“Me trataron como la peor de las delincuentes”, dijo con rabia ella. Nelly Márquez, 45 años de docencia infantil y dueña de una sólida reputación social en su vecindario, había visto destruirse todo su prestigio y su tranquilidad cuando en menos de 48 horas, más de cien mil personas habían visto tres vídeos donde ella aparecía, de muy mal humor, reprendiendo a varios niños bajo su cuido. El método de sanción de la profesora, aunque leve físicamente, evidenciaba un actitud violenta contra los niños del jardín infantil. Y el caso específico de haber colocado un basurero en la cabeza a un niño recibió una dura sentencia desde las tribunas de las redes sociales cuando ella misma confesó que el niño humillado era autista.
JUECES IMPLACABLES
La crítica virulenta desde las redes sociales, conmovida por ver llorar a una niña que no sabía defenderse de su maestra, ascendió hasta las autoridades educativas que decidieron cerrar el centro ante la intensa presión social. Nelly Márquez, de la rabia inicial a la tristeza absoluta, intentó defenderse después de una semana de vendaval mediático en su contra: “No me dieron la oportunidad de defenderme”. Su argumento llegó muy tarde: las redes sociales habían dictado sentencia y ella, ignorante del mundo de las comunicaciones digitales donde se jugó su destino moral, dejó pasar más de una semana antes de brindar una conferencia de prensa, acuerpada con vecinos y padres de familia que la apoyaban, donde ya muy pocos oyeron lo que ella tenía que decir.
NUEVAS TRIBUNAS Y TRINCHERAS
El caso del kínder Jardín María Montessori no era el primero del año ni el último que se ventilaba en las cada vez más beligerantes redes sociales, pero fue uno de los que más lecciones dejó: las redes sociales mostraron su poder de divulgación y sus ecos alcanzaron las cimas del poder, desde donde se toman las decisiones.
Es un nuevo escenario en el cual, opinan expertos de comunicación consultados por LA PRENSA, los medios de comunicación tradicionales están siendo desplazados como proveedores de información social.

LA PRENSA/ARCHIVO
¿Están incidiendo las redes sociales en la toma de decisiones del país? Claudia Neira Bermúdez, directora ejecutiva de la agencia Crea Comunicación, tiene una respuesta categórica: “Indudablemente”.
“No solo en la toma de decisiones del país, sino a nivel mundial. La redes sociales son un nuevo y poderoso vehículo de información, de protesta, de incidencia”, dice Neira, quien explica que el fenómeno va de la mano con el uso de aparatos inteligentes “que permiten tomar fotografías, grabar vídeos o voces y compartirlas apretando un botón y, por supuesto, el acceso a conexión de internet con plan de datos o a través de redes inalámbricas”.
Para Neira, la difusión masiva de mensajes y denuncias a través de las redes sociales conlleva un debate ético, ante el poder de incidencia que están alcanzando.
“Esto nos genera otros temas que también deben considerarse, como credibilidad y responsabilidad. ¿Quién dice qué? ¿En qué contexto? ¿Por qué? ¿Para qué? No todas las noticias que han tenido efectos virales han sido ciento por ciento ciertas, se han usado fotomontajes o imágenes de otras protestas. No sabés realmente quién está detrás de un usuario y es por todos sabido que también hay usuarios que no corresponden con personas reales, sino que son usados para mover información con fines propagandísticos únicamente, y esto se evidencia con las apariciones que tienen en determinados contextos y luego silencio total. Los troles y boots son actores reales y visibles que inciden en la calidad de la información. Su razón de ser es crear ruido y muchas veces lo hacen así”, observa Neira.
ECOS DEL PUEBLO LLEGAN A PALACIO
Hace unas semanas una mujer lanzó un grito de angustia en Facebook: “Arun”. Era el nombre de su hijo de 5 años, que le quería ser arrebatado por el padre extranjero, que se asiló en la Embajada de Alemania en Managua para salir del país con su hijo.
La mujer del grito, Ximena Gutiérrez, periodista e instructora de yoga, se escuchó en las redes y en menos de 24 horas llegó hasta las altas esferas del Gobierno, que intervino con todo su poder para que el niño se quedara con su madre y el caso no pasara a una crisis diplomática entre Nicaragua y Alemania.
No terminaba de desaparecer la indignación social por el tema del kínder y Ximena, cuando en las redes apareció otra denuncia: Un centro comercial promovía un concurso de traje de baño de niñas como parte de las actividades comerciales de verano. La denuncia se reprodujo en organizaciones de mujeres, activistas de derechos humanos y medios digitales, llamando la atención de autoridades nacionales que indagaron el caso.
Antes de una notificación oficial, el centro comercial canceló el concurso sin dar ninguna explicación. No era la primera vez que el concurso se hacía, pero fue la última desde que el caso llegó a Facebook y rebotó en Twitter y medios digitales.
ANTE EL VACÍO DE INFORMACIÓN…
Para el periodista y catedrático de comunicación Alfonso Malespín, el poder de las redes sociales se ha hecho sentir ante la inutilidad de la ley de acceso a la información pública y los intentos del Gobierno por alinear a la sociedad a su criterio político desde los numerosos medios de comunicación que ahora controlan.

