Los campesinos de Nueva Guinea que serán perjudicados por la construcción del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua se han movilizado una vez más para manifestarse en contra de la megaobra y desde este viernes se congregan en la entrada del poblado, en el kilómetro 280 de la carretera Managua-Nueva Guinea.
“Tenemos nervios, esto parece que vamos rumbo a una rebeldía nacional, la gente se mira en movimiento y la presencia de miembros del Ejército nos tiene preocupados”, expresó doña Eulogia García.
Los campesinos en protesta en el tranque entregan papeletas a quienes pasen por el lugar. “Ortega vendepatria, nicaragüenses digamos no al Canal”, se lee en algunas.
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Algunos de los afectados dejaron sus propiedades en manos de sus hijos y esposas para realizar un tranque parcial, que está previsto a ejecutarse la tarde de hoy.
El objetivo, según ellos, es evitar que los trabajadores de HKND Group —empresa del chino Wang Jing—, concesionaria del proyecto del Gran Canal Interoceánico, invadan la zona, donde se ha perdido la tranquilidad.
“No vamos a cerrar el tráfico permanente (mente), va a ser parcial. Vamos a detener los vehículos para revisarlos y ver si hay chinos para bajarlos, porque no vamos a permitir que vayan a medir nuestras propiedades, ni tampoco a robárselas. Decimos robárselas porque no hemos recibido ninguna clase de propuesta, solamente han querido medirlas”, explicó Celestino Suárez, quien tiene desde hace diez años una finca de 120 manzanas en el distrito La Unión.
DICEN NO TENER MIEDO A LA REPRESIÓN
La idea de los campesinos es expresar su rechazo de forma pacífica, pero aclararon que si los agentes de la Policía Nacional los agreden, ellos responderán de la misma manera porque en la Constitución Política se establece la libertad de expresión y, ante todo, no tienen miedo a la represión, mecanismo recurrente del Gobierno para sofocar protestas.
Martín Oporta es uno de los muchos que no están dispuestos a entregar sus tierras. Él, quien no muestra cansancio pese a que ha participado en las marchas realizadas en Nueva Guinea y hasta en la de Managua, indicó que si es necesario morir por defender su propiedad, lo hará.
Desde que supo que sus tierras están ubicadas donde pasará la ruta del Gran Canal, Oporta decidió llegar a las últimas consecuencias. “Si es posible ofrendar nuestras vidas en nombre de nuestros hijos, pues lo vamos a hacer y de aquí no nos vamos (entrada a Nueva Guinea) hasta que veamos que logramos una consideración del Gobierno”, advirtió.
Está previsto que en toda la mañana de hoy lleguen más ciudadanos de las comunidades La Fonseca y La Unión para fortalecer la protesta, que ha provocado presencia policial a escasos metros de la entrada a Nueva Guinea.
Para evitar un bloqueo parecido a la marcha de la capital, esta vez descartaron llegar en camiones y optaron por caminar una parte y luego abordar buses “ruteados”.
ANTIMOTINES EN SAN MIGUELITO
Por partes, alrededor de 150 antimotines fueron trasladados la noche del jueves en varios camiones a San Miguelito, Río San Juan, y unos veinte efectivos esperaban a unos metros del kilómetro 260, sobre la carretera Acoyapa-San Carlos, donde campesinos permanecen en un tranque, en contra de la expropiación de sus tierras y la militarización de las comarcas donde han trazado la ruta del Canal Interoceánico.
Asimismo, los agentes de las fuerzas especiales de la Policía Nacional se apostaron a eso de las 5:00 a.m. de ayer frente al rancho La Luz, propiedad del ganadero Rubner González, mientras los campesinos que bajaron de las comarcas se turnan para mantener el tranque, permitiendo el paso de los vehículos cada veinte minutos. Aseguran que se mantendrán firmes hasta ser escuchados por el Gobierno.
Danilo Lorío González, líder del Movimiento en Defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía Nacional, señaló que a través de una comunicación telefónica con el párroco de San Miguelito, Félix Trigueros, se le informó sobre la posible mediación del obispo de la Diócesis de Chontales y Río San Juan, Sócrates René Sándigo, quien se encuentra en San Miguelito.
SUS DEMANDAS
“Nosotros mantenemos nuestra posición, pedimos la derogación de la Ley 840 y que los militares abandonen la zona porque nos sentimos amenazados en nuestras propias tierras. Los chinos entraron en camionetas y ni la cara les hemos visto, no permitiremos a los chinos aquí”, sentenció Lorío González.
El productor Francisco Ramírez, de la comarca Quebrada Seca, manifestó: “Estamos en esta protesta pacífica porque queremos que el Gobierno nos dé respuesta, que no ponga oídos sordos, estamos viviendo en zozobra”.
Francisco Javier Dávila, de El Dorado III , declaró: “Tenemos cuatro días de estar militarizados, hay muchos armados en toda la ruta desde El Palmichal, Quebrada Seca, El Roble, Dorados I, II y III, El Fajardo hasta El Tulito. Su presencia es una amenaza, sentimos que de un momento a otro vamos a ser desalojados de nuestras propiedades”.