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Alcaldesa de Wiwilí, sobre las ejecuciones en la zona: “Aquí nadie está a salvo. En cualquier momento es la noticia que lo mataron”

A pesar del riesgo, la alcaldesa Reyna Hernández no tiene intención de retirarse del cargo.

La alcaldesa de Wiwilí, Reyna Esmeralda Mairena, de 50 años, recibió en enero de 2018 una alcaldía saqueada por los funcionarios sandinistas salientes, en un contexto de luto por la muerte del fiscal liberal Elías Pineda Bladón y el reto de gobernar el municipio bajo la represión armada de los fanáticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Desde entonces, tres funcionarios de la Alcaldía de Wiwilí han sido asesinados cada año y los principales sospechosos son los mismos sandinistas, que los venían amenazando desde que el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) ganó las elecciones municipales de 2017.

Lea También: El riesgo de ser opositor en Wiwilí, Jinotega. Tres funcionarios liberales de la alcaldía han sido asesinados a balazos

El último opositor asesinado fue el excontra Narciso Centeno, a quien la alcaldesa conoció en la infancia. Hernández confirmó que Centeno apareció muerto en la casa municipal del partido FSLN, el pasado jueves 26 de marzo.

¿Qué le dice a los trabajadores de la alcaldía?

A los muchachos de la alcaldía les digo que se cuiden, que no salgan a lugares peligrosos, ni a bares, ni a restaurantes. No pueden salir a ningún lugar, porque ya miramos que aquí nadie está a salvo. En cualquier momento es la noticia que lo mataron y hasta allí llegó. Tenemos miedo, pero el problema es que yo ya me metí a esto. El pueblo me dio el voto y yo no puedo correrme. Yo tengo que cumplir con mi tiempo. Ya una vez que pase el 2022, vamos a elegir a otro alcalde, porque yo no estoy enamorada de este cargo y ya otra personas vendrá a sustituirme y yo pues me voy para mi casa.

¿Cómo ha recibido los asesinatos de tres funcionarios de su alcaldía?

Ellos eran como mi familia. Es cierto que solo tenemos dos años administrando esta alcaldía, pero nos queremos como si fuéramos familia. Que difícil saber que me los están quitando uno a uno. No ha habido justicia. Las personas que los han asesinado siguen aquí en el pueblo.

¿Ellos tenían idea de que podían morir de esa forma?

No, no. Nosotros sabíamos el riesgo que corríamos cuando aceptamos el cargo en la alcaldía, pero nadie se esperaba estas muertes así. Todos eran wiwileños, nacieron aquí y crecieron. Tenían muchas amistades aquí. Yo pensaba que tal vez de otra forma no me iban a dejar gobernar, pero nunca pensé que en este lugar hubiera tantos asesinos como hay.

¿Todos habían recibido amenazas de los sandinistas?

A Rommel, antes de que lo mataran, ya le habían volado tiros. O sea, aquí nosotros vivimos bajo amenaza de todo tipo. No solo mi persona, sino todos los trabajadores de la alcaldía. Nos mandan mensajes en el Facebook: te dicen que te van a matar. Por lo menos al inicio, a mi me decían que no iba a gozar la alcaldía; que no iba a aguantar. Todo lo que ellos han venido diciendo se ha cumplido, porque me dijeron que no iba a poder gobernar, que me iban a quitar el presupuesto y se cumplió, porque el presupuesto todo lo quitaron. No tenemos para hacer proyectos.

¿Y qué es lo que puede hacer como alcaldesa?

Como la gente nos ha estado apoyando con los impuestos, entonces nosotros trabajamos con un módulo que nos dejaron en mal estado. La gente nos da el combustible y nosotros les hacemos los caminos de penetración que el campesino o el productor pide. De esa manera trabajamos, con los impuestos que la población nos está pagando.

¿Usted puede caminar tranquilamente por Wiwilí?

No, yo no puedo. Yo deseo ir a visitar un barrio o salir a la calle. Yo solo estoy de mi casa a la alcaldía. A las comunidades sí salgo, porque en las comunidades es donde tenemos la mayoría de gente liberal, y siento más confianza de salir a las comunidades. En el pueblo no puedo salir libremente.

