La falta de voluntad del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para encontrar un acuerdo político que ponga fin a la crisis que vive el país, desde el 18 de abril, provocará que este año la economía registre una contracción del 4 por ciento. Pero esta afectación generalizada se agudiza en algunos sectores como el turismo, comercio, construcción y otros y los coloca al borde de un precipicio, por lo que en la medida en que la crisis se prolongue por falta de un acuerdo político, sus probabilidades de recuperación e incluso sobrevivencia se reducen.
“En el caso de la vivienda el impacto sería severo, llevándolos casi a desaparecer, como es el caso de la vivienda de interés social y residencial por falta de financiamiento”, dice el informe presentado por el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, durante la asamblea de empresarios realizada el miércoles.
Para hacer frente a la salida masiva de depósitos generada por la crisis y que entre abril y octubre alcanzó los 1,373 millones de dólares (el equivalente a 386 millones de dólares salió en córdobas y los restantes 987 millones en dólares), el Sistema Financiero Nacional ha aplicado fuerte medidas restrictivas en la colocación de créditos.
Esto ha golpeado a diversas actividades productivas, el consumo nacional, los servicios y otros sectores económicos.
La Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur) calcula que este año la inversión en viviendas de interés social disminuyó 40 por ciento. Mientras que las ventas de viviendas media y media alta tuvieron un descenso del 70 por ciento, provocado por la congelación de la entrega de créditos de la banca.
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Sin acuerdo golpe será más fuerte
“No es secreto para nadie que estamos en una situación complicada a partir de la crisis, por la restricción de financiamiento en la banca, que es vehículo principal para que los nicaragüenses puedan optar a una casa, obviamente eso ha provocado que disminuya la facturación”, dijo a LA PRENSA Hilaria Salinas, presidenta de Cadur.
Salinas explica que en el caso de las viviendas de interés social se han mantenido las ventas en un 60 por ciento, porque existe un fideicomiso de cincuenta millones de dólares otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para financiarlas. “En el caso de la vivienda media y media alta la contracción fue mayor porque no hay fuentes de financiamiento, entonces el golpe será más fuerte si no hay un acuerdo”, advirtió Salinas.
Según el informe presentado por Aguerri, la caída en la venta de viviendas ha obligado al sector a despedir hasta el 80 por ciento de los trabajadores permanentes.
Por su parte, el economista Luis Murillo afirma que con o sin acuerdo político, este año los daños a la economía ya fueron tan graves que todos los sectores tardarán años en recuperarse.
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Aun con acuerdo no hay recuperación rápida
“El sector vivienda va a seguir afectado, incluso aunque haya un acuerdo político, porque la mayor parte de esos recursos (para financiar la compra) proviene de créditos internacionales y de la capacidad de ahorro e ingresos que tiene la población”, reveló Murillo.
El informe presentado por Aguerri admite que aun cuando en 2019 se alcance el acuerdo político que ponga fin a la crisis, “el sector vivienda media y media alta tendrá que esperar hasta 2020 (para recuperar sus niveles de venta), principalmente por la falta de financiamiento”, y en el caso de la vivienda de interés social en 2019 “solamente se finalizarían los proyectos en curso”.
El segundo monitoreo de actividades económicas, realizado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), con datos a septiembre reveló que de los treinta proyectos habitacionales previstos para este año, solo se ejecutarán doce.
Con respeto al sector construcción, el informe presentado por Aguerri señala que la desaceleración que tuvo la ejecución del Plan de Inversión Pública y la significativa reducción en la contratación y ejecución de proyecto, provocarán que cierren 2018 con una contracción del 17.4 por ciento.
Esto, a su vez, provocó una reducción del área construida (edificaciones privadas) hasta el segundo trimestre de este año del 11.4 por ciento y que las ventas de materiales de construcción se redujeran hasta en 40 por ciento.
Según el informe, de no lograrse el acuerdo político, el comportamiento del sector construcción en 2019 “dependerá de los proyectos de inversión pública que sean ejecutados” y “de superarse la crisis le tomaría hasta 2020 reiniciar proyectos privados de inversión que fueron suspendidos y recuperar el volumen de inversión de años anteriores”.
Esto porque la recuperación en el mediano plazo está vinculada con el acceso al financiamiento.
