El mismo día que decenas de antimotines atacaron a ciudadanos autoconvocados que empezaban a reunirse en la rotonda Cristo Rey para participar en la marcha “Nicaragua en rebeldía”, Daniel Ortega realizó su propia caminata y al finalizarla recalcó que “defenderá la paz hasta las últimas consecuencias”, en una clara amenaza hacia los miles de nicaragüenses que protestan contra su régimen.
“Debemos sentirnos orgullosos de que hay una inmensa mayoría de nicaragüenses que están por la paz, lucha por la paz y defenderá la paz hasta las últimas consecuencias”, exclamó el dictador nicaragüense desde su tarima enflorada.
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Ortega también aprovechó su discurso para atacar a la comunidad internacional que ha condenado la represión empleada por el Gobierno en Nicaragua; pero la mayoría de sus críticas iban dirigidas a Estados Unidos y los senadores de ese país.
Este sábado el dictador también dedicó unos buenos minutos a versar sobre la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuatro días después de la Asamblea General número 73, realizada el 25 de septiembre, en la que se suponía que Ortega iba a participar.
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Se esperaba que él fuera el penúltimo mandatario en tomar la palabra, pero a último momento su nombre desapareció del programa de comparecencias de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, realizada en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
“No existen las tales Naciones Unidas, porque hay división en el planeta”, empezó Ortega, refiriéndose a la nada equitativa distribución de la riqueza en el mundo.
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“No hay discurso de Naciones Unidas que no se refiera a la paz, pero desgraciadamente es poco lo que hacen. El gran poder militar, el gran poder económico para promover la paz a nivel mundial, para promover acciones que combatan la pobreza, erradiquen la miseria; que permitan salvar la naturaleza, los bosques, los ríos, los lagos, los mares, (es) muy poco lo que se hace”, enumeró.
Desde la visión de Ortega, en las Naciones Unidas hay “una minoría” que no defiende los principios básicos del organismo.
“Siguen las guerras, siguen las amenazas como las que han lanzado en contra de la hermana República Bolivariana de Venezuela después del intento de asesinato contra el hermano Nicolás Maduro. Son los mismos que mantienen el bloqueo contra Cuba. (Pero) Cuba sigue luchando por su soberanía como lucha y luchará el pueblo de Nicaragua”, dijo Ortega.
Y la multitud rojinegra gritó exacerbada: “¡Ni un paso atrás!”.
Contra el senado
En el discurso de Ortega también alcanzaron los senadores estadounidenses que impulsan la iniciativa de ley de Robert Menéndez, que incluye a la Nica Act.
Esta ley tiene como meta que todos los préstamos solicitados por el Gobierno de Nicaragua ante los organismos financieros internacionales no sean aprobados por Estados Unidos, “excepto por razones humanitarias o para promover la democracia en Nicaragua”.
Para Ortega, se trata de un nefasto acto de injerencismo. “ Siguen ese proceso con una política injerencista, irrespetuosa de las leyes internacionales, del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que condenó a los Estados Unidos por actos de terrorismo en contra de Nicaragua”, señaló el dictador. Y les recordó a los senadores estadounidenses que “Nicaragua ni se vende ni se rinde”.
“Deben entender que al final de cuentas no van a paralizar al pueblo nicaragüense en su capacidad productiva”, sentenció. Según él, las “tierras fértiles” y la “fuerza creadora” serán suficientes para que en nuestro país crezca “la riqueza”.
Marchas “pacíficas”
Para Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, las caminatas del Gobierno son “de verdad pacíficas” y de ellas nunca ha salido “ni una piedra contra nadie”. “Mucho menos un disparo en contra de quienes nos adversan”, sostuvo el sábado al terminar su caminata “Paz, Justicia y Vida ¡Muerte al Somocismo!”.
Según él, sus adeptos “tienen la seguridad de que están haciendo lo correcto, que están bendecidos por Dios”. Por eso defenderán “la paz” hasta “las últimas consecuencias”.