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CONTENIDO EXCLUSIVO.El nuevo presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), Mario Arana Sevilla, advierte que si tarda en llegar la solución democrática a la crisis sociopolítica provocada por la represión del régimen de Daniel Ortega, y por el contrario, se profundiza en el deterioro de los derechos humanos y se combina con duras reformas fiscales y a la seguridad social, en Nicaragua el colapso de la economía hará que el país retroceda cuarenta años en materia de desarrollo social.
Arana fue electo el pasado 31 de enero como presidente de Amcham, quizás en el peor contexto por la ruptura del modelo de relación del sector privado con el régimen de Ortega, que durante 11 años permitió a los gremios empresariales acordar medidas económicas, dejándole la política a Ortega.
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En esta entrevista con LA PRENSA, Arana afirma que por mucho que el régimen presione, el sector privado solo se sentará en una negociación con la participación de todos los sectores donde se centre en la solución institucional al país.
¿Por qué acepta dirigir Amcham en este momento tan complejo?
Es una combinación de factores. Hubo personas con las que he venido hablando a lo largo de esta crisis que me propusieron integrarme de nuevo a la cámara, precisamente por el contexto actual. Y la experiencia que uno ha acumulado, las relaciones con jugadores claves como el Gobierno, la sociedad civil, el sector empresarial y los Estados Unidos. He trabajado de cerca con todos ellos y asumo que algunos (socios de Amcham) valoraron que en las circunstancias difíciles como las que estamos, podemos trabajar en construir puentes y ayudar a ver cómo salimos pronto de esta crisis. Las Cámaras de Comercio Americana en todo el mundo y en Nicaragua tienen como objetivo central la promoción del comercio y la inversión, obviamente eso es lo que me interesa para Nicaragua.
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Afortunadamente en mi tiempo en el sector privado he logrado atraer bastante inversión al país. Estuve detrás de una empresa de quinientos millones de dólares en geotermia en Nicaragua, en donde tuvimos el apoyo del sector privado, Gobierno y organismos multilaterales. La inversión de Nicaragua se había convertido en un motor de crecimiento muy importante.
La inversión promedio en el mundo es del 3 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto, en Nicaragua en un momento llegó al 10 por ciento. Entonces es un componente importante y para el crecimiento económico futuro, para mejorar la productividad y sacar a la gente de la pobreza es lo que debe ocurrir.
En el actual contexto de crisis ese objetivo es difícil…
Ese es el punto. No vamos a poder fomentar el comercio y la inversión si aquí no resolvemos el problema de la crisis política.
Amcham con la crisis se integró a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. ¿Siguen ahí o decidieron salirse?
Amcham todavía es parte de la Alianza, ha renovado el mandato de todos sus participantes. Hay un equipo trabajando directamente con la Alianza Cívica, al cual me sumo yo, porque es una delegación institucional.
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Es importante notar que se ha venido trabajando en fortalecer los lazos con los distintos actores, para prepararse de cara a una posible negociación, tal y como se plantea en la carta del 12 de diciembre al gobierno —el Cosep, Amcham y Funides—. En esa carta se sugieren nuevamente los elementos que pudiesen conformar parte de una salida a la crisis política. Se habla de la necesidad de sacar a los presos políticos, y eso sigue teniendo vigencia, porque es gente que protestó y se han criminalizado cuando estaban ejerciendo su derecho constitucional a protestar.
Se hablaba en esa carta de la importancia en la justicia y la reparación para que conozcamos la verdad de lo que ocurrió y que no vuelva a suceder en el país, que esta vez sembremos una base sólida para el futuro y que no nos vuelvan a ocurrir episodios de violencia, que ha sido nuestra constante histórica y política. También se hablaba de la necesidad de reformas electorales, pero también de un adelanto de las elecciones, y eso es porque se ha perdido la capacidad y habilidad de gobernar el país y de manejar la economía.
¿Este gobierno la perdió?
Yo diría que está muy erosionada esa capacidad. Entonces en aras de darle una oportunidad al país de reconstruirse, esas son las recomendaciones que el sector privado ha concluido que pudiesen servir.
