Aunque la Unidad Nacional Azul y Blanco pospuso la marcha prevista para el domingo, ante la negativa de permiso de la Policía Orteguista, desde horas tempranas y hasta el final del día las rotondas y vías principales de la ciudad de Managua estuvieron llenas de policías y antimotines con AK-47 en mano, como si se preparaban para atacar.
Las rotondas La Virgen, Cristo Rey, Rubén Darío y Jean Paul Genie, y el sector del Colegio Teresiano y la Plaza de las Victorias, fueron los puntos donde hubo más presencia policial.
Fotos | El despliegue policial en las calles de Managua este domingo
En estos sitios mencionados se vieron patrullas estacionadas a los lados y otras rondando de sur a norte y de este a oeste, como si andaban en cacería de manifestantes azul y blanco. Asimismo, hubo retenes en ejes transitados como la Pista Juan Pablo II y Carretera a Masaya, donde la mayoría de conductores detenidos eran los que se movilizaban en motocicletas.
La marcha de la Unidad Nacional Azul y Blanco se realizaría en el marco de celebración del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer y para exigir la liberación de todos los presos políticos, a los que el régimen de Daniel Ortega llama terroristas.
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La militarización que se vive constantemente es una muestra más de que el país no ha vuelto a la normalidad, a como insiste hasta el cansancio el régimen, para que se lo crea la población y de cierta manera olvide la matanza de más de quinientas personas que perpetró.
Despliegue policial es constante
Lo visto el domingo en la capital no es la primera vez que ocurre. En ocasiones anteriores y de forma repetida Ortega ha desplegado de forma desproporcionada a su Policía para asegurar que nadie, más allá de los trabajadores del Estado y sus simpatizantes que rotondean, ejerza su derecho a la manifestación pacífica.
Antes de prohibir la protesta social, cada vez que los autoconvocados anunciaban que saldrían a la calle, la Policía fiel al régimen asediaba los puntos de concentración y en varias ocasiones reprimió junto a la fuerzas paramilitares.
Como resultado, la última persona asesinada fue el adolescente Matt Romero, quien recibió un disparo en el pecho cuando participaba el domingo 23 de septiembre en una marcha que los antimotines le seguían los pasos lanzando gases lacrimógenos y los paramilitares atacaban por el frente.
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La participación, sesgada y represora de la Policía Orteguista en esta crisis que lleva más de siete meses y según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) han muerto 535 personas, ha hecho que sea rechazada por la población en general, que cuando haya presencia en las calles se perciba temor.
Policía reprime desde el primer día
La crisis sociopolítica de Nicaragua inició el 18 de abril de 2018 y su detonante fue unas reformas al Seguro Social. Ancianos en León y jóvenes en Managua fueron vapuleados por turbas y la Policía Orteguista.
En León los ancianos fueron a atacados a mediodía y en la capital los jóvenes fueron reprimidos en la caída de la tarde y noche. Primero se utilizaron a miembros de la Juventud Sandinista y motorizados para golpear y robar y al final se enviaron a los antimotines, quienes persiguieron a los desarmados universitarios desde Camino de Oriente hasta Galerías Santo Domingo, donde se refugiaron.
Al siguiente día, los antimotines elevaron la parada de represión y empezaron a contarse los muertos, siendo el primero Darwin Urbina. Fue asesinado en el sector de la Upoli.