Uno de los datos de la última encuesta de Borge & Asociados y que pudo conocer LA PRENSA, ha venido a poner realismo a las estimaciones sobre los probables resultados electorales del próximo 6 de noviembre.
LA PRENSA no conoce la encuesta completa de Borge & Asociados, pero sabemos que fue hecha entre el 18 y el 31 de mayo pasado, antes de que el régimen orteguista excluyera a la principal fuerza de oposición de la participación en las elecciones. Y entre los datos interesantes que hemos podido conocer, está el de que para más del 60 por ciento de la gente el desempleo, la situación económica y la pobreza son sus problemas principales.
Pero a nuestro juicio el dato más importante de esa encuesta de Víctor Borge es que también pone a Ortega como ganador de las elecciones de noviembre, pero solo con un 44 por ciento de los votos, bastante alejado del más de 60 y casi 70 por ciento que las otras firmas encuestadoras le conceden al caudillo sandinista, quien se reelegirá por segunda vez consecutiva para ejercer a partir de enero de 2017 un cuarto período presidencial, más que ningún otro presidente en la historia nacional.
El dato del 44 por ciento de la encuesta de Borge es razonable y creíble, está en el promedio histórico de las votaciones que ha obtenido Ortega desde 1990 hasta ahora. La única excepción ha sido el 62.46 por ciento que el Consejo Supremo Electoral (CSE) le asignó en las elecciones de 2011, cuando a los observadores internacionales el régimen orteguista “les tapó el radar” para que no pudieran verificar con detalles el gran fraude electoral que denunció la oposición y lo demostró con sus propias actas de las votaciones.
La encuesta de Borge & Asociados es también digna de confianza, considerando que en las elecciones de 1990 esta firma fue la única que anticipó que Daniel Ortega y el FSLN serían derrotados por doña Violeta Barrios de Chamorro y la UNO. Las demás encuestadoras, incluyendo algunas que vinieron de Estados Unidos, aseguraron que Ortega ganaría por abrumadora mayoría, pues operaban con personal de campo nicaragüense controlado o influenciado por el sandinismo, mientras que Borge trajo de Costa Rica su propio equipo de trabajo y le inspiró confianza a las personas entrevistadas.
Ahora bien, ante el mencionado dato de la última encuesta de Borge & Asociados, muchas personas se vuelven a preguntar por qué es que Daniel Ortega no quiere permitir que la principal fuerza opositora participe en las elecciones de noviembre próximo, y que estas sean competitivas y observadas internacionalmente, si de todas maneras tiene asegurada la victoria.
La obstinación de Ortega en no permitir elecciones transparentes y competitivas puede tener varias explicaciones, y la principal es que él no quiere ganar con una simple mayoría, sino con dos tercios o más de los votos, que es la clave para la reforma total de la Constitución sin depender de la minoría parlamentaria.
A pesar de que Ortega no tiene necesidad de hacer otro fraude electoral, el CSE de todos modos manipulará las elecciones a fin de satisfacer el inflamado ego del caudillo, y darle la mayoría legislativa que necesita para su proyecto de dictar una nueva Constitución.