El presidente inconstitucional Daniel Ortega podría estar buscando quebrar el consenso bipartidista alrededor de la “Nica Act”. Según analistas, ese podría ser el objetivo detrás de la contratación de una influyente firma de cabildeo contratada por Nicaragua.
El primero de diciembre el gobierno contrató a la firma Gephardt Group, con altas influencias entre políticos demócratas, para cabildear y representar los intereses de Nicaragua ante la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos por un año.
“Ellos (el Gobierno) necesitan neutralizar a los demócratas para que no sea una ley bipartidista ni unánime”, dijo el analista político Óscar René Vargas.
Gephardt Group es una firma prominente en Washington, fue creada por el excongresista demócrata (ocupó su puesto de 1976 al 2004) de Missouri, Richard Gephardt. Es una firma con clientes como Google, Bayer, General Electric, entre otros.
También están contratados para hacer cabildeo para los gobiernos de Turquía y Taiwán.
Con la contratación de la firma de cabildeo, el gobierno de Ortega reconoce, según Vargas, “que la situación no le es favorable en el próximo congreso”.

Consideran que Cabildeo no servirá de mucho
El consultor cubanoamericano Jason Poblete, experto en política exterior y seguridad nacional, afirmó que la contratación de la firma Gephardt Group no le servirá de mucho a Ortega con la nueva administración que asumirá el 20 de enero del 2017.
“No creo que eso les va a ayudar mucho, estoy seguro que cuando la verdad se sepa de lo que está pasando en Nicaragua, va a ser un total gasto de dinero”, aseveró.
Para Poblete, la contratación de una firma de lobby refleja un acto de desesperación y de fracaso del equipo diplomático de la Embajada de Nicaragua en Washington.
El acuerdo disponible en la web de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros especifica que la firma estadounidense se reunirá con congresistas y funcionarios del ejecutivo para tratar de influir políticas favorables de Washington para Nicaragua.
El contrato fue firmado por el embajador de Nicaragua en Washington, Francisco Campbell. Por Gephardt Group firmó Thomas O’Donnell.
Los servicios fueron contratados por un año y se les pagará 420 mil dólares, 35 mil dólares por mes.
“Encuentro irónico que uno de los regímenes más totalitarios… esté contratando cabilderos en Washington, hay que no tener vergüenza para gastar esa cantidad de dinero (cerca de medio millón de dólares) en cabilderos por el segundo país más pobre del hemisferio”, señaló Poblete.
El consultor valoró como “alarmante” que el régimen de Ortega esté tratando de jugar a la política en Washington, con el propósito de confundir al gobierno estadounidense.
Ortega preocupado por el nuevo gobierno de Trump
Poblete cree que Ortega está preocupado por las acciones oficiales que el Gobierno de Estados Unidos pudiera adoptar como la “Nica Act”, “y la presión que se la ha puesto sobre organismos internacionales como Interpol”.
Para el abogado, la nueva administración va a reenfocar su relación con América Latina. “Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Venezuela, van a tener que mirar hacia adentro porque ya no va a ser igual que antes, eso va a cambiar especialmente en el eje de estos países que son antiamericanos. Nosotros no tenemos ninguna lucha contra el pueblo de Nicaragua, la lucha es con un señor que es un dictador”, dijo Poblete.
Poblete afirmó que la iniciativa “Nica Act” tendrá más potencial para ser aprobada en el 2017, con un Congreso, el Senado y la Casa Blanca dominada por los republicanos.
“Algunas de las cosas que se están planteando en esa ley quizás se podrán implementar a través de un proceso administrativo sin necesidad de la aprobación de la Ley (…) si el presidente decide hacerlo a través de una acción ejecutiva, como la que ya se ha aplicado durante la administración del presidente Bush, la 7750 de poner a oficiales corruptos en una lista de fichados aquí en Estados Unidos; así es que hay elementos de esa ley que se pudieran aplicar administrativamente, y lo que no se pueda sería a través del Congreso”.
(Con la colaboración de Emiliano Chamorro).
Panorama ha cambiado
Norman Caldera, excanciller de la República, dijo que pagar firmas para cabildear en Washington es un mecanismo diplomático que también se usó en la administración del expresidente Enrique Bolaños y fue pagado con fondos de la cooperación externa.
“Nosotros lo hicimos en la administración del presidente Bolaños para conseguir que pasara el Cafta y tuvimos resultados porque el Cafta pasó”, señaló Caldera.
El excanciller asegura que si Ortega está recurriendo al cabildeo con Washington quiere decir que el esquema de la cooperación ya no le está funcionando.
“Más que la parte legal yo hago una reflexión, quiere decir que el esquema de ciertos arreglos como el combate al narcotráfico, el combate al tráfico de migrantes y que puedo decir barbaridades de ustedes (de Estados Unidos) quiere decir que ese marco de cooperación ya no está funcionando y entonces están recurriendo a una firma de cabilderos”, valoró Caldera.