Las personas que residen dispersas en los pueblos que se ubican en el camino del Canal Interoceánico deben su zozobra a Laureano Ortega Murillo, hijo del presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, según una serie de reportajes publicados por el periódico McClatchy DC, que lo señalan como el artífice de la “renovación de esperanzas” sobre el canal.
McClatchy DC señala que el sueño histórico nicaragüense de construir un canal “nunca se extinguió”, no obstante “no fue hasta que un cantante de ópera hizo un histórico viaje a Beijing a principios de la presente década que se renovaron las esperanzas. El cantante de ópera fue Laureano Ortega, uno de los hijos del presidente nicaragüense Daniel Ortega, excomandante guerrillero en cuyo más reciente mandato se han visto mezclados los eslóganes populistas y antiimperialistas con políticas a favor de los negocios”.
El reportaje de McClatchy DC titulado “¿Transformar el comercio global? El poder de China impulsa el plan del canal de Nicaragua”, señala que Ortega Murillo, quien se interesa por los relojes caros marca Rolex, “estudió en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, gusta de cantar papeles en óperas de Puccini y Verdi. Pero él cantó una canción diferente en ese viaje a Beijing. Él fue allí como asesor de ProNicaragua, una agencia oficial de promoción de inversiones”.
Citando al jefe de la Autoridad del Canal de Nicaragua, Manuel Coronel Kautz, McClatchy DC refiere que Laureano Ortega visitó al ministro de infraestructura y a autoridades del Banco de China quienes le aseguraron que magnates del sector privado estarían interesados en la iniciativa pinolera. “Él habló sobre la posibilidad del canal, y ellos se mostraron muy interesados”.
Según McClatchy DC, Coronel Kautz asegura que los funcionarios le entregaron una lista a Ortega Murillo, en la que estaba el nombre del multimillonario magnate de las telecomunicaciones Wang Jing, “con poderosos contactos en el Partido Comunista de China y supuestos lazos con el Ejército Popular de Liberación”. Con este sostuvo un encuentro.
“Así comenzaron las negociaciones que culminaron en junio del 2013, cuando la Asamblea Nacional, controlada por Ortega, aprobó una concesión de cincuenta años para la empresa de Wang, HKND Group, para construir y operar un canal transoceánico, dos puertos, una zona de libre comercio, un aeropuerto, centros turísticos y otros proyectos”, detalla la publicación.
La concesión canalera que puede ser renovada por otros cincuenta años otorga a Nicaragua el derecho sobre el uno por ciento de la propiedad el año que el canal empiece operaciones, y cada año tendrá un uno por ciento adicional hasta convertirse en dueña de la mitad del proyecto en cincuenta años.
Iglesias, cementerios, calles, corrales para aves: todo lo que se encuentra en el camino del canal Interoceánico que se piensa construir en Nicaragua tendría que ser reubicado en otra partem refiere la publicación.
Según estimaciones del mismo HKND Group unas 28,000 personas que residen sobre la ruta del canal corren el riesgo de ser expropiadas y aunque el gobierno ha manifestado que estarán mejor, en nuevos asentamientos, el escepticismo prevalece entre los campesinos que ya han realizado desde el año 2014, 46 marchas, algunas de las cuales han sido reprimidas por la Policía Nacional.
ÁREA EN EXCESO
La concesión otorgada por Nicaragua a HKND Group le permite expropiar y controlar hasta 6.2 millas de tierra en ambos lados de las 170 millas que abarca la ruta del canal, que atraviesa el centro del país. La gran mayoría de los afectados sería reubicada lejos de la zona protegida del canal.
Liliana Li, portavoz de la compañía, dijo a McClatchy DC que el corredor de 6.2 millas a los dos lados del canal “es más grande que la tierra que realmente hace falta, lo que nos da más flexibilidad en planificar la ruta del canal cuando hagamos los planos”. Dijo que es probable que la compañía necesite “mucho menos territorio a ambos lados del canal”.
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