Henry Ruiz es un ateo y socialista confeso. Alguna vez fue catalogado como la reserva moral de la revolución sandinista.
Antes del triunfo de 1979, Ruiz, hoy de 73 años, fue una leyenda en la lucha armada guerrillera en las montañas del norte del país.
De los nueve comandantes que dirigieron el país en los ochenta, tres sobresalían entre los demás. Ruiz era uno de ellos. Los otros dos eran Tomás Borge y Humberto Ortega.
El legendario Comandante Modesto cuenta en esta entrevista que, 37 años después del derrocamiento de la dictadura de Somoza, Daniel Ortega, su antiguo compañero de armas, se ha convertido en un dictador, que no es sandinista ni revolucionario.
Alejado de los partidos políticos, Ruiz pasa sus días en su casa en Los Robles, viviendo, según dice, de préstamos de sus amigos, pero sin resignarse, aclara, a que el país no cambie.
En los ochenta el FSLN tenía una Dirección Nacional compuesta por nueve comandantes. Ortega no era ni el más sobresaliente ni el que más méritos de guerra tenía, pero logró imponerse sobre el resto.
Hoy continúan vivos siete de esos nueve comandantes y Ortega solo se hace acompañar de uno de ellos: Bayardo Arce.
En esta entrevista Ruiz explica por qué nunca denunció la piñata, por qué Daniel se impuso sobre todos ellos y lo que piensa de su antiguo compañero de armas.
¿Por qué se dejaron quitar todo por Daniel Ortega?
Mirá, quitar no sé si es el término. El cuadro asignado por la Dirección Nacional para organizar la estructura del partido, hacer las políticas de militancia, de reclutamiento es Bayardo Arce Castaño, él hizo el aparato, los aparatos de propaganda, de Relaciones Exteriores, él es el que organiza eso, pero con el entendido de que ese aparato respondía directamente a la Dirección Nacional… Pero como entramos a la guerra se decidió formar una comisión política, esa comisión política es integrada por los dos Ortega (Daniel y Humberto), Jaime Wheelock, Tomás Borge y Bayardo Arce, ahí se hicieron los caldos de cultivo de lo que va a surgir más adelante, pero siempre bajo la dirección de Daniel Ortega. Le cayó el sombrero encima pues, cuando vas a las elecciones (de 1984) nadie discutió que pudiera ser otro el candidato, ya en 1984 ya las cosas están jodidas… Eso fue caminando. En el segundo afán electoral (1989) sí hay una cierta aspiración de que otro puede ser el candidato y ese es Tomás, él quería ser el presidente, pero a los ojos de nosotros Tomás era un incumplidor permanente de todo. No le íbamos a dar el apoyo a él, mejor continuemos pues (con Daniel), dijimos. No hubo un empoderamiento para sostener al partido a toda costa. Cuando nosotros perdemos hay dos opiniones: Daniel diciendo que no hemos perdido el poder y para mí lo que tiene Daniel en ese entonces es un aparatismo mal entendido. ¿Qué pensaba él? Tengo las fuerzas armadas, tengo el poder, eso significaba que si había que masacrar al pueblo, se hacía.
De usted se ha dicho que es la reserva moral de la revolución sandinista. Cuando se da la piñata ¿qué dijo usted?
Me quedé callado porque fui tesorero y los mismos compañeros me decían ¿y ahora qué hacemos? ¿Qué hacemos? Tomás había organizado empresas. En una reunión del partido me dio unos papeles, empresas con cuentas por cobrar y era cobrarle a los mimos oficiales del Ministerio del Interior y yo le dije en la reunión: ¿qué querés, que vaya a cobrarle a tus oficiales? Jaime Wheelock nunca enseñó las manos, él era de los que más tenían acaparados. Humberto (Ortega) tampoco.
¿Qué tenían acaparado ellos?
Lo que salía del presupuesto, el partido era sostenido por el presupuesto, las divisas se las llevaba el Ejército o el Midinra o el Ministerio del Interior. Más que un problema ético en ese momento era un problema político.
¿Pero usted por qué no dijo nada?
Por la presión política. Una vez incluso Daniel dijo: “Si aquí salimos que estamos haciendo esto (no se usaba el término piñata pues), que estamos involucrados en esto, nos terminamos”. Entonces yo ahí dije mejor nos aguantamos pues, con la esperanza de que en el camino las cosas se iban a arreglar y no se arreglaron y lo que se hizo fue que se profundizó el problema. Había una Comisión de Ética, que la encabezaba Fernando Cardenal, la doctora Vilma Núñez y Tito Castillo; uhhh Tito Castillo sabe más que yo de estas cosas.
¿Había empresas que eran del partido? Usted como tesorero tenía acceso a esa información, por lo menos debieron de darle la lista.
Qué va, no te digo que Tomás me entregó empresas quebradas, había una de William Graham que creo que la manejaba con Sergio Ramírez. Todo mundo sabía cómo hacer las cosas para que nadie se diera cuenta. Tal es así que hoy hay que escarbar bien para saber por dónde están. Para mí esa es la estocada mortal, pero no suficientemente profunda y dolorosa para acabar con el sandinismo, yo tengo esperanza que las nuevas generaciones se den cuenta.
¿Qué significó la revolución para usted?
Yo vengo del Partido Socialista, para mí era el socialismo. Yo me considero de formación comunista, pero sabía que eso no es decreto; a mí lo que me convence son unos escritos de Carlos Fonseca, donde se dice que se trata no únicamente de derrotar a la dictadura, sino de un cambio social profundo. Se cometieron errores… como las confiscaciones. Nosotros no necesitábamos tantas propiedades, con las de Somoza teníamos suficientes, pero de repente comenzaron que el que se va se la quitamos, esa es una de las cosas más dañinas, porque lo que hicimos fue irle a quitar a la gente los medios de vida, como les dice Engels. ¿Y entonces qué? La gente se arrechó…
¿Por qué usted sale tarde (1999) del FSLN a pesar de esos errores que señala?
