14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Exportaciones

Fin a la época de “vacas gordas” en Nicaragua y Centroamérica

La economía de Nicaragua perderá impulso en los próximos años ante un contexto internacional adverso, advierte el BID

En el próximo quinquenio el crecimiento económico de Nicaragua —que había promediado 5.3 por ciento en los últimos tres años— perderá impulso junto con el de Panamá y República Dominicana, alertó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que señala que solo habrá dos caminos para evitar que ese declive en la región se profundice: trasladar el beneficio del petróleo barato a los hogares e invertir en capital humano en momentos de que el bono demográfico entrara en su fase plena.

Basados en métodos estadísticos especializados, el organismo en el estudio Cuando los vientos a favor se agotan: Oportunidades para fomentar el crecimiento inclusivo en Centroamérica y República Dominicana, prevé que Nicaragua, Panamá y República Dominicana, que en años anteriores habían liderado el crecimiento regional, hasta 2020 experimenten tasas menores. La expansión económica de Nicaragua estaría por debajo del cuatro por ciento.

En cambio, Belice, Costa Rica y Guatemala esperarían similares crecimientos a los observados entre 2010 y 2015; mientras que El Salvador y Honduras experimentarían aumentos de sus Productos Internos Brutos superiores a los vistos en los últimos años.

Lea más en:Crecimiento no transforma la economía de Nicaragua

“La región se benefició del contexto internacional, pero debemos ser cautos. Por tercer año consecutivo, las expectativas de crecimiento mundial se han ajustado a la baja, y la inversión y el comercio son menos dinámicos. Este debilitamiento de la demanda mundial podría impactar el crecimiento potencial de la región. Por lo tanto, los países deberían considerar opciones que permitan apuntalar el crecimiento inclusivo de mediano plazo”, afirma Gina Montiel, gerente general del Departamento de Países de Centroamérica, México y República Dominicana del BID en un comunicado.

Las previsiones de este organismo contrastan con las metas más optimistas del Gobierno de Nicaragua, que en su Programa Económico y Financiero (2016-2018) espera crecimiento de entre el 4.9 y 5 por ciento. En 2016 preliminarmente el Banco Central de Nicaragua proyecta que el Producto Interno Bruto creció 4.9 por ciento, dato que deberá ser oficializado en marzo próximo.

La región y en particular las economías que perderán impulso en su crecimiento, según el organismo, se verían afectadas de mediano plazo por menores dinamismos en la inversión y el comercio, así agravado por “la incertidumbre sobre la política externa y comercial en algunas economías desarrolladas”, entre ellas Estados Unidos.

Además de los aumentos de tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos, posibles incrementos en el precio de las materias primas elevarían “los riesgos al crecimiento de la región en el mediano plazo”. Y es que pese a los años de crecimiento en varias de las economías centroamericanas, el BID observa que “la consolidación de las finanzas públicas ha sido lenta y algunos países continúan con una dinámica de deuda creciente”.

Por ejemplo, preocupa que no haya mejora en el desempeño exportador y urge que haya impulso al ahorro privado. “Un gran porcentaje del choque externo (producto de los menores precios de materias primas) fue dedicado al consumo interno”, exhorta.

Es por esa razón es que “el entorno externo parece apuntar a que el crecimiento de Centroamérica y República Dominicana será menor al observado durante la última década, convergiendo en su tasa histórica”. Pero además el BID en su estudio cuestiona que el proceso de consolidación siga siendo lento. “Los ingresos fiscales no muestran cambios importantes, mientras que el gasto sigue manteniendo el mismo nivel observado en períodos anteriores”, señala.

Lea también: Nicaragua lidera recuperación

Ese desequilibrio entre el gasto público en la región y la consolidación fiscal está provocando constantes déficits que empujan a los gobiernos a endeudarse, “disminuyendo así el espacio fiscal y aumentando la vulnerabilidad ante choques externos menos favorables”.

EE.UU., canal clave

Entre los canales de transmisión de choques negativos a la economía centroamericana, el BID apunta hacia Estados Unidos, principal socio comercial de la región que vendió en ese mercado en promedio el 35 por ciento del total de sus exportaciones en el 2015.
Estados Unidos solamente es menos relevante para Panamá y República Dominicana, que exportan principalmente a China y Europa.

Y es que las exportaciones de bienes y servicios de la región representaron entre el 2010 y 2015 el 26 por ciento del Producto Interno Bruto. En Nicaragua este sector equivalió al 22.5 por ciento del Producto Interno Bruto. De ahí el potencial riesgo de transmisión de choques a la región.

