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Inti Amaru

El joven tenía 14 años y estaba en tercer año de la secundaria cuando lo asesinaron. LA PRENSA/Reproducción

Grandes crímenes | Recibió una llamada y terminó muerto. El asesinato del adolescente Inti Amaru en 1995

Pese a las investigaciones, nunca se supo a ciencia cierta por qué fue asesinado Inti Amaru Gómez. Hay varias versiones del caso

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Este reportaje fue publicado en el Periódico HOY el 31 de marzo de 2019

El 9 de agosto de 1995, Inti Amaru Gómez, de 14 años, despertó lleno de energías. Después de desayunar, a las 7:30 de la mañana, resolvió poner su grabadora de disco compacto a todo volumen y  mostrarle a la doméstica lo bien que bailaba algunas “rolitas” de la época. Fue el último momento de felicidad que el joven logró vivir, porque como a eso de las 8:30 de la mañana recibió la llamada de sus asesinos y sin sospecharlo, corrió hacia su muerte.

Según la doméstica (no se precisó el nombre), Inti respondió “bueno” a su interlocutor tras la línea telefónica y se dirigió al baño. No tuvo tiempo ni para cambiarse el short azul que nunca usaba por creerlo anticuado; llevaba gorra, camiseta y una prisa inusual. Su madre, la periodista Elsa Gómez, quien para ese entonces trabajaba en radio Católica, llamó minutos después que este saliera de casa. Le extrañó  que Inti no pidiera permiso y peor aún que no informara a dónde iba.

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La angustia inundó a Gómez de inmediato. A las 5:00 de la tarde, su miedo fue tan grande que se dirigió al colegio La Asunción, donde su hijo cursaba el tercer año de secundaria. Pero no lo encontró.

En horas de la noche el llanto invadió a la familia Gómez Gómez. Desesperados pidieron ayuda a la Policía e interpusieron la formal denuncia por desaparición en el Distrito Seis. La espera fue una agonía, pero todo empeoró cuando el capitán Mauricio Rojas de Criminalística reportó en horas de la madrugada que había un cadáver no identificado en la morgue del Hospital de Masaya.

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Confiada en Dios, la periodista llegó al sanatorio con su esposo, Evaristo Gómez y al mostrarles el cadáver los gritos invadieron la sala… Era su hijo. Tenía heridas de hasta dos centímetros en la cara y la barbilla, hematomas y señales de estrangulamiento. Había sido encontrado aproximadamente a la 1:00 de la tarde del 9 de agosto en los terrenos de la hacienda Santa María, en un camino de tierra llamado Pilas Occidentales, que está ubicado entre Tipitapa y Masaya.

En busca del asesino

Tras el hallazgo del cadáver de Inti Amaru, la Policía conformó un equipo de investigadores integrado por oficiales de Masaya y Managua, para esclarecer el crimen. Dos semanas después de la búsqueda lograron capturar a los asesinos. El 23 de agosto de 1995, LA PRENSA tituló “Crimen de Inti Amaru esclarecido”.

Gustavo Adolfo Vílchez Valle, de 29 años, confesó que para iniciar a torturar al jovencito se quitó los cordones de los zapatos y se los pasó a Marvin Geovanny Benavides Zarate (quien tomó los cordones y ahorcó a Inti).

Los motivos del crimen —a la fecha— son confusos. Vílchez Valle brindó varias versiones a las autoridades, en una de ellas acusó como autor intelectual del asesinato a Oscar Lenín Castro, primo de la víctima y residente en Guatemala. Luego dijo que era una vendetta contra el mismo Oscar Lenín de un guatemalteco de apellido Reyes, a quien este le debía 7 mil dólares.

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También llegó a vincular a la familia de Inti con el tráfico de armas y todos —en medio del dolor—, enfrentaron procesos por órdenes de Luz Amparo Caldera, entonces juez Octavo de Distrito del Crimen, pero la judicial mandó a suspender la investigación al no encontrarse pruebas contundentes.

Conocía a su asesino

Inti Amaru conoció a Gustavo Adolfo Vílchez Valle por su primo (Oscar Lenín Castro) que vivía en Guatemala desde hacía seis años y visitaba a la familia de vez en cuando. “Mi hijo era muy cercano a su primo Oscar Lenín, como no tenía compañía, lo quería mucho, lo miraba como al hermano que no tenía”, declaró Elsa a LA PRENSA en noviembre del 2005.

También, recordó que incluso en una ocasión, Vílchez Valle visitó la casa en residencial Las Mercedes, diciendo que Oscar Lenín Castro Gómez solicitaba un préstamo supuestamente para la compra y venta de chatarra.

Desconfiada, Elsa explicó que no tenía y orientó a Vílchez Valle buscar a otra persona que pudiera prestarle lo que necesitaba.

La implicación de su sobrino en el crimen le resultó a Elsa Gómez poco creíble. Tres semanas después del asesinato, Oscar Lenín Castro se presentó ante la juez Luz Amparo Caldera para dar su declaración y se desligó de toda responsabilidad. La judicial lo liberó de culpa, pero se abrió causa contra él y demás familiares de la víctima por tráfico de armas.

Medios orteguistas nocivos como siempre

En 1995, en medio del dolor por el asesinato de su hijo, la periodista Elsa Gómez que militó en 1977 a 1982 en el comité de base del sandinismo y luego fue tildada de contrarrevolucionaria, se vio envuelta en una campaña hiriente dirigida por los medios de comunicación sandinistas.

Estos recalcaban en sus noticias que Inti Amaru era un joven provocador, que practicaba satanismo y rendía culto al “demonio”, realizándose heridas en el cuerpo. “Me han puesto más alterada y deprimida, además que no entiendo por qué esta campaña”, expresó Gómez a LA PRENSA.

Lo nuevo del crimen

El HOY intentó comunicarse con la periodista Elsa Gómez, madre de la víctima, pero ella dijo que no quería revivir la dolorosa tragedia, menos en el contexto que atraviesa el país. Dijo que los asesinos de su hijo están en libertad desde hace varios años.

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Esta información la corroboró el abogado Ricardo Flores quien en ese tiempo respaldó a la familia afectada. Mencionó que todos los acusados lograron la libertad antes de cumplir condena, porque se volvieron reos de confianza, participaron de actividades sociales y presentaron buen comportamiento.

“Supe que uno de los acusados, Marvin Geovanny Benavides Zarate, al salir de prisión tuvo una reincidencia delictiva, lo agarraron por San Benito con una fuerte cantidad de droga. De los otros implicados en el caso de Inti Amaru no sé nada, eso sí, están libres sin haber cumplido la condena”, mencionó Flores.

Penas

Los cuatro implicados en el crimen del adolescente Inti Amaru Gómez fueron condenados en 1996, solo Gustavo Adolfo Vílchez Valle y Marvin Geovanny Benavides Zarate recibieron la pena máxima de 30 años por ser los autores directos del asesinato. Juan Carlos Ruiz Sandino y Marco Antonio Martínez Rodríguez fueron sentenciados a nueve años de encierro, pero lograron la libertad a los siete años.

Trascendió que el 2005 Marvin Geovamny Benavides Zarate, uno de los sentenciados a la pena máxima por el asesinato del adolescente, pretendió obtener la libertad condicional pero la juez Primero de Distrito Penal de Ejecución de Sentencia y Vigilancia Penitenciaria, Roxana Zapata, rechazó la tregua. En 2008, Gustavo Adolfo Vílchez Valle, también condenado a 30 años de prisión, solicitó la libertad condicional.

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