Con un enfoque de construir una nueva Nicaragua, lo que pasa por elecciones adelantadas en 2020, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, asegura que la unión es una condición indispensable para el cambio democrático en Nicaragua. No obstante, la transformación de país que demanda este grupo opositor se topa con el muro impuesto por la dictadura de Daniel Ortega, que domina todos los poderes del Estado y se niega a buscar una salida a la crisis sociopolítica que ahoga al país desde abril de 2018.
La gran Unidad que espera formar la Alianza Cívica se basa en el siguiente decálogo:
El político y miembro de la Alianza, José Pallais, explicó que la unidad se observa en diferentes etapas: primero, la unidad en la acción de lucha, en la que se requiere mayor coordinación para ser más efectiva; segundo, la unidad en la democratización del país, que pasa por exigir las reformas electorales planteadas en agosto pasado; tercero, la unidad electoral, para “triunfar, para derrotar a la dictadura”, y cuarto, la unidad para reconstruir el país, explicó.
Reconocen que la unión no es fácil, pero van a trabajar en esta. Por eso definieron los principios que a juicio de la Alianza debe guiar esa gran coalición. “Creemos que este ha sido un mensaje que debe mover a todos los nicaragüenses con convicciones democráticas a trabajar por ella-la unión-, a no buscar posiciones ideológicas, posiciones ventajistas o fortalezas partidarias propias, sino a buscar como derrotar a la dictadura y construir una nueva Nicaragua”, dijo Pallais.
El director ejecutivo de la Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, sostuvo que el decálogo refleja los puntos fundamentales que representa un plan de país, y destacó la necesidad de crear el consenso nacional.
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“Si nosotros no construimos la base de una visión estratégica a mediano y largo plazo como país, y nos concentramos simplemente en un proceso electoral, no vamos a llegar ni a primera base”, expresó Chamorro. El proceso de unidad implica un diálogo interno con todas las fuerzas opositoras, incluidos los partidos políticos, que lleva un determinado tiempo.
Para el investigador social, Mario Sánchez, los procesos de unidad no son de corto plazo, como la población quisiera. Toman su tiempo y más cuando se está en un contexto de crisis sociopolítica. No obstante, Sánchez destaca que ha habido un esfuerzo sostenido de articulación entre distintas fuerzas sociales en el que se sigue avanzando.
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“Esos procesos toman tiempo. No son procesos de corto plazo, ni son procesos tan acelerados, como uno quisiera, dada las circunstancias en las que estamos viviendo. El contexto, de mucha incertidumbre, de mucha represión y que realmente lo que más aspira uno es un cambio a la mayor brevedad, además de la crisis económica”, expresó Sánchez.