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Seis personas fueron asesinadas por el Ejército en La Cruz de Río Grande. Entre las víctimas están dos niños. LA PRENSA/ARCHIVO

Madre de masacrados en la Cruz de Río Grande denuncia acoso y persecución del Ejército

Según Lea Valle Aguirre en los últimos tres años ella y su familia habían sufrido persecución y acoso por parte de los militares para obligarlos a decir dónde estaban los rearmados

La madre y viuda, respectivamente, de tres de las seis personas que mató el Ejército de Nicaragua el pasado domingo 12 de noviembre en la comunidad de San Pablo 22, municipio de La Cruz de Río Grande, Caribe Sur, denunció que en los últimos tres años ella y su familia habían sufrido persecución y acoso por parte de los militares para obligarlos a decir dónde estaban los rearmados.

Lea Valle Aguirre, hoy viuda de Francisco Pérez Dávila, conocido como el Charrito y madre del niño Francisco Pérez Valle, de 12 años, y de la adolescente Yojeisel Elizabeth Pérez Valle, de 16 años, denunció que antes de la masacre donde mataron atrozmente a sus tres seres queridos su familia fue acosada y perseguida por militares.

Lea además: Madre reclama cuerpos de sus hijos al Ejército de Nicaragua

Según su testimonio, el Ejército quería presionarla a denunciar al grupo de armados al que se había unido su cuñado, Rafael Pérez Dávila, conocido como comandante Colocho, quien disentía políticamente del Gobierno.

Lea Valle dijo a LA PRENSA que desde ya responsabiliza a los militares por el destino de su vida: “Esta es una denuncia hermana, el día que yo aparezca muerta, porque yo me siento toda rara, como con temor, con nervios, como que algo me va a pasar, y el día que yo aparezca muerta no le eche el fallo a otro, échenle el fallo al Ejército, porque el Ejército es el que anda averiguando por dónde me encuentro”.

Estos son los hijos de Lea Valle Aguirre, asesinados por el Ejército de Nicaragua. LA PRENSA/Cortesía/Lea Valle Aguirre

Desde el lunes 13 —después del hecho sangriento—, cuando LA PRENSA logró obtener una versión oficial del Ejército a través del jefe del Sexto Comando Militar Regional, coronel Marvin Paniagua y de su vocero, coronel Manuel Guevara, quienes aseguraron que los fallecidos integraban un grupo delincuencial con amplio historial delictivo, las autoridades han evitado responder a los últimos señalamientos como los que ha realizado Valle.

Acoso y persecución

Esta situación de acoso y persecución, según la madre de los dos menores, empezó hace tres años en una comunidad de Prinzapolka, Caribe Norte, cuando su esposo decidió unirse a los rearmados. Ella entonces empezó a huir posando con sus cinco hijos por varias fincas y sitios donde le permitieron trabajar para comer.

“Yo me movía por miedo”, comentó Valle, pues asegura que en múltiples ocasiones los militares la amenazaron con llevarse a su hija bajo la acusación de “evitar que cuando fuera mayor se uniera a los armados”.

Puede leer: Gonzalo Carrión: “El objetivo era matarlos (a los seis campesinos)”

La señora, en medio del duelo por la pérdida de su pareja y sus dos hijos menores, relató a LA PRENSA que en una ocasión cuando los militares la ubicaron en una finca llegaron a dispararle a los pies a su hija y a ella la apuntaron con un fusil para que revelara dónde estaba Colocho.

Esta mujer campesina, que ahora nuevamente se esconde del Ejército tras la muerte de su familia, denunció que los uniformados siguieron a sus hijos hasta el sitio donde quedaron de encontrarse con su padre, el sábado por la noche, horas antes de que fueran abatidos.

Huye de militares

Ella dice que ahora anda huyendo porque los militares la buscan a ella y a la mujer de Colocho para que les identifiquen al resto del grupo armado.

También: Las nuevas muertes de armados en las montañas de Nicaragua

“A mí me pesa, me duele, estoy bien enferma; desde ese día que recibí la noticia no he comido, no he bebido, siento que me ando muriendo”, comenta Valle, quien hasta hoy es la primera persona que describe el cuadro dantesco donde quedaron los cuerpos en el sitio de la masacre.

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COMENTARIOS

  1. Carlos M Alvarado
    Hace 6 años

    Hay alguna evidencia? Los muertos portaban armas de guerra y se decían alzados en armas…el que usa violencia perece en violencia

  2. maria de los angeles
    Hace 6 años

    Esa historia es real, como mujer se lo que es perder a un hijo, mas cuando sus asesinos son vestidos de uniforme.Hay otros crímenes que no se dan a conocer y que los militares dejan los cadáveres para que los animales se coman los cadáveres, Por que cuando una llega a verlos están desfigurados, así lo denuncia otra campesina que no da su nombre por miedo a los uniformados.

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