La falta de apetito por los títulos del Estado tiene a la Bolsa de Valores en una profunda recesión, cuyas operaciones mensuales lejos de dar señales de recuperación son cada vez son más negativas. Los saldos del mercado bursátil hasta agosto de este año están en rojo y son peores que el año pasado. La situación empeora por la postración en la que se encuentra la economía y la creciente desconfianza hacia el régimen de Daniel Ortega por parte de los inversionistas.
Entre enero y agosto de este año en la Bolsa solo se transaron 6,541 millones de córdobas, inferior a los 96,820 millones en similar periodo del año pasado y menor a los 36,430 millones de córdobas en el 2017, según cifras de la Bolsa de Valores. Los números reflejan que en lo que va del año solo en julio las operaciones mostraron un comportamiento positivo comparado con igual mes que el año pasado, pero inferior respecto a los años anteriores.
En agosto en la Bolsa se transaron 634 millones de córdobas menor a los 2,171 millones en similar mes del 2018. Con ello, la Bolsa este año acumula uno de los peores niveles de transacción de los últimos ocho años, lo que significa un golpe para las finanzas del régimen de Daniel Ortega, que utilizaba esta vía para obtener recursos y financiar el Presupuesto General de la República.
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De hecho según el informe de ejecución presupuestaria de este año en la primera mitad del año Hacienda solo logró colocar en bonos 222.1 millones de córdobas, es decir apenas el 2 por ciento de los 11,264.2 millones de córdobas planificados. Cabe recordar que los instrumentos del Estado son los principales papeles que se negocian en el mercado bursátil nicaragüense junto con los del Banco Central de Nicaragua.
Desde el año pasado, el régimen tras la brutal represión estatal, que le costó la vida a más de 328 nicaragüenses afronta serias dificultades para financiarse a través de la colocación de bonos en la Bolsa, no solo por la incertidumbre sobre el futuro inmediato del actual gobierno sino también por la huida de inversionistas y el mal momento que pasan los bancos, que son tenedores de estos instrumentos de financiamientos.
El peso del sector público
Según el reporte de la Bolsa, disponible en su sitio web, el 90.47 por ciento de las negociaciones fueron hechas por el sector público, el restante por el privado. El 24.07 por ciento del total de las transacciones se hicieron con plazos de 30 días y apenas el 6.66 por ciento optó por títulos con plazo de vencimiento de más de 360 días, el resto se repartió con periodos de entre 7 días y 360 días.
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El 73.37 por ciento de las negociaciones se hicieron en el mercado de reportos opcionales, donde generalmente los inversionistas revenden sus títulos. Apenas el 22.87 por ciento de las transacciones se realizaron en el mercado primario, que es donde por primera vez se colocan títulos. El comportamiento de este último mercado contrasta con el 52.92 por ciento en el 2017, en similar periodo, cuando el mercado era atractivo para invertir en los títulos públicos, principalmente.
En declaraciones pasadas, el gerente de general de la Bolsa, Gerardo Argüello explicó que al igual que en los bancos, que sufrieron la salida masiva de depósitos, en el mercado bursátil también se sintió la ida de inversionistas, algunos de los cuales sacaron su capital del país.
La fuga de inversionista en este mercado financiero, inclusive, ocurrió pese a las mejoras en las tasas de intereses, lo que no fue capaz de retener a los tenedores de papeles bursátiles.
Meta ambiciosa y buscará otros mercados
Y pese a lo mal que le va a la Bolsa, el Gobierno mantiene su expectativa de continuar obteniendo recursos a través de la colocación de deudas. Según el documento “Lineamientos de política para la formulación del proyecto de Presupuesto General de la República y del marco presupuestario de mediano plazo 2020-2023”, se mantendrá la apuesta por conseguir recursos a través de la colocación de títulos el próximo año, esto frente al endurecimiento del financiamiento externo concesional.
El objetivo es conseguir a través del mercado bursátil unos 100 millones de dólares en el 2020 . “Para cumplir con dicha meta se pondrán a disposición bonos de la República de Nicaragua con vencimientos de entre 1 y cinco años de plazo. Finalmente se destaca que el Plan Anual de Colocaciones será consistente con la Estrategia Nacional de Deuda Pública de Mediano Plazo”, precisa.
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Ante la imposibilidad de obtener recursos en el mercado interno, el documento de Hacienda revela que el régimen estaría interesado en incursionar a los mercados bursátiles de la región. “Además se continuará con los esfuerzos de coordinación entre las instituciones monetarias y fiscales de la región, a fin de poder ampliar y crear las condiciones de acceso a este mercado, con el resto de países de la región”.
La apuesta del régimen ocurre en momentos que las mismas calificadoras de riesgo han deteriorado las notas crediticias de Nicaragua, lo que pone un obstáculo a dicho objetivo. Es por ello, que el mismo Hacienda revela en el documento que entrarán en conversaciones con las agencias para mejorar la posición del país en correspondencia con el desempeño de la economía.
El régimen estableció en menos 2 por ciento las expectativas de caída de la economía este año, mientras que el próximo año espera que la misma retome el crecimiento, unas proyecciones que distintos economistas han puesto en duda debido a la profundización de la crisis en el consumo, el desempleo y la falta de salida negociada de la crisis política.
El Fondo Monetario Internacional hasta ahora mantiene que la caída del PIB será de menos cinco por ciento y la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) estima la contracción entre 5.4 y 6.8 por ciento.