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Turismo colapsado
Respecto a la llegada de visitantes, al sector turístico la crisis le provocó un retroceso a niveles de 2014, cuando 1.39 millones de turistas visitaron el país y este año se estima la cifra sea de 1.34 millones, la meta previa a la crisis era recibir a dos millones de visitantes.
El año pasado el turismo generó 840 millones de dólares en ingresos y este año prevé generar un poco más de seiscientos millones de dólares, cuando la meta estaba fijada en mil millones de dólares.
Un reciente análisis de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) advierte que mientras en Nicaragua no retorne la confianza y seguridad cuando la crisis se supere, no habrá mayores flujos turísticos, pese a todos los esfuerzos que se hagan.
En este sector se han visto afectadas las turoperadoras, agencias de viaje, hoteles y restaurantes.
En el caso de los restaurantes y hoteles el futuro sigue siendo incierto, sobre todo porque las ventas aún no se estabilizan, pese a que ya inició la temporada alta.
Según el informe, “el turismo depende de la confianza vinculada con la estabilidad política y social”, por lo que aun si en 2019 se alcanza el acuerdo político que ponga fin a la crisis, el sector recuperará los niveles de 2017 hasta en 2021.
Además, para recuperarse requerirá un plan de gestión de crisis e inversiones con el objetivo de reposicionar al país en los mercados internacionales.
Comercio sigue frío
Otro de los sectores afectados es el comercio, que depende del consumo, el cual se ha contraído fuertemente debido al cierre de negocios, el desempleo y la migración.
El comercio es el segundo sector, después del turismo, que más rápido reaccionó a la crisis y se ha mantenido deprimido desde que esta inició.
Entre las afectaciones al comercio se detalla el cierre de trescientas empresas, el despido o suspensión de 157 mil trabajadores, de los cuales 51 mil eran empleados formales, inscritos en la seguridad social.
Las ventas previstas para este año eran de 2,300 millones de dólares, de los cuales se espera una merma del 40 por ciento.
De no superarse la crisis, en 2019 el comercio, según Aguerri, experimentará una disminución en las importaciones y “una probable caída de las ventas por la reducción de la demanda”, con expectativas de contracción en los próximos seis meses.
No obstante, si se da un acuerdo, los cambios no serán muchos, ya que los sectores comerciales y de la pequeña industria vinculada al consumo interno no tienen expectativas favorables; “habría una recuperación que permitiría volver a índices de ventas del 2010 o 2011, como es el caso de la ventas de vehículos”, dice el informe. Y añade que “con la mejora del clima de negocios, se revertirían los saldos negativos del 2018 para evitar cerrar mayor cantidad de empresas”.
Teniendo en cuenta este panorama, Aguerri insistió durante su presentación que si en los próximos días Ortega no responde al llamado que el sector privado le hizo para retomar el diálogo para buscar un acuerdo político que le ponga fin a la crisis, “nos vamos a enfrentar a una situación muy complicada en el futuro inmediato del país”.
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Venta de automóviles en picada
Actualmente la caída en las ventas de vehículos nuevos es del 60 por ciento, lo que coloca la actividad en los niveles de 2010, y ha provocado que el sector reduzca entre un 30 y 35 por ciento al personal que empleaba.
Se estima que este año el sector solo venderá 6,500 unidades, cuando el año pasado colocó 16,695 unidades, es decir, la crisis generó una contracción del 61 por ciento.
“La caída (en las ventas) es brutal. Esta crisis es peor que la de 2008. Estamos más bajo que en el nivel del 2008. La industria automotriz ha retrocedido diez años por la crisis que tiene el país”, aseguró recientemente un representante de una de las empresas que forma parte de la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Vehículos Automotores (Andiva), y que pidió no ser citado.
Ante la falta de financiamiento bancario, las distribuidoras de vehículos han optado por financiar directamente a los clientes, pero de los aspirantes solo el 30 por ciento cumple los requisitos. Además, deben pagar tasas de interés del 14 por ciento o más y una prima del 30 por ciento del valor. El restante 70 por ciento que no califica debe comprar al contado.
La proyección para 2019 es que si hay acuerdo político se vendan seis mil unidades, quinientas menos que este año, y sin arreglo la venta caería a 3,500 unidades.