Yo no estaba contento con lo que se estaba haciendo. Después del Congreso (de 1995) yo me molesté, pero no me retiré, me dediqué a visitar los territorios. Pero miré cosas que no me gustaron, otra vez el autoritarismo… Pero al final me fui porque cuando se hace el pacto con Alemán se negocia la Reforma Agraria.
¿Por qué de los nueve comandantes solo Bayardo Arce sigue con Daniel Ortega?
Miren, Bayardo Arce es un hombre inteligente, es un hombre trabajador y es un hombre astuto. Yo creo que ahora con la ausencia de Tomás él tiene más fuerza. Ustedes ven el lenguaje de Bayardo sobre Daniel: Daniel nos guía. Todo eso le encanta a Daniel. Él sabe utilizar astutamente ese lenguaje y yo creo que el poder le ha dado, dijéramos, comodidades de vida.
Se dice que él tiene poder económico dentro del FSLN.
Él manejó una parte de la economía del partido, el presupuesto. Por ejemplo, este edificio que se llama Compostela, ese edificio está montado en un patio donde había un taller que pertenecía, que estaba en el patrimonio del partido. Cuando él me entrega los papeles… él me dice a mí: “Mirá, eso es todo lo que tengo, pero me quedé con esto (el terreno) como patrimonio para mis hijos…” Eso es de lo que me acuerdo yo. Ahora ahí está ese edificio, que ahora es una inversión de él con unos españoles, esto me lo dijo él a mí después de todos los pleitos.
¿En qué coinciden Arce y Ortega? ¿Por qué siguen juntos?
Bayardo es el que ha sobrevivido, Bayardo es un sobreviviente ahí.
Este gobierno se vende como solidario, revolucionario. ¿Es revolucionario este gobierno de Ortega?
Lo dice él. ¿Cómo puede ser un gobierno revolucionario que impulsa el desarrollo económico basado en un modelo extractivista con una economía política que encaja directamente con el gran capital, el interno y el externo? ¿Cómo puede ser revolucionario eso? Eso es palabrería. Este gobierno no es ni sandinista ni revolucionario, aquí hay una transformación total, por eso es que es mejor decirle a Daniel que es un tránsfuga, si alguna vez tuvo raíces revolucionarias. Ahora yo pongo en duda eso, porque para mí es muy difícil tener una transformación tan radical como la de él: alianza con el sector más retrógrado de la Iglesia católica, el Ejército quiere que sea para él, no cree en el Derecho…
Ortega domina todo en este país. ¿Puede considerarse ya una dictadura?
Yo no sé para qué le buscan más definiciones. Aquí los hechos son los que definen las cosas, no las ansiadas y sutiles definiciones, como están haciendo los intelectuales que hasta hace poco estaban diciendo que no era una dictadura, ¿qué quieren, una dictadura como la de Turquía? Aquí hay una dictadura.
En los tiempos de Somoza ¿cómo era la dictadura?
En tiempos de la dictadura somocista había un poder que no funcionaba, para la subversión armada no funcionaba. La Ley era no hay prisionero, muertos todos; el prisionero, preso está, por eso es que tuvimos nosotros prisioneros. No se les aplicó la ley fuga, como lo hizo Luis Somoza en sus tiempos. Segundo, que el derecho de propiedad funcionaba, el derecho de amparo funcionaba, ahora no funciona nada, ahí están los presos que según la Ley deben estar unas horas y después ser exhibidos y aquí no, los meten a El Chipote y mirá qué triste un nombre tan sagrado para el sandinismo se convirtió ahora en la cárcel, la aviación pues… Somoza tenía su cumpleaños y el Día del Ejército, ahora tenemos Día de la Policía y las banderas partidarias…
Muertos no hay.
Yo lo dudo.
¿Por qué lo duda?
Porque hay un montón de asesinatos que no se explican.
¿Por ejemplo?
Todos esos de la Policía que no los puede agarrar… En el norte hay descontento. Y yo alguna vez hablé con ellos y yo les dije: tengan cuidado de despejar correctamente de lo que es la lucha de calle, que siempre tiene una expresión violenta a la lucha armada militar, que eso es doctrina militar, táctica militar, cuadros entrenados, se necesitan armas, logística, se necesita otro rollo. Daniel es una copia de Somoza, pero con un afán: hacerse más rico… Aquí no se sabe qué es lo que tienen en los bancos, están escondiendo la contribución de Venezuela…
¿Usted qué siente cuando mira a este gobierno y recuerda a sus compañeros caídos?
Los hombres y mujeres que murieron lo hicieron por una causa y en eso no hay que sentir más que respeto y veneración… Esto es doloroso, yo miré morir a campesinos, estudiantes…
¿Usted a qué se dedica ahora, comandante?
Yo sigo en la jodedera, yo no me he resignado a que esto esté así ,pero tal vez mi propia formación me dice que primero formar un partido no conduce a nada, porque lo harías dentro de las mismas normas y cometerías con ese partido los mismos abusos.
¿Usted se considera un socialista?
Sí, lo que hicimos fue organizarnos en el Movimiento Patriótico por la República.
¿De qué vive usted?
Estoy endeudado, endeudado, quiero vender esta casa, pues. Menos mal que a quienes les debo es a amigos míos y no me están cobrando, pero yo estoy endeudado, tengo que pagar. Estoy vendiendo esta casa, yo creo que no la vendo porque la propiedad es de Henry Ruiz.