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UCA, protestas, dictadura

La UCA es el único y último lugar de Nicaragua donde aun se realizan marchas de protestas contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La dictadura no solo reprime las marchas, sino que las prohibió y criminalizó. LA PRENSA/ARCHIVO

La UCA, el corazón de la protesta universitaria contra la dictadura Ortega Murillo en Nicaragua

La UCA es considerada el único lugar en Nicaragua donde se mantienen vivas las acciones de protestas y marchas contra la dictadura de Ortega y Murillo

Un portón de barras de acero, sometido a forcejeo intenso en sus dos caras, separa a la represión de la rebeldía: la fuerza que empuja desde la calle viste uniforme, carga armas de fuego y calza botas.

Reciben órdenes a gritos y blanden cachiporras furiosas en el aire, mientras decenas de patrullas crispan el clima con ensordecedores ruidos de sirenas y luces rojas y azules.

Del otro lado del portón la rebeldía puja con pancartas, globos azul y blanco, banderas de los mismos colores, consignas, gritos de burlas y chorros de aguas.

Aunque cubren sus rostros con máscaras y pañuelos de colores azul y blanco, sus voces quedan al desnudo cuando vociferan contra la fuerza bruta al otro lado del portón y se delatan como lo que son: jóvenes estudiantes demandando democracia.

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Un estudiante que participó del plantón en la UCA expresó que este se realizó «porque no están respetando nada, no dejan ni protestar, ya no están respetando ni a la Iglesia Católica». LA PRENSA/R. FONSECA

UCA, bastión de la resistencia universitaria

El escenario de la escena de alta tensión es la Universidad Centroamericana (UCA) en su portón suroeste, frente a la Avenida Universitaria, otrora escenario de protestas universitarias y marchas multitudinarias que fueron repelidas a balazos.

Aquí convergen todos los días y desde más de 18 meses, decenas de policías al servicio de la dictadura de Daniel Ortega para intimidar a los estudiantes, cuya energía parece interminable ante la ya recurrente y perturbadora escena de represión descarnada.

¿Qué tiene la UCA que a diario se estacionan en sus alrededores decenas de patrullas de la policía política del régimen, fuerzas motorizadas, parapolicías de civil, fanáticos de la dictadura y hasta buses llenos de guardias antimotines?

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Mientras estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA) se manifiestan en la universidad, miembros antidisturbios de la Policía Orteguista (PO) se mantienen en los portones de la misma. LA PRENSA/R. FONSECA

Contra el “sistema de terror”

“Somos el último sitio en Nicaragua donde aún se realizan marchas de protestas contra el dictador y su sistema de terror”, dice bajo condición de anonimato por razones de seguridad, una de las estudiantes del movimiento estudiantil.

Ella participa en las marchas, plantones y expresiones de protesta interna contra los abusos de la dictadura que encabeza el viejo dictador Daniel Ortega y su pareja Rosario Murillo, quien ante la visión universitaria es la dueña y señora de los discursos de odio más viscerales jamás vistos en la historia política del país y, a la vez, blanco de las burlas mordaces e hirientes del juvenil humor universitario.

Otro de sus compañeros, de 19 años de edad y estudiantes de Derecho, agitado aún por la última protesta frente a la represión policial, explica que la rabia policial que desde hace meses los acecha, se ha exacerbado desde que abrieron en esta Alma Mater el Museo de la Memoria contra la Impunidad.

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Las protestas en la UCA se realizan pese al asedio de la Policía Orteguista tanto en la UCA como el edificio Pellas, en Carretera a Masaya, lugares donde estaba convocado el desfile. LA PRENSA/U.MOLINA

El museo, un monumento a la memoria

El sitio al que hace referencia el joven estudiante es una dramática iniciativa de la Asociación de Madres de Abril (AMA), que con el apoyo institucional de la universidad se instaló en el edificio del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica dentro del campus.

Según la explicación formal del sitio, el museo se construyó con el objetivo principal de contribuir a dignificar a las víctimas del Estado de Nicaragua a partir de abril 2018 y honrar su memoria: “El museo disputa la narrativa oficial que criminaliza a los ciudadanos que participaron en las protestas cívicas y el clima de impunidad propiciado por el gobierno de Nicaragua”.

En el museo se encuentran semblanzas de las víctimas de la violencia estatal, así como información y relatos de los hechos, fotos, materiales audiovisuales y documentos varios que permiten dimensionar el contexto de la protesta social que bajo la orden de Ortega y Murillo arrebató la vida a 328 personas, incluidos estudiantes, policías, obreros, campesinos y hasta niños y niñas.

