En nueve años el porcentaje de mujeres afiliadas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) se ha disminuido 14.9 por ciento, frente al aumento del 15.4 por ciento de hombres que están cotizando, indican las estadísticas de esa institución publicadas en sus anuarios.
Sin embargo el pregón empresarial es que existen más mujeres en las empresas o bien creando sus propios negocios, lo que permite cuestionar qué ha pasado con esa proporción porcentual de mujeres que están laborando formalmente.
Blanka Callejas, presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua (REN), afirma que en primer lugar, la informalidad es la que está absorbiendo esa masa laboral femenina, seguido de la falta de interés por el pago de ese beneficio social.
“Otro aspecto que tiene peso y que hemos descubierto desde la REN es que si el esposo de una mujer está asegurado, entonces ella no considera necesario el pago al INSS”, manifestó Callejas.
Vea:
El mayor porcentaje de mujeres aseguradas está en empresas grandes dice, presidenta REN, Blanka Callejas. @laprensa pic.twitter.com/jmXxF5u7KO
— Yohany López (@jonylopez14) 12 de mayo de 2016
Por otra parte, la presidenta de la REN afirma que los negocios que nacen en manos de mujeres están iniciando como micro o pequeña empresa, razón por la que asegurarse se les hace más difícil.
Datos de la Encuesta de Empresas Sostenibles Nicaragua 2015, del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Organización Internacional del Trabajo, muestran que el 27.8 por ciento de empresas cuyas propietarias son mujeres están en la informalidad.
Los datos de la encuesta también reflejan que el fuerte de las dueñas de negocios se concentra en las microempresas, donde emplean entre una y cinco personas, siendo de 30.5 por ciento la cantidad.
Y en la medida que la empresa crece, en esa misma proporción disminuye la tenencia de mujeres dueñas. Ubicándose en un uno por ciento la cantidad de mujeres dueñas de empresas grandes.
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SE REPORTAN MÁS EN EL SECTOR PRIMARIO
El presidente de Cosep, José Adán Aguerri, atribuye esa reducción en el porcentaje de mujeres afiliadas al Seguro Social a que más mujeres están entrando al mercado laboral en calidad de empresarias y otras en la informalidad.
“Nuestras representantes reflejan una realidad que está sucediendo en el país. Dentro de lo que significa la participación de la mujer en el mercado laboral, actualmente el 32 por ciento de las mujeres aparecen en nuestra encuesta como propietarias (formales)”, sostiene Aguerri.
Y aclara que de ese 32 por ciento, el 68 por ciento se encuentra en el sector primario.
“Entonces lo que estamos viendo es más mujeres entrando al tema de la actividad económica, pero lo están haciendo dentro de la informalidad, en el sector primario y terciario que no están vinculados a la participación de la mujer dentro del Seguro Social”, explica Aguerri.
Para el dirigente empresarial lo que pudiera “estar dándose es ese fenómeno de que vemos crecer la participación de las mujeres en los sectores primario y terciario como propietarias, pero no así dentro de esa realidad que significa tener a las mujeres trabajando dentro de las empresas formales del país.
CAMBIOS DIMINUTOS
Los anuarios del INSS muestran que entre 2006 y 2015 el porcentaje de mujeres aseguradas ha disminuido, pero al comparar 2015 con 2014 hay ligeros aumentos porcentuales, aunque para el actual gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Mario Arana y expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), son cifras muy diminutas.
“Esos cambios tan diminutos de un año a otro son insignificantes. Y si lo ves tomando como referencia el 2006, por citar un ejemplo, ves la diferencia. El empleo formal debe ser una prioridad para las empresas y el aspecto de género es vital para seguir creciendo”, expresó Arana.
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Para Arana la tendencia sostenida desde 2006 es preocupante y urge que sea revertida.
“Estamos claros que hay mayor fuerza laboral femenina, pero está concentrada en el mercado informal. Eso nos dice en buena medida que acceder a la formalidad se ha vuelto más caro y probablemente no hay incentivos que favorezcan el empleo formal”, argumentó el expresidente del BCN.
CAMBIAR ESA REALIDAD
Para Aguerri cambiar esa realidad es uno de los cuatro ejes de trabajo que se ha planteado el Cosep. “Se está trabajando con los equipos que están preparando propuestas que vamos a llevar de revisión y de políticas privadas y público-privadas para ayudar a que estas mujeres que hoy tienen un mayor nivel de participación… tengan acceso a financiamiento, se vinculen con cadenas de producción y sean partícipes de los mercados para que eso les permita una mejor situación hacia la formalización”, expresó recientemente tras finalizar una conferencia de prensa.
Para Claudia Ordóñez, presidenta de la Cámara de Textil-Vestaurio que forma parte del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y miembro del equipo de género de la misma, afirma que la formalidad para un sector cuyo fuerte son las mujeres es de prioridad para que sean más productivos.
Es sorprendente que el crecimiento no sea tan fuerte en términos de porcentaje. Porque por ejemplo nosotras que trabajamos con muchas mujeres hemos promovido que se trabaje en la formalidad y se entiendan los beneficios de ello”, expresó Ordóñez, quien a su vez, asegura que han iniciado una campaña por la plena formalización de las empresas y sus trabajadores.
En cifras
15 es la ubicación de Nicaragua frente a 20 países en el Índice del Entorno Empresarial para Emprendedoras, que identificó que el acceso a financiamiento para empresas en manos de mujeres es limitado en el país.
30-40% de los negocios en el mundo está en mano de mujeres, estiman datos del Banco Mundial.
ELEVAR PRODUCTIVIDAD
Para el expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Mario Arana, hacerle frente a la inscripción de más mujeres en la seguridad social puede revertirse con el aumento de productividad en las empresas, de tal forma que al elevar los ingresos, la carga impositiva que el seguro representa no sea tan fuerte ni vista como un impuesto ni para los empleadores ni para el trabajador.
“Se debe revisar y buscar cómo revertir esa tendencia y es ahí donde la inversión pública y el papel de los privados juega un papel determinante”, expresó.