MÉXICO/AFP
La Cámara de Diputados mexicana inició este lunes la discusión de las leyes reglamentarias de una histórica reforma energética, en medio de protestas del principal partido de la izquierda, que se opone a la apertura del sector a las compañías privadas.
La Cámara baja arrancó un periodo extraordinario de sesiones para aprobar la reforma, que ya obtuvo el visto bueno del Senado en diciembre pasado con los votos del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) y del conservador PAN (Partido Acción Nacional).
La reforma constitucional en materia energética pone fin al monopolio ostentado por el gigante estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) durante 75 años en la exploración y explotación de recursos energéticos, y permite que entren a competir empresas privadas nacionales y extranjeras.
Esta legislación ha sido la más ambiciosa de la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018) y también la más contestada, ya que cuenta con la oposición del izquierdista PRD, que ha convocado a una serie de manifestaciones ciudadanas en los últimos meses, y de prestigiadas personalidades mexicanas como el oscarizado director de cine Alfonso Cuarón ('Gravedad').
Este mismo lunes el PRD (Partido de la Revolución Democrática) lideró una protesta frente a la Cámara de Diputados para volver a denunciar que la reforma pretende entregar las vitales rentas petroleras de México a grandes multinacionales.
Estamos aquí “para decirle al pueblo de México que la lucha no termina, que la lucha continúa, que no debemos cejar en nuestro empeño por defender lo que es de la nación y lo que es de las familias de México”, dijo el presidente del PRD, Jesús Zambrano, a los varios miles de manifestantes.
Zambrano tildó de “traidores a la patria” a los diputados que aprueben el reglamento al asegurar que “el pueblo de México no los eligió para que representaran los intereses de las trasnacionales”. El PRD trata de convocar una consulta popular para derogar la reforma energética.
De su lado, Peña Nieto defiende que la reforma energética modernizará a Pemex -la compañía que aporta más de un tercio de los ingresos del Estado- e impulsará la producción de crudo, que cayó drásticamente en la última década desde los 3.4 millones de barriles diarios que se extraían en 2004 a los actuales 2,47 millones.
Pemex volvió a dar el viernes un reporte de fuertes pérdidas, en este caso por 52,988 millones de pesos (4,000 millones de dólares) correspondientes al segundo trimestre de 2014.