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El museo permanecerá abierto durante un mes en el IHNCA, de la UCA. LA PRENSA/R. FONSECA

Los “pecados” de la UCA ante la dictadura

Sin embargo, para uno de los pocos docentes que se atrevió a hablar con LA PRENSA bajo condición de respeto a su identidad, pues habla sin autorización institucional para hacerlo, la rabia y furia del régimen contra la UCA viene desde antes del 18 de abril.

Su tesis es que la UCA cometió dos acciones que a ojo de la dictadura son “símbolos de desafío y traición”.

“El primer motivo del odio es que la UCA bajo la dirección de los jesuitas acabó en el campus con la influencia nociva de la Unión de Estudiantes de Nicaragua, el brazo armado del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la mayoría de las universidades financiadas por el Consejo Nacional de Universidades (CNU)”, dice el docente.

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“La UCA es 94% amar y servir y 6% dinero”, fue uno de los mensajes que transmitieron los ciudadanos. LA PRENSA/MARIO RUEDA

Semilla de la protesta de 2018

Y la segunda razón, interpreta, se da en el contexto de la actual crisis de represión que desde El Carmen azota al país.

De la UCA salieron las primeras protestas contra el incendio de la reserva forestal Indio Maíz y el primer grupo de estudiantes que salió a protestar el 18 de abril en Camino de Oriente, en su gran mayoría era estudiantado de la UCA, “de modo que cuando la Policía y la Juventud Sandinista los ataca, ellos corren a refugiarse al campus, los persiguen hasta acá y los atacan a pedradas y morterazos”.

Ellos salieron a protestar de tarde, luego de que en León, por la mañana, una manifestación de trabajadores jubilados que protestaba contra las reformas al Seguro Social fue apaleada por los miembros de UNEN.

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Estudiantes de la UCA se manifiestan en contra de la reforma al INSS el pasado 18 de abril. LA PRENSA/ARCHIVO

Así eliminó la UCA a UNEN de su campus

Aquellas escenas de ambas manifestaciones bajo ataque, transmitidas por las redes sociales y los pocos canales independientes que operaban entonces, encendieron la rabia social y estallaron las protestas que luego la dictadura aplastó a sangre y fuego en todo el país, menos en la UCA, donde el recuento de protestas y acciones de reclamo contra la dictadura se cuentan por decenas.

El exdocente de la UCA por más de diez años, Alfonso Malespín, va más allá en la historia de la inquina del FSLN contra la UCA y que se remonta desde los años noventa, cuando el sandinismo era oposición y desestabilizaba el país a través de UNEN en las batallas campales por el presupuesto del 6 % para las universidades del CNU.

“En los años del rector Xabier Gorostiaga al frente de la UCA (1991-1997), la universidad comunicó que dejaría de ser el cuartel central de las luchas por el 6 %. Esto significó una suerte de ruptura con Daniel Ortega, que entonces gobernaba desde abajo”.

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La lucha por el 6% se recrudeció a inicios de los años 90. LA PRENSA/ARCHIVO

La tristemente célebre figura de Jasser Martínez

“En esos años, operadores del FSLN dirigían desde la UCA al movimiento estudiantil. La posición de la UCA era clave, por estar en el nuevo centro de Managua. Desde entonces, la turbulencia se trasladó a la UNI”, explica Malespín, para luego volver hacia la historia interna que cuenta cómo los jesuitas purgaron a UNEN de su campus.

“Luego de eso, el Consejo Estudiantil Universitario de la UCA (Ceuuca, representante de UNEN en la UCA) se corrompió, perdió legitimidad e incidencia en la vida universitaria”, cuenta Malespín.

“Los jesuitas los empujaron fuera del Consejo Universitario y luego movieron su oficina del pabellón J hacia el fondo, por donde estuvo la Imprenta UCA. Luego que el Ceuuca dirigido por Jasser Martínez (entonces estudiante de la UCA y posteriormente diputado del FSLN) se tomara la UCA a inicios de la pasada década (año 2000), los jesuitas tomaron la decisión de borrar al totalmente corrompido Ceuuca”, recuerda Malespín, quien era docente de planta de la Facultad de Comunicación de dicho recinto.

Jasser Martinez
Jasser Martínez, presidente de UNEN, durante una entrevista al diario La Prensa. Mayo 28, 2004.  LA PRENSA/ARCHIVO 

Intentos del FSLN por asentarse en la UCA

“Con esto se eliminó la presencia del movimiento estudiantil dirigido a control remoto desde El Carmen”, explica.

Luego, la dirigencia del FSLN intentó por diversas vías posicionarse dentro de la UCA, pero sin éxito.

“Hubo al menos tres intentos por revivir al Ceuuca, pero el estudiantado en su gran mayoría no se entusiasmó para nada. Así que Jasser Martínez fue el enterrador del movimiento estudiantil de la UCA. Desde entonces el FSLN perdió influencia por esa vía. Han intentado recuperarla vía JS19 de Julio, pero no les ha dado tantos buenos resultados”, analiza Malespín.

