Antes que la rebelión cívica de abril iniciara, el Gobierno recién había declarado alerta amarilla en nueve departamentos del país y el Caribe Norte por el incremento de incendios forestales y agropecuarios; hasta la fecha no se cuentan con cifras de la escalada de esos siniestros.
En el informe Crisis Sociopolítica Ambiental Actual de Nicaragua del Centro Humboldt, señala que del 1 al 11 de mayo, se registraron 5, 696 puntos de calor más que en el mismo período de 2017, donde se habían registrado, 795.
Es decir, que en este año y en ese mismo período, los puntos de calor alcanzados fueron de 6,491, y aunque no implica que todos sean incendios, es un hecho, que muestran mayor probabilidad de los mismos.
Jurguen Guevara, oficial de industrias extractivas del Centro Humbolt, explicó que efectivamente los incendios forestales se incrementaron en este año. Esto se debió, además de las condiciones climáticas, con el manejo de las áreas protegidas y las quemas agrícolas, pese a que el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), por medio de una resolución las había prohibido.
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Para el experto, el hecho que los incendios agrícolas y forestales se mantengan durante los primeros días de mayo, esta relacionado con los procesos de preparación de la tierra de cara a la siembra de primera.
En la resolución emitida por el Marena el pasado 11 de abril, también mencionaba que una violación a lo establecido sería sancionado de acuerdo con la ley 217, Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales.
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En ese sentido, Guevara aconsejó que el tema de los incendios no solo se basa en la restricción de las prácticas culturales, como la tumba, roza y quema, sino en generar mecanismos que sean armónicos con el medioambiente, como la implementación de la agroecología, además de los mecanismos de control y seguimiento.
Por su parte, el Gobierno se ha limitado a decir cuántos puntos de calor se tienen, pero no informa sobre el impacto de las medidas tomadas para prevenir los siniestros.