El grifo de dinero para sostener el clientelismo político del régimen se cerrará aún más debido al golpe que significan las sanciones de Estados Unidos a los negocios controlados por la familia Ortega Murillo. El modelo populista será difícil de mantener, analizan los economistas Róger Arteaga y Enrique Sáenz.
“Han golpeado el corazón del negocio familiar del régimen. Los debilita porque no tendrán tantos recursos, al menos no la capacidad de usarlos como lo han hecho con los millones que obtenían con la venta del combustible durante todos estos años, que es de donde financiaban los proyectos con los que compraban simpatizantes”, afirmó Arteaga, expresidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham).
La lectura de los analistas es que la fractura en las filas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se ha acelerado por los crímenes cometidos contra los ciudadanos que protestan exigiendo democracia, libertad y justicia por la represión incrementada desde abril del 2018. Esa erosión en la base orteguista se profundizará más al no tener dinero para gastar en prebendas, el método usado en más de 12 años por la dictadura para comprar simpatizantes y votos.
“Si ya no les pueden dar nada, entonces esa gente los irá abandonando porque no son fieles al partido (FSLN) por convicción política, sino porque les daban algo”, aseguró Arteaga.
El Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a Rafael Ortega Murillo, hijo de la pareja dictatorial Daniel Ortega y Rosario Murillo. Se castigó además a la Distribuidora Nacional de Petróleo (DNP Petronic), a la empresa de seguridad El Goliat y a la concesionaria de gasolineras Inversiones Zanzíbar, por controlar, financiar y lavar dinero para el régimen.
Una pequeña parte de la cooperación venezolana se usó para financiar programas como bonos salariales a los empleados estatales, de asistencia a la producción y subsidios energéticos que debido a la reducción de los petrodólares pasaron a ser carga del Presupuesto General de la República.
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DNP Petronic, El Goliat e Inversiones Zanzíbar son parte del negocio de la dictadura Ortega Murillo, que incluye el Banco Corporativo (Bancorp), el cual fue forzado a su cierre de operaciones al ser sancionado por EE. UU.
Se cierra grifo del dinero
¿Cómo debilitan al régimen las sanciones a DNP? Arteaga explica que le causa problemas “porque se le cierra el grifo del dinero”. “Habrá problemas para mover el que ya tienen, no lo pueden tener debajo de la cama. Intentarán sacarlo del país o usar testaferros para comprar propiedades y otros negocios. Ahí es donde el Departamento del Tesoro usará su poder para identificar a quienes se presten para servirle al régimen, y no hay nada escondido entre cielo y tierra y menos en Nicaragua”, manifestó.
Arteaga refirió que la prioridad de la dictadura es “ver cómo mantiene sus negocios”, por lo que seguir gastando recursos en los seguidores “no es importante, al menos en este momento”.
Golpe severo
El economista y exdiputado opositor Enrique Sáenz explicó que el negocio de los combustibles “ha sido uno de los más lucrativos de la familia gobernante”, por lo que el golpe a DNP “es severo”.
“De igual manera que las sanciones al Bancorp los dejaron sin la tubería más importante para el trasiego ilícito de capitales, el golpe a DNP les provoca un tremendo agujero en uno de sus principales negocios”, afirmó Sáenz.
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