Por supuesto, en una negociación se tienen que escuchar los puntos de vista de las partes. Por eso se sigue apelando y llamando al diálogo.
¿Cómo lograr que el Gobierno acepte ese diálogo si ellos parecen haber volteado la página y hasta impusieron las reformas a la seguridad social que detonaron la crisis?
La economía sigue en declive, inclusive la recesión se profundizaría este año, peor aún si pasan la reforma fiscal. No introducís una reforma fiscal cuando estás en recesión, eso en cualquier país del mundo se sabe.
Además hay vulnerabilidades importantes a cuidar, por ejemplo, la del sistema financiero porque continúa saliendo plata del país y debemos parar esa situación, porque está afectando el crédito, el crecimiento (económico) y en fin todo.
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Este (el financiero) es un sector que afecta todo el funcionamiento de la economía y está afectado por la crisis, es afortunado que el sector ha tenido la fortaleza de su base de capital, del manejo prudente y han mantenido altos niveles de liquidez, y por otro lado, como país se había hecho una buena provisión de reservas internacionales que nos está ayudando a soportar la crisis. Pero eso llega hasta un punto, y lo importante es que antes de llegar a ese punto crítico podamos encontrar un camino.
En parte está el problema económico, pero es consecuencia del problema político. Cómo podemos decir que este país está normal con quinientas personas (presos políticos) en las cárceles, que hayan cincuenta mil exiliados en varios países, eso no significa que tengamos un país marchando bien.
¿Cuál es la salida concreta?
Una negociación. No es correcto someter al país a las potenciales sanciones que vendrán de afuera. No hay que aferrarse a nada, sino que con visión de futuro y de estadista ver cómo usamos este momento para profundizar sobre las razones que nos trajeron acá y tratar de construir otro país. Si hacemos eso, pasaremos a la historia sentando las bases de una Nicaragua que tenga sostenibilidad a largo plazo y que no se repitan los ciclos de violencia que hemos vivido.
¿Existe una comunicación con el Gobierno de la Alianza Cívica o del sector privado sobre esa negociación?
El sector privado ha dicho que no vamos a negociar en los temas económicos a menos que veamos los asuntos políticos donde los temas a considerar son los que ya hemos señalado: los presos políticos, las reformas electorales y ver todo el tema de la justicia. El sector privado es el primer interesado en salvar la economía, sobre esa base son claras las posturas y esperamos que el Gobierno las atienda.
¿Ha habido alguna señal de interés del Gobierno?
Diría que las señales son las visitas (de delegados) internacionales, las que debemos leer como constructivas.
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Entendemos que hay una actividad positiva hacia la posibilidad de eventualmente retomar una negociación, y hemos escuchado también que en principio la voluntad existe. Probablemente se estarán buscando las condiciones y creo que será importante que aquí se pare toda persecución, represión y se liberen a los presos políticos.
¿Esa negociación sería entre sector privado y Gobierno? ¿Dejarían por fuera a los otros sectores?
El sector privado ya no está pensando en negociar solo, ni mucho menos negociar alrededor del tema económico solamente. El sector privado cree que esta negociación es incluyente y que tenemos que atender el tema político.
Cuando hablamos de incluyente, vamos a necesitar oírnos todos y creo que en ese espíritu podemos encontrar el balance que nos compre estabilidad a largo plazo.
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Esa posición les ha valido el rechazo del régimen, pues los señala de golpistas. Algunos dicen que esto es para presionarlos a romper con la Alianza Cívica y volver al modelo que tenían antes de la crisis.
El Gobierno ha venido con todo tipo de presiones para que el sector privado se desarticule y se divida. No lo ha podido lograr. Esta crisis nos ha conmocionado a todos y nos ha hecho hablar mucho entre nosotros para entender qué pasó acá, quiénes tuvieron mayor responsabilidad y quiénes estuvieron del lado de quienes estaban criticando el modelo que traíamos y quiénes son los líderes que tienen las ideas para buscar un modelo distinto.
