El presidente inconstitucional y que anoche se adjudicó su tercer mandato presidencial consecutivo, Daniel Ortega, y su esposa la vicepresidenta resultante de este proceso, Rosario Murillo, votaron en una exclusiva Junta Receptora de Votos (JRV), donde se colocó un recinto de votación para cada uno. Ningún otro ciudadano utilizó esos recintos.
A la pareja presidencial, este 6 de noviembre les correspondió el Centro de Votación (CV) ubicado en la Universidad Central de Nicaragua (UCN), en el barrio El Carmen, que queda a pocos metros de la Secretaría del FSLN y casa de habitación de los candidatos sandinistas.
Según el Padrón Electoral colocado en el CV 049, a Ortega y a Murillo les correspondía votar en la JRV 3, habilitada en la primer aula de la UCN, donde lo hicieron en anteriores elecciones.
Pero no votaron dentro del edificio del Centro de Votación como los pocos ciudadanos que llegaron, sino que un gran toldo sostenido en una estructura metálica fue colocado en la calle, donde hubo una mesa con mantel blanco, muchas flores alrededor, luces especiales para iluminar el sitio, y dos recintos con los emblemas del Consejo Supremo Electoral (CSE) donde exclusivamente Murillo y Ortega marcaron sus respectivas boletas electorales que depositaron en una urna cada uno.
Hasta los miembros de esa JRV fueron exclusivos para atender a los esposos y candidatos sandinistas, pues el presidente y los dos miembros de mesa estuvieron todo el día esperándolos y no recibieron a ningún otro ciudadano. Ahí se notó la presencia de dos fiscales aunque no se pudo conocer a qué partido pertenecían, pero igual solo constataron la votación de Ortega y Murillo.
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Llegaron en su Mercedes
Para marcar la diferencia de quienes ostentan el poder del Gobierno en Nicaragua con el resto de ciudadanos, Ortega y Murillo ni siquiera caminaron la cuadra de distancia que hay entre su casa-oficina y la JRV que se les construyó. Llegaron en su lujoso Mercedes Benz a las 5:44 de la tarde.
Ortega condujo su Mercedes Benz y a la par iba su esposa y fórmula. El presidente-candidato estacionó su lujoso vehículo a la orilla de la exclusiva JRV, luego de que ambos bajaron un conductor movió el Mercedes Benz presidencial y lo estacionó a unos 13 metros de distancia en el lado sur del toldo.
Murillo agarró de la mano a su esposo y lo ayudó a ingresar a la JRV, donde entregaron sus cédulas de identidad al jefe de mesa electoral quien primero revisó que Ortega estuviera en el padrón, le entregó la boleta electoral y le indicó el procedimiento de la votación. Mientras Ortega marcaba la boleta en su recinto exclusivo, seguramente en la casilla donde él iba de candidato presidencial, Murillo escuchó la misma orientación y recibió la boleta.
Ortega esperó a que Murillo marcara la boleta y juntos fueron a depositarlas en la urna exclusiva para ellos. Luego uno de los miembros de la mesa electoral les manchó el dedo pulgar derecho con tinta indeleble, y ambos lo mostraron a la decena de periodistas que daban cobertura.
Cuatro equipos con cámaras de televisión de los canales oficialistas fueron colocados en los extremos del toldo que funcionó como JRV, de donde se transmitió en vivo cuando Murillo y Ortega votaron. Otros camarógrafos se encargaron de grabar los movimientos de la pareja presidencial y candidatos fuera de la JRV.
Equipos de seguridad de la Policía Nacional, incluidos miembros de las fuerzas especiales, junto con decenas de miembros de la Juventud Sandinista (JS) y hasta perros resguardaron la zona de la Secretaría del FSLN y del Centro de Votación en la UCN. La JS vistió camisetas blancas y pantalones oscuros, esta vez sin emblemas partidarios.
Altar
Una vez que Ortega y Murillo votaron, caminaron unos dos metros desde la JRV hasta una tarima igual de exclusiva donde se colocaron siete banderas azul y blanco, se adornó con plantas y varias luces iluminaron ese espacio.
Aunque se colocaron dos micrófonos, en esa tarima solo Ortega habló, pero en los 14 minutos y 54 segundos de su intervención obvió la alta abstención que marcó las elecciones del 2016 y los hechos de violencia registrados en la comunidad de La Magdalena, Ciudad Antigua, Nueva Segovia.
Ortega, séptima vez candidato presidencial, tampoco se refirió a las críticas al proceso electoral hechas por los obispos Silvio Báez y Juan Abelardo Mata, quienes se abstuvieron de votar.
Habla de la OEA
Lo que mantuvo Ortega en su discurso fue su ataque a los Estados Unidos, pues para destacar los comicios de este domingo dijo que ahora son organizados por una “autoridad electoral nicaragüense”. “¡Ahí no hay un solo general yanqui! como en 1928”, afirmó.
“Incluso, ha andado, yo diría en visita, con motivo de estas elecciones, una representación de la OEA, todos ellos para acompañar, ver cómo se desarrollan estas elecciones, pero ninguno de ellos ha venido ni siquiera con la intención de suplantar a las autoridades nacionales. Ninguno de ellos ha venido con la intención de venir a contar los votos”, dijo Ortega.
Al finalizar su discurso caminó junto a Murillo hasta su Mercedes Benz, ambos saludaron a algunos miembros de la Juventud Sandinista y luego subieron al vehículo que Ortega condujo de la JRV exclusiva donde votó hasta su casa y oficina presidencial.