Padres de familia de unas treinta comunidades de San Miguelito, Río San Juan, decidieron no enviar a sus hijos a las escuelas, como medida de presión para que el Gobierno retire definitivamente a miembros del Ejército y Policía, que desde diciembre tienen presencia en la zona.
Según un pronunciamiento emitido por los padres, en las escuelas, donde por años los niños han recibido sus clases, actualmente lo que se puede ver son armas de guerra y pertrechos militares (…), por lo que es evidente la afectación psicológica que los niños están viviendo en las comunidades.
Además, durante la marcha realizada ayer en El Tule, los campesinos anunciaron que el próximo 9 de febrero realizarán una marcha que será liderada por los niños y madres de las comunidades afectadas por la presencia militar y policial.
En la marcha de ayer, la número 22 a nivel nacional desde septiembre de 2014, los campesinos de El Tule y otras comunidades volvieron a dejar sus casas solas para protestar contra el proyecto del Gran Canal.
Para campesinos como José María Calderón, quien perdió un ojo producto del enfrentamiento que vivieron el 24 de diciembre contra antimotines en El Tule, participar en la marcha significa mucho. Es cierto que me falta un ojo, pero aún me queda uno y sobre todo mi conciencia para seguir luchando por mi linda Nicaragua, afirmó.
Rosendo García, habitante de El Dorado, recordó que la marcha de ayer, además de protestar contra el Canal, es por el Día Mundial de los Humedades, ya que San Miguelito tiene un sistema de humedales.
Estamos cumpliendo la marcha número 22 y podemos llegar hasta mil si es posible, pero no nos vamos a detener, marchando sobre los cadáveres si es necesario, aseguró García.
Hasta el lugar de la marcha en El Tule se trasladaron algunos de los miembros del Comité Nacional, entre ellos Francisca Ramírez y Julio Espinoza, de Nueva Guinea; Nemesio Mejía y Medardo Mairena, de Punta Gorda.
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