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Los universitarios se quieren manifestar para exigir al Consejo Nacional de Universidades (CNU) el desembolso asignado del seis por ciento a la UCA, según la Ley 89, Ley de Autonomía Universitaria que, hasta antes del 2018 era asignado en su totalidad. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA 

Cantos de sirena del FSLN

Entonces, dice, el nuevo intento de cooptación inició desde arriba con una estrategia de acercamiento amistoso a la autoridad superior de la UCA.

“La UCA, como los grandes empresarios, tuvo una luna de miel extensa con Daniel Ortega. Parte de los reconocidos operadores políticos del FSLN eran profesores en la UCA: Antenor Rosales (expresidente del Banco Central),  Francisco Rosales (magistrado vicepresidente de la CSJ), Edwin Castro (diputado y jefe de la bancada del FSLN en la Asamblea Nacional), Wálmaro Gutiérrez, delfín del FSLN en asuntos económicos…”, recuerda.

Además, rememora Malespín, “en la UCA se formó la mayoría de abogados del FSLN que luego pasaron a copar las judicaturas, la Fiscalía y altos puestos en la Policía y el Ejército”.

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 LA PRENSA/ARCHIVO/ WILMER LÓPEZ

Una década de silencio que se rompió en 2018

“La UCA estuvo silenciada por casi una década. Lo que cambió todo fue la explosión estudiantil. Los estudiantes sacaron a la rectoría de su burbuja de comodidad”.

“Hay que recordar que el actual rector (José Idiáquez), poco después de tomar el cargo (2014), declaró al Diario LA PRENSA que no tomarían el rol que correspondía a los políticos y que las universidades (la UCA, al menos) ya no serían cuarteles generales de la lucha ideológica ni política”, recuerda Malespín.

Entonces, según el excatedrático de esa universidad, la luna de miel se acabó en 2018 “cuando los jesuitas vieron la cara del monstruo frente a la UCA, atacando y matando a la gente”: “El 30 de mayo de 2018 es la fecha parteaguas que marca el final de esa relación armoniosa entre la UCA y Daniel Ortega”.

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Decenas de miles de nicaragüenses acompañan en una marcha a las madres que perdieron a sus hijos a manos de la represión policial y paramilitar. LA PRENSA/CORTESÍA

7 acciones que convierten a la UCA en el principal bastión de protestas contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo:

  1. De sus pasillos salieron los primeros estudiantes que fueron a protestar el 18 de abril a Camino de Oriente, siendo los primeros agredidos y perseguidos por las turbas y los policías orteguistas, y la UCA les abrió sus portones para protegerlos.
  2. El destruido acceso principal de la UCA sirvió de altar el 27 de abril de 2018 para rendir el primer homenaje público al periodista Ángel Gahona, asesinado el 20 de abril de ese año mientras cubría las protestas en Bluefields. Desde entonces, la UCA ha rendido honores a las víctimas de la represión orteguista.
  3. Desde mayo de 2018 hasta la fecha, la UCA ha emitido diferentes comunicados y otro tipo de comunicaciones condenando fuerte y claramente, a nivel nacional e internacional, la represión, abogando por el diálogo, defendiendo la democracia y protegiendo a sus estudiantes y personal docente y administrativo.
  4. El 30 de mayo de 2018 la UCA abrió sus puertas para proteger a más de 5,000 manifestantes que buscaron refugio en el campus, luego que parapolicías, policías y turbas del régimen masacraran a balazos la Marcha de las Madres. La acción piadosa, y luego la denuncia internacional contra este crimen, le valió al rector y sacerdote jesuita José Alberto Idiáquez amenazas de muerte.
  5. Las denuncias y condenas de las autoridades de la UCA, y las protestas de sus estudiantes, le valieron a la universidad un fuerte recorte presupuestario de su partida del 6 %. Las voces del orteguista UNEN gritan desde entonces por expulsar a la UCA del presupuesto público.
  6. La UCA es la única universidad nicaragüense que ha impulsado labores por mantener viva la memoria reciente de la masacre de 2018 a la fecha, mediante diferentes eventos culturales como la exposición de imágenes de la represión y este año, el museo de la memoria contra la impunidad.
  7. La UCA es la única universidad e institución nicaragüense que mantiene viva las acciones de protestas pacíficas dentro y fuera de su campus, pese a la abrumadora campaña de intimidación en su contra. De acuerdo con el recuento del movimiento estudiantil de dicha universidad, solo este año se han desarrollado 157 acciones de protestas: marchas, proclamas, plantones, lanzamiento de globos, jornadas de activismo en redes sociales, pintas y otras actividades de rebeldía.

 

 

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