La crisis económica que ha generado el coronavirus ha contraído a la delgada clase media de Nicaragua, ya golpeada por la crisis sociopolítica que se dio en el 2018 y las políticas recaudatorias impuestas por el régimen de Daniel Ortega. Ahora gran parte de este sector ha caído en la vulnerabilidad, un escaño antes de entrar al ámbito de la pobreza, según la clasificación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El BID señala que una persona es de clase media cuando tiene ingresos desde 12.4 hasta 62 dólares al día, y muchas de esas personas que estaban en este rango de ingresos eran empleadas del sector privado y público, donde ha habido una oleada de despidos, de manera que ahora estas personas están en la informalidad o inactivas laboralmente.
El sociómetro del BID, indica que hasta el 2014, en Nicaragua el 10.4 por ciento de la población ganaba entre 12.4 y 62 dólares al día, siendo el país con la clase media más reducida de América Latina, seguida por Honduras donde el 13.7 por ciento de la población estaba en esa estratificación.
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El economista y catedrático Luis Murillo señala que debido a la crisis del 2018 y la pandemia, la clase media nicaragüense se habrá reducido entre un 40 y 50 por ciento.
“La clase media es la que sostiene el crecimiento de un país. Antes de la crisis del 2018, la clase alta andaba en un 10 por ciento, la clase media en un 25 por ciento y un 60 por ciento en pobreza, sin embargo con estas dos crisis la clase media se ha venido reduciendo entre un 11 y 15 por ciento (al nivel del 2014), hay que recordar que la clase media de Nicaragua era tan vulnerable, que estábamos claros que con cualquier desequilibrio económico iban a ser golpeados”, dijo Murillo.
Pero además de los dos contextos de crisis, la clase media de Nicaragua se ha visto afectada por las políticas económicas de carácter recaudatorio que ha impulsado el régimen de Daniel Ortega, tal como la reforma a la Ley de Concertación Tributaria y la del Seguro Social, admite Murillo.
Profesionales desempleados y sin opciones
Karla Tapia, quien era parte de la exigua clase media, perdió su empleo como gerente de una financiera en abril de este año y su esposo, quien es dueño de una tienda de ropa vio una merma en sus ingresos del 50 por ciento, pero al quedar ella desempleada ahora todo el gasto de la casa recae sobre él.
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“Ahora estamos bien limitados, yo siempre pensé que el día que me retirara iba a invertir mi liquidación para poner una tienda de zapatos, pero este tiempo no es de inversión, la gente no está comprando, hay mucha incertidumbre”, dijo Tapia.
Según cifras oficiales del Banco Central de Nicaragua, hasta febrero del año pasado la cartera de afiliados al INSS sumaba 756,858 personas, inferior a los 896,869 que habían en marzo del 2018, antes que se diera la crisis política, es decir que hasta esa fecha se habían perdido 140,001 empleos.
Desde febrero del año pasado hasta la fecha, (exactamente hace 16 meses) se desconoce cómo ha evolucionado la cartera de afiliados, debido al apagón informativo que ha aplicado el BCN y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
No obstante datos de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en su más reciente informe estima que al término del 2020 habrá entre 272,600 y 336,700 desempleados.
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En concordancia con el desempleo, se esperaría una fuerte contracción del Producto Interno Bruto (PIB) este año. Distintos organismos proyectan caídas desde el 4 hasta el 6 por ciento, para el país.
Deterioro continúo
El sociólogo y economista Óscar René Vargas manifestó que el deterioro del nivel de vida de la clase media ha sido progresivo.
“Eso se refleja en la pérdida de empleo, el cierre de las empresas, es decir que la economía de los dueños de las empresas también se deterioro, no solo los trabajadores se han visto afectados. Por otro lado tenemos que la capacidad adquisitiva de esta clase se ha disminuido, es decir por todo lados vemos una repercusión negativa para ese sector”, dijo Vargas.
Economía se desmorona sin la clase media
El economista Murillo señala que el decrecimiento económico será peor este año, tomando en cuenta el brutal achicamiento de la clase media.
“La clase social debería estar distribuida de la siguiente manera: un 20 por ciento de la clase alta, un 60 por ciento de la clase media y 20 por ciento de la clase pobre, es decir que debe haber un buen porcentaje de la clase media para que eso te permita crecer, porque esa es la clase que consume más, pero en el caso de Nicaragua lo que hemos tenido es una asimetría, donde tenemos una clase alta que es bien reducida, la clase baja es bastante amplia y la clase media ha sido empobrecida por la política pública y ahora por los desequilibrios económicos”, sostuvo Murillo.