En Nicaragua ocurre un promedio de cuatro detenciones arbitrarias a diario, así como amenazas y agresiones especialmente contra excarcelados políticos y defensores de derechos humanos, según un informe de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
Los lugares más afectados son Managua, Masaya, Niquinohomo, Diriamba y León, señaló la UNAB.
Las detenciones son realizadas en su mayoría por policías orteguistas acompañados de fuerzas antidisturbios o antimotines. Los allanamientos en casas de los afectados siguen haciéndose de forma ilegal, sin orden judicial.
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De igual manera, según el documento que fue elaborado junto a la Alianza Cívica, impera la falta de información a la familia del detenido. Un ejemplo de esto es el caso de Sergio Putoy, quien lleva 13 días detenido de forma ilegal, no lo dejan ver a sus familiares y no lo llevan a los juzgados.
Las detenciones en Masaya se dan por la supuesta investigación de explosión de bombas de contacto o artesanales en la vía pública en horas de la madrugada.
Otro caso reciente es el de Reynaldo Antonio Martínez, quien fue secuestrado el viernes 9 de agosto en Masaya y a la fecha la Policía Orteguista (PO) no ha permitido verlo ni da información a sus familiares por qué lo capturaron.
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“Es una desesperación terrible no saber nada de él, mi niña llora preguntando por su papá y no me dejan verlo. Hoy cumple seis días encerrado de forma ilegal”, dijo Juana López.
El afectado iba hacia su centro de trabajo como ebanista, cuando a eso de las 5:30 de la mañana una patrulla policial se lo llevó de la calle, a media cuadra de su casa. Desde entonces no saben nada de él.
“Fui a la Policía de Masaya a preguntar por él y no me dijeron nada. Volví a ir y me dijeron que lo habían trasladado al Chipote, en Managua”, refirió la denunciante.
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López hace lo imposible por ir a dejar comida a su esposo recluido en las celdas del Chipote, en Managua, donde solo aceptan una comida por cada tiempo. Antes permitían que se entregaran las tres comidas del día en una sola entrega durante la mañana, para evitar mayores gastos de transporte a los familiares de los detenidos. Para la denunciante es imposible permanecer todo el día en el lugar ubicado en las periferias de la capital, para entregar la comida de cada ración.
Agresiones a campesinos
El informe de la UNAB también recoge información sobre atentados y asesinatos a campesinos en la zona norte y centro de Nicaragua, especialmente en Nueva Segovia y Jinotega, a manos de civiles armados. Uno de los casos fue el del autoconvocado José Alejandro Martínez Vásquez, de 27 años, preso político excarcelado del régimen orteguista, que fue baleado en Wiwilí, Nueva Segovia.