Costa Rica ya no está como el principal país de destino de los migrantes nicaragüenses, revela un estudio realizado por el Servicio Jesuita para Migrantes de Nicaragua y la Universidad Centroamericana (UCA).
Panamá y España son los países a los que cada vez más viajan los nicaragüenses, según esa misma investigación. A Panamá van los jóvenes a partir de los 20 años, sobre todo de poblaciones urbanas y a España sobre todo las mujeres.
Costa Rica aparece como tercera opción para los nicas que emigran, sobre todo los que proceden del campo. Seguido de El Salvador, pese a la violencia y por lo cual huyen también los salvadoreños que muchas veces o se refugian en Nicaragua o la utilizan como tránsito, y en quinto lugar está ahora Estados Unidos, explicó la investigadora del SJM, Emma Pelegrín.
La explicación de esto es que “se han abierto otras alternativas más seguras y más estables, hacia el sur.
La misma investigación realizada en los municipios de Tola, El Viejo, Ciudad Darío, La Paz Centro y Managua, entre cuatrocientas familias de migrantes, también demostró que ha descendido la migración interna, pues únicamente se mantiene hacia Managua.
CONDICIONES ESTÁN DADAS
La directora del Servicio Jesuita para Migrantes de Nicaragua, Lea Montes Lagos, analizó por su parte que en el país existen condiciones para que cada vez mayor cantidad de nicaragüenses opten por emigrar.
A su criterio la situación de la migración ha venido cambiando, antes era por trabajo, “ahora hay, más o menos trabajo en el país, pero los salarios son bajos y no cumplen las expectativas de adquirir la canasta básica”.
Señaló que una de las razones por las cuales la gente emigra son los bajos salarios y el desempleo en las zonas rurales. “Una movilidad humana laboral porque los salarios son mucho mejor allá pero, ojo, en Costa Rica, la situación económica también está afectando a la población migrante”, señala Montes.
Sin embargo, en lo que respecta a la vecina del sur, pese a que la emigración está en tercer lugar, la extensión de la visa por tres meses y el endurecimiento que existe en las fronteras sobre los pasos ciegos, pudo incidir que cada vez se observen mayor cantidad de nacionales que hacen fila frente a las instalaciones del consulado de Costa Rica en Managua. “No es tan fácil, al ampliarse la estadía allá y teniendo la otra medida que impacta, la gente ha buscado como ir regularizado”, dice Montes Lagos.
400 familias de migrantes de cinco municipios del país, sobre todo afectados por el cambio climático, fueron abordados en un estudio realizado por el Servicio Jesuita para conocer su impacto en la migración.
REGULARIZACIÓN MIGRATORIA
El Servicio Jesuita busca contribuir que la población migrante en los países donde se asientan, logre su situación de regularización migratoria para poder tener acceso a los derechos que tiene los nacionales como una condición de derechos humanos.
Lo anterior lo explicó la directora del Servicio Jesuita para Migrantes en Nicaragua, Lea Montes Lagos.
Recordó Montes, la desventaja del migrante, y es que por no estar regularizado, acepta cualquier trabajo y sin seguro social.
Por ejemplo, cuando el salario mínimo en Panamá es de 800 dólares, al nicaragüense le pagan 300 dólares a 400 dólares. “Obviamente que es un salario mucho mayor que el que gana en Nicaragua, pero comparados con los derechos que deberían tener en el país que emigran es el 50 por ciento menos y están mucho más vulnerables, en toda los beneficios laborales”, expresó Montes.