Paramilitares y turbas afines al gobierno de Daniel Ortega atacaron con morteros ayer el vehículo en el que se traslada monseñor Abelardo Mata, obispo de la Diócesis de Estelí y crítico contra el régimen, cuando este se movía por el municipio de Nindirí, Masaya, que ayer estuvo bajo ataque.
La Iglesia católica también denunció que la Policías y paramilitares ingresaron a la Casa Cural de Catarina y se llevaron algunas pertenencias de la parroquia y del sacerdote Jairo Velásquez.
La agresión contra la vida del obispo Mata y tres personas que lo acompañaban en el vehículo, así como el saqueo en la Casa Cural de Catarina, se dio luego del brutal ataque de paramilitares y antimotines del Gobierno en contra de los ciudadanos que mantenían en los tranques en varios municipios de Masaya y Granada, como parte de la protesta que exige la renuncia de Ortega.
La agresión a monseñor Mata se dio en un retén de la Policía en el sector de la rotonda de Nindirí, cuando el religioso regresaba de Granada donde ofició una misa de cuerpo presente, según fuentes de la Iglesia.
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Al llegar a ese retén las turbas orteguistas persiguieron a Mata, lo bajaron y empezaron a insultarlo, quebraron los vidrios de las ventanas del vehículo y tiraron “miguelitos” o púas para poncharle las llantas y lanzaron morteros. Todo pasó en presencia de policías encapuchados, según videos compartidos en redes sociales.
Mata logró resguardarse en una casa en Nindirí, aunque ahí fue asediado por más de una hora y media por unos 150 orteguistas que le gritaban “Judas, golpista y asesino”.
Por intervención de la Arquidiócesis de Managua, el Gobierno mandó al comisionado general Ramón Avellán (quien es señalado como responsable de la represión contra la población de Masaya) a garantizar la integridad física de Mata, quien regresó a Estelí ayer por la noche.
La agresión al obispo Mata se suma a la que sufrieron el cardenal Leopoldo Brenes, el obispo Silvio Báez y el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar por un grupo parapolicial y simpatizantes orteguistas en la ciudad de Diriamba, el martes pasado.
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Los ataques de las turbas son alentados por funcionarios que critican a los obispos en su papel de mediadores del Diálogo Nacional, pues estos han condenado la represión contra los civiles. Los fieles de Ortega han llamado a los obispos “cerdos” y les han recordado que las balas traspasan las sotanas.
El cardenal Brenes consideró “un grave irrespeto” el atentado contra el obispo Mata, y pidió detener las agresiones contra los sacerdotes y los templos católicos. Brenes, quien ha sufrido amenazas y le han disparado a su camioneta, aseguró el fin de semana que ha sido atacado con armas de fuego y por eso desde las 6:00 de la tarde se refugia en su casa.