En los centros penitenciarios nicaragüenses, delegaciones policiales y centros clandestinos se practicó tortura contras los excarcelados políticos, en el contexto de las protestas antigubernamentales. De 56 testimonios documentados, cuatro personas fueron víctimas de violación sexual, siete denunciaron haber sufrido abuso sexual y a seis los amenazaron con ser violados directamente o a sus familiares, expone el informe Volviendo a ser Humano, elaborado por el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+ y presentado esta mañana en Costa Rica.
El documento sobre los excarcelados políticos es el resultado de los testimonios obtenidos mediante 56 entrevistas, 48 con personas excarceladas y 8 con familiares de estos, mientras estaban privados de libertad en el período del 27 de marzo a finales de septiembre de 2019, en Costa Rica como en Nicaragua.
Todos fueron desnudados
Del total de personas entrevistadas por el Colectivo, en 50 casos se evidenció que fueron víctimas de torturas, lo que significa el 94 por ciento de las personas detenidas. El régimen de Daniel Ortega inició una cacería contra las voces disidentes desde que estallaron las protestas cívicas, siendo más cruel después de la “Operación Limpieza”. En su totalidad los detenidos fueron sometidos a desnudez.
“Todas las personas entrevistadas, coincidieron en testimoniar que fueron víctimas de torturas, sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes como un método de castigo por oponerse al Gobierno y con la finalidad de obtener “confesiones”; actos que fueron cometidos por agentes del Estado y por fuerzas para estatales”, expone el documento.
El informe permite conocer duros relatos de cuatro personas, tres mujeres y un hombre, que describen la forma brutal cómo fueron ultrajados, las amenazas que padecieron y cómo las secuelas de la agresión sigue afectando sus vidas. En el documento se detalla que la mayoría de personas solicitó reserva de su identidad por seguridad, y unos pocos permitieron que se utilizara iniciales.
Abusos en la delegación de Masaya
Según el testimonio de A.C.R.M. esto sucedió en la delegación de Masaya:“Me llevan a un cuarto con poca luz, solo había un escritorio, una silla donde estaba sentada. A los quince minutos aparecieron hombres con pasamontaña (con pantalón azul, camiseta negra, cada uno con armas en la cintura y esposas), eran unos siete, me decían que iba a morir, pero primero te vamos a violar. Me tiraron al escritorio donde fui violada, durante el abuso todo el tiempo tuve un arma en la cabeza, después desnuda me hicieron hacer cinco sentadillas. Me tomaron huellas y me metieron a la celda. En las celdas comencé a tener sangrado, pasé de 8 a 10 días sangrando y diez días sin comer nada, ya que después de lo vivido, solo quería la muerte”
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De las cuatro violaciones, dos ocurrieron en “El Chipote”, uno en la delegación de Masaya y otro, en un sitio clandestino. Otra víctima fue detenido en Carazo. Describe que fue obligado a tomar narcóticos.
“Fui sometido a inhalación forzada de polvo blanco desconocido, que (me) causó ardor y estornudos con sensación de plenitud y desaparición del dolor; 15 minutos después me suministraron una tableta color blanca pequeña que me causó debilidad, decaimiento, sueño, mareos; veinte minutos después iniciaron el interrogatorio preguntándome: que donde estaba lo que les había robado del zonal”.
Golpiza y violación
La persona estuvo encapuchada y amarrado: “Me siguieron golpeando, me desmayaron varias veces. Perdí la noción del tiempo por completo, me amarraron con manos hacia atrás y siguieron golpeándome, se metieron tres sujetos que nunca los identifiqué por estar con una capucha en la cabeza. Como estaba amarrado, ellos me pusieron contra una mesa y comenzaron a violarme, terminó uno y luego el otro, y como yo no me dejaba. Comenzaron a golpearme nuevamente, perdí el conocimiento, me levanté y me miré sin pantalón, me volvieron a golpear, ya no me podía ni mover, (no precisó días) regresaron y vuelven a violarme. También me asfixiaban en un balde de agua con el objetivo que dijera donde estaba (en referencia a un supuesto robo del zonal de Jinotepe)”, se lee en el informe.
Entre las conclusiones del informe es que las simulaciones de ejecuciones arbitrarias contra presos políticos constituyeron actos de torturas. Las personas describieron acciones como la “ruleta rusa”, que consiste en simulación de disparos al oído.
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Aporte a la justicia
Para la directora del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), para el programa de Centroamérica y México e integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), Claudia Paz y Paz, el informe Volviendo a ser Humano, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, es un enorme aporte a la memoria, a la verdad y a la justicia. Es imprescindible y da luz sobre una parte muy dolorosa de la historia reciente, que ha permanecido oculta.