Estados Unidos no solo es un socio comercial clave para las exportaciones de Centroamérica, sino también que es emisor por excelencia de remesas, que representaron en promedio el nueve por ciento del PIB entre 2011 y 2015, “aunque existe una importante diferencia entre países: para Honduras las remesas equivalen a casi 17 por ciento del PIB, mientras que en Panamá representan el uno por ciento”.

Otro canal de transmisión de riesgo del impacto negativo de la economía mundial a Centroamérica es la Inversión Extranjera Directa (IED) —4.6 por ciento del PIB en promedio entre 2011-2015— porque “usualmente, la IED está ligada a expectativas de la economía nacional e internacional, aunque muchas veces en la región estaría destinada a ampliar las capacidades de exportación de las empresas a Estados Unidos, por lo que estaría ligada al ciclo económico de este país”.

Traslada ahorro petrolero y aprovechar la mano de obra joven

Para hacer frente a los choques internacionales, el Banco Interamericano de Desarrollo plantea en su estudio enfocar los esfuerzos hacia dos direcciones: incrementar el traspaso del alivio del petróleo a los hogares e implementar una política de inversión para dotar de mejores habilidades a la mano de obra.

Según las estimaciones del BID, traspasar un 10 por ciento del impacto positivo del petróleo en el sistema eléctrico a los consumidores, aceleraría en 0.5 puntos porcentuales el crecimiento económico solo en el primer año y en un segundo año consecutivo su aporte sería de 0.9 puntos. Esto porque ese ahorro tendría un efecto directo en el consumo de los hogares y la inversión, este último en las empresas.

Si por el contrario, el precio del petróleo de manera repentina sube 30 dólares por barril, “amplificaría los precios altos para el usuario final si se combina con un mayor traspaso. Esto llevaría a un efecto negativo al crecimiento de casi 0.3 puntos porcentuales”.

No obstante, el BID señala que se debe acelerar el proceso de traspaso del alivio petrolero, al recordar que de acuerdo con “las proyecciones actuales del WTI, quedan aún entre dos y cuatro años más de precios bajos (aunque ya no tan bajos)”.

El BID señala que si el precio del crudo llega a los 70 dólares por barril, inmediatamente se verán efectos negativos sobre la economía de la región. Por ahora se pueden extraer beneficios con los precios actuales, aunque este suba 10 dólares más por barril, indica.

También la inversión en la mano de obra joven en Centroamérica y República Dominicana ayudarían a potenciar el crecimiento, principalmente en países como Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, que tiene los niveles de escolaridad de su fuerza laboral más bajos, por lo que son los que se beneficiarían más si se refuerza la inversión en la población joven.

Dos factores más  que ayudarían a  impulsar economía

A criterio del BID también una mejora en el precio del café y una depreciación del tipo de cambio darían un impulso a la economía regional. “De acuerdo con las estimaciones, una depreciación del tipo de cambio de 10 por ciento podría contribuir con un aumento en el PIB de alrededor de 0.2 puntos porcentuales . En relación con la otra variable, se estima que un incremento del precio internacional del café del 20 por ciento podría tener efectos positivos sobre el crecimiento de 0.5 puntos porcentuales de mayor crecimiento del PIB de la región”, estima.

Dinero se  encarecería

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte a la región de que se enfrenta a un contexto financiero interno menos favorable, así como inflacionario.  “La menor inflación facilitó menores tasas de interés pasivas reales observadas, permitiendo una expansión del crédito. Sin embargo, esta situación se da en un contexto donde los precios de las materias primas parecen haber llegado a su mínimo, reduciendo así el impulso expansivo del sector real”, indica.

Y añade: “Adicionalmente, un aumento del costo del financiamiento externo, más la acumulación de pasivos externos, impactarían el pago de rentas, haciendo necesario un mayor ajuste para estabilizar los pasivos, de ahí la necesidad de que la región realice un esfuerzo adicional para aumentar su ahorro”.

Sin Plan B
El asesor económico para la Presidencia, Bayardo Arce, admitió la semana pasada que el único plan B que Nicaragua tiene ahora frente a cualquier impacto negativo de las políticas comerciales y migratorias de Donald Trump se puso en vigencia desde 2007 y se basa en la diversificación de mercados, al margen de este no hay otro. Pero aun así, las cifras oficiales reflejan que Estados Unidos continúa siendo el primer mercado de exportación de Nicaragua.

Pero Estados Unidos no

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí