblos indígenas puedan ejercer sus derechos de autonomía y de autodeterminación. Ellos siempre deben ser consultados, y deben poder participar en la formulación e implementación de políticas públicas que les afecten, por medio de sus entidades representativas, líderes y autoridades tradicionales”, resaltó Bachelet en el mismo comunicado.
Situación de Nicaragua
En el caso de Nicaragua, Lottie Cunnningham, presidenta del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua, denuncia que la situación aquí es alarmante. Ellos han visitado más 20 comunidades y conocido de decenas de casos sospechosos y varios fallecidos por Covid-19, mientras que puestos de salud están desabastecidos de medicamentos elementales como Acetaminofén o cerrados porque las enfermeras y doctores se regresaron a los municipios.
“Eso fue hace dos semanas, yo hice las giras, es decir que lo digo con conocimiento de causa, no es que me lo hayan contado. Nosotros no trabajamos así”, aclaró Cunningham en conversación con LA PRENSA.
Además, acusó a las alcaldías de varias comunidades de promover encuentros de béisbol intercomunal, que se convierten en focos de contagio de Covid-19 por la aglomeración de espectadores y porque entre los jugadores no se logra tener el recomendado distanciamiento social.
El primer caso de Covid-19 en Nicaragua se confirmó el 18 de marzo pasado y ante la falta de interés del Estado para adoptar medidas de prevención, la población desarrolló las propias. Las comunidades indígenas no fueron la excepción y algunas llegaron a declarar en autocuarentena.
Por ejemplo, en mayo, mes en que el país entró en la curva exponencial, las comunidades de Karawala y Sandy Bay Sirpi, en la Desembocadura del Río Grande, en el Caribe Sur, decidieron que nadie entrada ni salía de sus territorios para prevenir contagios.
Según Cunningham, sólo en el Caribe hay 304 comunidades indígenas y de acuerdo a sus visitas, las zonas litorales son las más afectadas. La comunidad de Tawira es una de ellas.