LA PRENSA/MVALENZUELA
“Aunque el Gobierno de Nicaragua pretende no escuchar el clamor de la gente y que no le importan las críticas, sí hay indicios de que lo que llega desde las redes sociales cala entre sus filas. Se ha tomado la molestia de conformar brigadas que se dedican a monitorear lo que se dice en estas redes, a replicar posiciones críticas a las acciones u omisiones del Gobierno, a establecer páginas propias para mover temas como el cumpleaños de Daniel Ortega, para echar cortinas de humo sobre temas potencialmente dañinos, como el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal o la comparecencia de organizaciones de la sociedad civil en CIDH para denunciar todas las violaciones de derechos humanos que contiene la concesión que Daniel Ortega (presidente inconstitucional) negoció con HKND”, dice Malespín.
NUEVO MAPA DE MEDIOS
Para Malespín, las redes sociales han obligado a los medios tradicionales, sobre todo a los de la familia Ortega, a tocar temas “que de otra manera habrían dejado pasar”.
“En otros casos, ellos mismos han filtrado algunos temas para quitar presión sobre temas que les molestan. El caso del concurso recientemente cancelado de niñas en Plaza Inter, las denuncias en contra de sacerdotes que han abusado y embarazado a menores de edad, el caso de abusos en colegios privados caros, el tema de la tarifa eléctrica, los supuestos abusos de policías de Tránsito, las presiones que reciben los empleados públicos obligados a ‘rotondear’, el famoso meteorito y hasta la manera cómo se administró el tema de los sismos de abril de 2014, son algunos ejemplos de cómo las redes sociales comienzan a acentuar su influencia en la toma de decisiones en el país. Ya le ganan la delantera a los medios tradicionales. Esto es mucho más evidente frente a los medios de propaganda de Ortega”, dijo.
“Con las redes sociales las personas tienen la posibilidad de comunicar algo sin intermediarios, de convertirse en testigos y a su vez en divulgadores al instante”. Carlos R. Fonseca M., especialista en comunicación y tecnologías de la información.
“Todos los controles del Gobierno, del partido y de los demás poderes del país, son estériles hasta ahora, para frenar este torrente de ciudadanos(as)-periodistas, desde las redes sociales”. Alfonso Malespín, periodista y profesor de Comunicación Social.
“Si vivimos inmersos en estas redes, es natural e inevitable que algunas expresiones digitales tomen forma de denuncia, periodismo ciudadano, activismo, colaboración y diseminación de la información para causas sociales”. Emilia Yang, especialista e investigadora en comunicación digital.

LA PRENSA/M.ESQUIVEL
CIFRAS
574,491 es el número de personas que siguen a LA PRENSA en Facebook, lo que sumado a sus 110,000 seguidores en Twitter, lo convierten en el medio de comunicación con más seguidores en las redes sociales de Nicaragua.
7,552,545 es la cantidad de líneas de telefonía celular en Nicaragua, según estimaciones de Telcor. La cifra es superior a la población nicaragüense de 6.1 millones de personas, de las cuales al menos 1.1 millones accede a internet.
709,454 nuevas líneas de telefonía móvil se estima en 2015, con lo cual el número de celulares en uso en el país superaría los 7.5 millones de teléfonos celulares en uso. Nicaragua creció 123 por ciento en 2014 en consumo de teléfonos.
18 es el lugar que ocupaba Nicaragua entre igual número de países de América Latina en cuanto a uso de Tecnologías de Información y Comunicación, pese al crecimiento en el consumo de teléfonos móviles, en 2014 . El rezago es enorme.
MENOS MEDIOS, MÁS VOCES
Para Mildred Largaespada, bloguera y experta en teoría e investigación de la comunicación social, el panorama de la información ya no es el mismo de antes: “Los medios de comunicación tradicionales (periódicos, radio, televisión, por ejemplo) eran los que elaboraban contenido comunicativo, noticioso, de entretenimiento, de análisis, de servicio social. Ahora no son los únicos. Los nuevos medios sociales como los blogs, Facebook, Twitter, YouTube, entre otros, también lo hacen. Digamos que los medios tradicionales tienen que compartir el espacio que antes era solo suyo”.
LOS CASOS SONADOS EN LAS REDES SOCIALES
En mayo del 2012, un cliente de una cadena de comida rápida subió un vídeo de pollos con gusanos que enfrentó a la empresa con sus clientes.
22 de junio del 2013, asalto y robo colectivo al movimiento #OcupaINSS enfrente del edificio del Seguro Social, por fuerzas de choque del Gobierno y policías de civil, contra jóvenes que apoyaban una protesta social de adultos mayores.
En octubre del 2013 las autoridades cerraron en Masaya el Shot Bar, luego de circular en las redes vídeos de jóvenes que eran instadas a desnudarse en un concurso de baile.
En abril del 2014, se reporta en las redes la denuncia de la muerte a flechazos de una perrita. El caso causó escándalo por la crueldad y el nivel socioeconómico de los sospechosos, llevando a abrirse una investigación oficial y movilizando a gente para protestar contra el maltrato animal.
Septiembre del 2014: las redes sociales se incendian con la denuncia de una explosión en las cercanías de la Fuerza Aérea, en Carretera Norte, Managua. Al día siguiente el Gobierno anuncia el impacto de meteorito y las acciones en las redes llegaron hasta la NASA y científicos globales que rechazaron la información, obligando al Gobierno de Nicaragua a enterrar el tema bajo el anuncio de una investigación que nunca empezó y mucho menos concluyó.
En 2014 se crearon páginas en Facebook para fiscalizar la calidad de los servicios y productos en los restaurantes y para denunciar abusos de agentes de Tránsito en la aplicación de multas y sanciones. Vídeos y fotos sobre estos temas se han hecho virales en redes y medios digitales.

LA PRENSA/ARCHIVO
Ver en la versión impresa las páginas: 6 A