El juicio contra cinco religiosos acusados de matar a una mujer en Nicaragua lanzándola a una hoguera se reanudó este martes después de haber sido suspendido la semana pasada debido a la ausencia de testigos.
El titular del Juzgado Quinto Distrito Penal de Juicio de Managua, Alfredo Silva Chamorro, reprogramó el juicio oral y público para este martes, a la espera de que el Estado presente a los testigos.
En horas tempranas, previo al inicio del juicio un grupo de mujeres se plantó frente a los juzgados de Managua solicitando justicia en el caso. “No son revelaciones, fue femicidio” es una de las consignas del movimiento que cargaban pancartas, megáfonos y exigían justicia en el caso que ellas consideran femicidio.
“Vilma fue víctima de la religión, del patriarcado que la juzgó porque tenía otro marido”, dijo Elia Palacios de la Red de Mujeres Contra la Violencia.
Hoy se espera que pasen la mayoría de testigos propuestos por la Fiscalía. El juicio se desarrolla en el Juzgados Quinto Distrito Penal de Juicio de Managua, uno de ellos Richard Larios, el médico forense asignado al triángulo minero.
Los religiosos son acusados de causar la muerte de Vilma Trujillo García, una campesina de 25 años que el pasado 21 de febrero fue lanzada a una hoguera durante un ritual en la comunidad de El Carrizal, municipio de Rosita, en el Caribe norte de Nicaragua.
Los acusados son el pastor evangélico Juan Gregorio Rocha Romero, de 23 años, y los religiosos Esmeyda del Socorro Orozco Téllez, de 25 años; Tomasa Rocha Romero, de 24 años; Franklin Jarquín Hernández, de 28 años, y Pedro José Rocha Romero, de 26 años.
Padre de Vilma Trujillo atestigua en juicio oral y público contra los implicados en quemar a su hija @laprensa https://t.co/1BWhuEbNnS
— Lissa Marie Villagra (@LaHierrita) 25 de abril de 2017
Todos los acusados son miembros de la iglesia Visión Celestial, asociada a las Asambleas de Dios, cuyos representantes en Managua negaron el vínculo.
Trujillo falleció el 28 de febrero pasado en un hospital de Managua a causa de quemaduras en el 80 % de su cuerpo, como resultado del ritual religioso practicado la madrugada del 21 de febrero.
El pastor dijo a periodistas poco después que la mujer, quien estaba “endemoniada”, no fue lanzada a la hoguera, sino que cayó al fuego sin intervención de ninguno de los participantes del ritual.