Después de 26 días consecutivas de protestas en el país, los únicos puntos que deben abordarse en el diálogo nacional son “la aplicación de la justicia y la salida del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, expresan la excomandante guerrillera Dora María Téllez y el general en retiro Hugo Torres, quienes coinciden en que no habrá diálogo.
Y ante esta situación de represión que vive el país, Téllez refiere que los militares deben permanecer en sus cuarteles. Torres opina igual, pero señala que los militares deben salir a la calle bajo situaciones extremas, como desarmar a los paramilitares y a los francotiradores de la Policía Nacional.
Le puede interesar: Protestas y barricadas fue el legado de la brutal represión orteguista en Masaya
“Si quisiera lavarse un poco la cara la jefatura de este Ejército, tendría que ser para desarmar a las turbas violentas y para desarmar a la Policía, sobre todo a los que están identificados como francotiradores”, expresa el militar en retiro. Torres estima que la Dirección de Información para la Defensa (DID) del Ejército de Nicaragua los debe tener plenamente identificados.
El sábado en la noche el Ejército de Nicaragua emitió un comunicado a través del cual hace un llamado a la no violencia, respalda el diálogo y que sean investigados los hechos de violencia conforme a la ley. Asimismo, dice que resguarda instalaciones consideradas como objetivos militares y que actualmente cumple con las misiones de defensa de la soberanía y seguridad nacional.
Desarmar a paramilitares es constitucional
Torres dice que desarmar a paramilitares y francotiradores también es constitucional, “porque qué más objetivo estratégico que la paz del país (..) y qué más soberanía que la soberanía popular que reclama vivir en paz y democracia”.
Torres calificó como “actos de barbarie” el hecho que los manifestantes estén siendo “cazados como animales, como venados por francotiradores”.
Lea también: Gobierno de Daniel Ortega sigue sin aprobar entrada de la CIDH a Nicaragua
En cuanto al diálogo, Torres dijo que todos los sectores coinciden en que la principal demanda es la justicia y democracia, entendiendo por democracia la salida inmediata del poder de la pareja Ortega-Murillo.
El general en retiro no ve la posibilidad de un diálogo, pues luego de la represión ejecutada por el Gobierno contra los manifestantes “la situación cambió radicalmente”, lo que a su criterio mantiene a la pareja designada “contra la pared”.
Téllez: negociar la salida de Ortega y Murillo
Téllez por su parte apuntó que “este no es un diálogo propiamente dicho, sino es una mesa en la cual se va a negociar los términos de la justicia y los términos de la salida”.
Pero considera que si Ortega no cumple con los términos establecidos por los obispos y que como punto principal es el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quedaría claro que no quiere ningún diálogo. “Lo único que queda es decirle: bueno señor, usted tiene 24 horas, 48 horas para salir del poder”, apuntó Téllez.
Torres recordó que al inicio se habló sobre la posibilidad de una transición y de un adelanto de elecciones, pero esto ha cambiado a estas alturas de los acontecimientos.
La diferencia de este diálogo con otras negociaciones, a criterio del militar en retiro, es que la principal demanda es justicia y democratizar el país. No se pide otra cosa, aunque indicó Torres, “aparecen oportunistas como Arnoldo Alemán”. Torres considera que “el arma moral y ético del pueblo de Nicaragua está demostrando que es mucho más poderosa que las AK”.
Mejores condiciones
Para Torres, la represión ejecutada por Ortega busca doblegar a la población, para llegar a la mesa de negociación en mejores condiciones. “Está tratando de revertir la correlación, que ya no le favorece desde que comenzó esta represión brutal y que el pueblo abrió los ojos totalmente, incluyendo muchos dentro de las filas del sandinismo que se han rebelado al orteguismo”.
Lea: Gobierno con lenguaje confuso y no quiere el diálogo
Téllez, por su parte, manifestó que en la mentalidad de Ortega, no quisiera llegar a ningún diálogo. “Él lo que quisiera es controlar la protesta social, controlar la rebeldía social por la vía de la represión”, dice Téllez, quien considera que esto obedece a que por muy pequeño y débil que sea el oponente, en un diálogo Ortega estaría obligado a hacer concesiones, por lo que mejor ha optado por reprimir bajo la teoría que la gente se cansa, se aburre y dejará de protestar y así él continuará con el modelo de poder.
También con la represión el régimen busca ganar tiempo para ver si se asusta el país, se agota la protesta social y pueden mantenerse en el poder. También pretenden ganar tiempo “para traspapelar propiedades, para trasegar recursos para mover recursos de un lado a otro”, señala Téllez.
El problema para Ortega
La excomandante guerrillera Dora María Téllez considera que Daniel Ortega no quiere ir a un diálogo con representantes que él no controla. Y a su criterio representa el mayor problema, pues estos “tienen una gran legitimidad”, a quienes Ortega no los puede cooptar, amenazar, comprar, chantajear y no tienen ambiciones políticas personales.
También señaló que esta es la primera vez que la demanda de justicia se convierte en una demanda popular, así como la exigencia de autonomía universitaria y Ortega rehúye porque no es un diálogo con partidos políticos en los que se negocia curules o alcaldías, sino con la sociedad nicaragüense; que lo único que busca decirle es “empaque sus maletas” y exigir justicia con una investigación internacional de los crímenes perpetrados, y establecer el tiempo y forma que debe salir para dar lugar a una solución que permita a Nicaragua volver al cauce democrático y estado de derecho.