Eso nos ha unido porque ha permitido que surja la socialización de los criterios y hay un claro compromiso de que esta vez debemos construir patria para todos, y no renunciar a eso. Vemos que otros países en momentos de su historia lo supieron hacer muy bien, tenemos a Costa Rica, que hoy es país refugio de nuestros compatriotas, pero ahí se construyó una democracia una vez que se tomaron una serie de decisiones atinadas. (…) Hay responsabilidades sobre cómo y por qué se produjo esta crisis y aquí no es asunto de golpistas, esto (las protestas de abril) fue espontáneo, fue la acumulación de agravios generalizados a distintos sectores que luego confluyeron, con la represión, en un solo conjunto de demandas que era la democratización del país y que aquí haya justicia.
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Pero eran reivindicaciones diferentes las que originaron todo; el problema de las reformas al Seguro Social, los campesinos del canal, el de los ambientalistas por la quema de Indio Maíz, o de los estudiantes que tenían conflictos internos por cómo venían siendo impuestas autoridades dentro de la UNEN. Todo eso se convirtió en un clamor nacional, porque aquí hayan reformas que le compren democracia y justicia al país.
Pero la reforma del INSS al final se impuso, ahora aprobarían reformas fiscales y con esto el régimen esperaría que ustedes opten por salvar las empresas.
El sector privado ha rechazado esas reformas y ha advertido que imponerlas no funciona. Mucha gente va a buscar contravenir esas reformas. Es un tema de la agenda económica que tendremos que volver a ver, porque no se le está dando una solución integral al problema del Seguro Social.
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Por principio, vamos a recurrir legalmente contra ambas reformas, porque hacen menos competitiva la economía del país, habrá más informalidad cuando parte de la solución del Seguro Social es que haya más empleo formal que contribuya a la reserva del fondo de pensiones.
¿Qué tan real es la información de que socios de Amcham como Walmart y PriceSmart se irían del país debido a esas reformas?
Entiendo que una de las empresas hizo ese argumento y otra llamó la atención de que las distribuidoras de alimentos trabajan con márgenes muy bajos, y se defienden por la vía de volumen de ventas. Si les pasás el anticipo del IR al 3 por ciento sobre los ingresos, realmente estás quebrándolas.
Para ser franco, a mí me llamó Bayardo Arce (asesor presidencial) para invitarme a las consultas y me contó las reformas. Primera vez que me llamaba desde antes de la crisis. Le dije que esas reformas van a sembrar más incertidumbre y desconfianza. Me pregunto si las están utilizando para flexibilizar la posición del sector privado en una futura negociación. Me explicó sus razones que las veo válidas porque hay un problema de financiamiento (presupuestario), porque es una situación fiscal explosiva la que se está acumulando porque no se logró el financiamiento para el déficit del año pasado, y se suman supuestos no realistas de financiamiento que no vamos a conseguir (este año), más un déficit adicional el doble que del año anterior.
(Arce) me dijo incluso que en el tema del INSS para marzo ya no van a poder completar con los recursos todas las pensiones. Debo creer que hay un problema serio porque se han caído las cotizaciones, más de 150 mil personas dejaron de cotizar el año pasado. Igual le dije que estas reformas no les van a dar resultados y que deben insertarse en una negociación más amplia donde podríamos tratar de atraer a organismos internacionales y ciertas líneas de financiamiento para casos como el que enfrenta Nicaragua.
¿Pero empresas de Amcham les han expresado que se pueden ir del país si estas reformas pasan?
Hemos recibido información de empresas que han manifestado esa posición.
¿Usted fue ministro de Hacienda, presidente del Banco Central y con toda su experiencia qué salidas hay para enderezar la economía?
No hay políticas económicas que resuelvan el problema económico del país, tiene que haber una negociación política.
