Nicaragua tiene la tarifa eléctrica industrial más alta de Centroamérica y está por encima del promedio en América Latina, desvela un análisis publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Con datos a junio de 2015, según el organismo, mientras en el istmo en promedio las industrias pagaban 18.2 centavos de dólar por cada kilovatio consumido, en Nicaragua se cobraba 22 centavos.
Comparado con la tarifa eléctrica industrial que en promedio se cobra a nivel de América Latina, la de Nicaragua era 41 por ciento más cara. La media regional es de 15.6 centavos de dólar por kilovatio.
La situación empeora cuando la tarifa industrial del país es comparada con Estados Unidos, donde cada industria paga en promedio siete centavos de dólar, es decir, 214 por ciento más barata que la de Nicaragua.
Es por esta razón que el Banco Interamericano de Desarrollo le recomendó a la región, incluida Nicaragua, avanzar en la reducción de la tarifa eléctrica para mejorar la competitividad y productividad.
“Reducir los costos de la energía eléctrica, sigue siendo un tema fundamental de la agenda regional. Los precios de electricidad en Centroamérica, Panamá y República Dominicana son superiores a los de otros mercados comparables”, alerta. Además el BID dijo que “las tasas de electrificación en la región no están al nivel de otros países comparables (con la excepción de Costa Rica). Esto revela un déficit de inversión en infraestructura de redes (distribución y transmisión), así como de generación”.
En Nicaragua el año pasado, pese al desplome del precio del petróleo, pero particularmente del fuel oil (derivado del crudo para generar energía), que se redujo 50.7 por ciento, el Gobierno solo le aplicó una reducción del diez por ciento a la tarifa eléctrica.
Las cifras del Banco Central de Nicaragua reflejan que los nicaragüenses tampoco han gozado de los alivios que ha producido la transformación de la matriz energética que comenzó desde el 2007.
Respecto a 2006, entre enero y noviembre la tarifa fue en promedio 31 por ciento más cara que hace diez años. Por cada kilovatio en 2006 se pagaba en promedio 16 centavos de dólar y el año pasado la media en 11 meses fue de 21 centavos de dólar, los datos más actualizados.
¿Y EL ALIVIO?
En declaraciones a LA PRENSA el pasado 23 de febrero, el presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua, César Zamora, reconoció que el país está totalmente rezagado en cuanto al precio de la energía a nivel del istmo.
“Nicaragua tiene la electricidad más cara en los sectores industriales, comercial y domiciliar de alto consumo. Vemos que desde que inició la reducción del precio del combustible a finales del 2014, en la mayoría de los países de la región se han dado reducciones tarifarias alrededor del cuarenta por ciento. En el caso de Nicaragua se ha reducido únicamente el 14 por ciento. Esto es diez por ciento en el 2015 y 4.5 por ciento en el 2016”, ejemplificó.
El presidente ejecutivo del Instituto Nicaragüense de Energía, David Castillo, justifica esa leve reducción a la deuda que Nicaragua tiene con la Caja Rural Nacional (Caruna) que contrató el país —sin licitación o fiscalización alguna— entre 2010 y 2013 por un monto de 198.55 millones de dólares para evitar que la tarifa se incrementara en momentos que el crudo estaba por encima de los cien dólares el barril.
Además, el Gobierno decidió repartir en tres partes el alivio: creación de un fondo de combate a la pobreza, alivio de tarifa y pago de deuda. El fondo de pobreza —según desveló en su momento Castillo— se destinó para saldar deudas eléctrica de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
“El impacto de estar pagando un producto, en este caso la electricidad, fuera de los precios que definen los parámetros del mercado traen un impacto muy negativo a la economía del país. Por un lado se restringe el consumo de electricidad tanto a nivel domiciliar como industrial o comercial lo que a su vez es una restricción a la actividad económica”, dijo Zamora.
Es decir, “si tuviéramos precios más bajos de electricidad, tendríamos mayor consumo y por ende un mayor auge económico. Por otra parte, los altos costos de electricidad tienen un impacto muy importante a nivel de la competitividad regional de Nicaragua. Nicaragua ya se quedó muy rezagada en comparación a los demás países de la región en cuanto al precio de electricidad”.
Lo que más preocupa al empresariado es que estos altos precios de la energía para la industria tiene impacto en la inversión. “A nivel empresarial estamos viendo que algunas industrias están optando por elegir otros países para instalar sus inversiones precisamente por el alto costo de la energía. Esto tiene un alto costo a nivel de generación de empleos, impuestos, etcétera”, dijo.
“Dejando por fuera cualquier consideración de carácter político, cuesta hacer entender al Gobierno que el primer beneficiado de una reducción en el precio de la energía eléctrica es la misma empresa distribuidora, la cual miraría incrementado en el corto y mediano plazo su volumen de venta”, afirmó.
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