¿Y si sale, qué siente que le puede pasar?

Lo peor que me puede pasar es lo que le ha pasado a los muchachos, porque Rommel iba a comprar una comida cuando lo mataron. El asesor se fue a un bar, y ahí solo esperaron que llegara y lo mataron. A Uriel igual, estábamos en un campeonato y solo esperaron que se fuera después de que estaba en reunión con los jugadores. Entonces, yo pienso que solo esperan que solo medio me descuide y pase lo peor.

¿Se puede decir que los sandinistas tienen tomado el pueblo?

No, tomado no, porque ellos solo salen a escondidas. Tienen sus lugares, sus casas donde se meten, la gente de confianza de ellos.

¿Cómo los identifican?

Ellos son paramilitares a como le decimos aquí, y en toda Nicaragua así se les dice. Son gente armada que el mismo gobierno dijo que eran como policías voluntarios. Y entonces, como todos nos conocemos en este lugar, aquí sabemos quien es quien, sabemos quien es el que anda armado, quien es el que anda haciendo daño, porque no solo han matado a los muchachos de la alcaldía. También mataron a un señor que se llama Alejandro Olivas, que lo mataron allí en su casa, estaba celebrando el día del padre, estaba tomándose unas cervezas con sus amigos, y allí llegaron a la calle principal, lo atacaron a balazos y allí murió. De los que lo atacaron a él, salieron como tres tirados, que son de aquí del pueblo, y todo mundo sabe quiénes son.

¿Conocía a Narciso Centeno, el último asesinado?

Yo lo conocía personalmente. Fuimos compañeros de clase cuando eramos jóvenes, tal vez eso la gente no lo sabe en Wiwilí, porque vivíamos en una comunidad, pero yo lo conocía desde pequeño. Diez años teníamos cuando él estudiaba. Después, para la guerra (de los ochenta) se desapareció y nunca lo volví a ver, hasta ahora que estoy aquí como alcaldesa. Nos reconocimos y era un opositor al Gobierno.

¿Es cierto que el cadáver de Centeno fue encontrado en la casa municipal del FSLN?

Si, en el zonal del FSLN. Eso si es verdad. No se sabe cómo llegó allí, no sé ni tampoco voy a decir que lo hicieron ellos, porque no miré, pero sí está dudoso, porque ¿cómo llegó al zonal?

¿En Wiwilí la gente se cuida de hablar contra el Gobierno o declararse liberal?

No, sí hablamos y decimos, pero con el riesgo que ya se ve que estamos en el ojo del huracán si hablamos. Pero aquí la mayoría somos liberales y no tenemos miedo algunos de hablar, otros sí, no les gusta decir nada por el peligro.

¿Cómo hacen para protegerse?

Aquí solo Dios es el único que nos ha protegido. Yo pienso que si todavía estoy viva es por las oraciones de los amigos católicos, evangélicos y de todas las personas que me quieren, porque aquí no tenemos quién nos apoye.

 La transición del 2018

¿Cómo fue la transición en 2018 que tomó el control de la Alcaldía?

Fue muy difícil porque no querían entregar. La entregaron con casi 10 días de retraso. Nos tenían que entrega el 10 de enero y nos entregaron el 19. Y no me entregaron, porque la alcaldesa (saliente) no me vino a entregar, sino que mandó a alguien.

¿A partir de allí, cómo fue la transición?

A partir de allí fue lo más difícil, porque no nos dejaron ni un lápiz, no nos dejaron computadora, se llevaron las sillas, se llevaron todo lo que era de la alcaldía. Las propiedades que tenía la alcaldía, como unas 17, esas las tienen ellos.

¿Qué propiedades?

Terrenos. Unos de dos manzanas, otros de seis manzanas. Una casa grande, que era casa de cultura. También es de la alcaldía un muelle donde va la gente a comer, tampoco lo han querido entregar. Nosotros solo tenemos la sede de la alcaldía, nada más eso nos entregaron. De ahí todo lo que era de la alcaldía, lo desaparecieron. No dejaron escritura, no dejaron nada.

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