Pese a que la estación lluviosa del año pasado fue copiosa, la escasez de agua campea por varias zonas del país y obliga a la población a buscar el vital líquido de cualquier forma.
Abdel García, coordinador del área de cambio climático del Centro Humboldt, explicó que la escasez de agua “es un problema crónico”, y que mientras no se trabaje en un buen manejo de las cuencas hidrográficas ni se tenga un mejoramiento en la administración de los sistemas de agua potable la ausencia del agua siempre será un problema.
Una diferencia en este año en comparación con años afectados por la sequía, es que el punto más fuerte de la crisis por escasez del vital líquido son los meses de marzo y abril, mientras que antes iniciaban desde finales del mes de diciembre.
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Asimismo, García explicó que no se puede limitar este problema solo a la parte del Corredor Seco, que abarca departamentos como Chinandega, León, Madriz y otros, ya que el hecho de no contar con agua en las casas es un problema generalizado que de no tomarse acciones al respecto, se agravaría mucho más, y con ello, cada año se incluirían nuevas áreas afectadas.
Según estimaciones del Centro Humboldt entre el año 2012 al 2016 las temporadas de lluvias estuvieron marcadas por déficit de precipitaciones mensuales, mientras que en el 2017 excedieron las normas históricas, pero no se sabe cuánto de esta lluvia se logró infiltrar.
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Monitorean pozos
Una de las zonas más susceptibles ante la sequía son los municipios de Somotillo, Chichigalpa y Villa Nueva en Chinandega. En un último monitoreo de 29 sistemas de agua (pozos, tanques), se encontró que el cincuenta por ciento de estos presenta algún tipo de problema que impiden su correcto funcionamiento, explicó Lester Morales, oficial de cambio climático, lo cual afecta a la población porque debe recorrer hasta un kilómetro para obtener el agua.