Sí la dictadura de Daniel Ortega desiste del acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA), firmado en 2016 que contempla reformas al sistema político electoral de Nicaragua sería una razón más para que la comunidad internacional aísle al gobierno, aseguraron exdiplomáticos.
El exembajador José Luis Velásquez y el exvicecanciller José Pallais, por separado, advirtieron que la ruptura de la comunicación del ejecutivo nicaragüense con la OEA al negarse a aceptar su colaboración para resolver la crisis socipolítica que existe en el país hace más de cinco meses, además es acelerar las sanciones previstas en Estados Unidos y dar motivos para que otros países también las adopten a Nicaragua.
Lea además: Régimen de Nicaragua corta todo contacto con la OEA
La relación entre la dictadura de Ortega y la OEA se ha deteriorado tras la crisis iniciada en abril de 2018 por la represión gubernamental a las manifestaciones ciudadanas, que ha dejado la muerte de entre 322 y 512 ciudadanos, según organismo de derechos humanos.
Velázques, exembajador de Nicaragua en la OEA dijo que Ortega muestra una “actitud irracional” al cree que puede retener el poder con su estrategia represiva contra la población que exige su renuncia, “a costa de llevar al país al despeñadero”, sin embargo valora que la presión internacional y local irá incrementando.
Oficialmente la secretaría general de la OEA no ha confirmado la ruptura de comunicación con el ejecutivo. No obstante eso se lo habría informado el secretario general, Luis Almagro a los representantes universitarios en Alianza Cívica con quienes se reunió el martes pasado.
“Esta incomunicación con la secretaría general quiere decir que no se está buscando una salida a la crisis que sea de consenso, sino lo que se busca es una imposición irracional con la violencia. Es el mismo juego de los gobiernos despóticos”, afirmó Velásquez.
Puede leer: Gobierno y OEA se dan plazo de tres años para ver cambios en Nicaragua
En febrero de 2017 el régimen orteguista y la OEA firmaron un Memorándum de Entendimiento donde fijaron los trabajos para el perfeccionamiento del sistema electoral del país y se estableció un plazo de tres años para desarrollarlos. En noviembre de 2017, Ortega prometió a la OEA que las reformas electorales estarían listas para las elecciones regionales de la Costa Caribe, previstas en marzo de 2019. Ya se convocó a esos comicios pero los cambios no se dieron.
Pallais, exvicanciller, agregó que ese acuerdo daba “la ilusión” de que las reformas electorales darían a los nicaragüenses garantías del respeto al voto, pero al descartarse enrumba al país a un escenario de mayor confrontación.
Pallais opinó que si se deja sin efecto el acuerdo con la OEA pone además a los partidos con personería política “sobretodo a los que han actuado con la política del zancudismo” contra la pared porque, “esos partidos decían que participarían en las elecciones regionales del Caribe (en marzo del 2019) confiados en que para entonces las reformas electorales ya estarían en vigencia, y eso no va a pasar.
Mala relación
La mayoría de los estados miembros del Consejo Permanente de la OEA han condenado en tres resoluciones la represión contra el pueblo nicaragüense por parte de la Policía Orteguista y los paramilitares. Además han llamado al régimen de Nicaragua a retomar el diálogo nacional y a que acepte el calendario electoral propuesto por la secretaría general del organismo, en el que se programen elecciones adelantadas para 2019.
También: Daniel Ortega promete a la OEA que reforma electoral estará lista en un año
A todo eso se ha negado Ortega y más bien el régimen exigió la renuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro luego que ése llamara a la comunidad internacional a asfixiar la dictadura que se instala en el país.