Por eso es que apelamos a que haya esa negociación y en ese marco deberíamos tratar de salvar la economía. Algunos economistas decíamos que nuestra economía era muy vulnerable y muchos no creían porque veían una especie de burbuja económica dinámica. Pero la realidad es que dependemos de recursos externos. (…) El único recurso que está creciendo de ingresos externos son las remesas, pero las donaciones, los préstamos, la inversión extranjera directa, las exportaciones están contraídos y continuará profundizándose y eso impacta la economía. A eso se les han sumado el turismo, que es otra fuente de recursos externos, porque (la represión) afectó la imagen país. La salida de los depósitos afecta los créditos y se cae la construcción, que incide en el consumo.
¿Qué medidas fiscales funcionan en una economía en recesión?
No hay solución fácil pero si resolvés la crisis política, comenzás a recuperar el crecimiento, si regresan los depósitos, los ingresos por turismo y conseguís líneas de crédito de organismos multilaterales podría articularse para que el país vaya recuperándose.
(También) hay que reducir el gasto público. Tiene que ser una mezcla de decisiones para recuperar el crecimiento económico, porque así recuperamos los ingresos fiscales. Hay compras de bienes y servicios del Estado que deben reducirse. Pueden proteger el empleo, pero probablemente alguna inversión tendrá que sufrir.
La salida de dinero del sistema financiero está golpeando las reservas del Banco Central, ¿cuánto cree que pueda sostenerse eso?
Es difícil predecir y no me gusta hacerlo porque hay varios imponderables y es un tema muy delicado. Igual me he atrevido a decir que todavía teníamos condiciones para soportar un tiempo, creo que sigue siendo el caso, a pesar de la salida de dinero veo indicadores razonables en las reservas con respecto a la base monetaria, en las provisiones de los bancos, en su base de capital y niveles de liquidez. Pero en la medida que pase el tiempo y estas tendencias continúen, en algún momento más temprano que tarde van a comenzar a complicarse las cosas.
¿Se habla de una posible devaluación de la moneda?
No creo que lleguemos ahí, espero que no. De todas maneras no lo recomiendo. En estas circunstancias tendría que buscar el Banco Central otro tipo de medidas para evitar caer en una devaluación, porque en el caso de Nicaragua el daño que podría hacer la devaluación no compensa lo que resolvería. Es por otras vías y creo que la más sensata es la negociación política que una voluntad para comenzar en el país una reconstrucción.
La Nica Act aprobada en Estados Unidos busca presionar por ese diálogo. ¿Sabe en qué momento entrarían las sanciones?
La Nica Act después de seis meses (de su aprobación), entiendo que se comenzarían a aplicar las sanciones. La Nica Act afectará los nuevos préstamos este año y si se invocara la Carta Democrática (de la OEA a Nicaragua) se detendrían los préstamos que se están desembolsando y los ya aprobados. No podemos llegar a ese punto.
Además existe la posibilidad de que nos saquen del Cafta y del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Vamos a traer un retroceso. Recordemos que apenas habíamos recuperado el nivel de ingreso por habitante que teníamos cuarenta años atrás. Si nos quieren llevar dos siglos atrás… Realmente en Nicaragua no hay tiempo que perder porque esta es una crisis profunda que bien haríamos en resolver, y hacerlo bien ya.
EE. UU. ha dicho que puede sacar a Nicaragua del Cafta y en Europa se habla de una medida igual con el Acuerdo de Asociación. ¿Son solo amenazas?
Son amenazas que debemos tomar en serio. Espero que no lleguemos ahí, porque eso golpearía seriamente la economía y debemos evitarlo a toda costa. Si decimos que tenemos un compromiso con el país y que nos importan los pobres de Nicaragua, debemos ser consecuentes con las circunstancias y busquemos una salida política.
Trayectoria
Mario Arana Sevilla es economista y ocupó importantes cargos en el gobierno de Enrique Bolaños. Fue secretario en la Secretaría Técnica (2002), ministro de Fomento Industria y Comercio (2002-2005), ministro de Hacienda (2005-2006) y presidente del BCN (2006-2007).
En el sector privado ha estado al frente de importantes empresas de energía. Desde el 2018 es gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN). A partir del 31 de enero de 2019 es presidente de la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense (Amcham), que reúne a socios de unas trescientas empresas de inversionistas estadounidenses.