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VIH/Sida: lecciones para AL

Bjorn Lomborg

En el Día Mundial del Sida escuchamos una considerable retórica sobre la importancia de intensificar la lucha contra el VIH. En América Latina (AL), el financiamiento del VIH/Sida es mejor que en muchos otros lugares, con un 80 por ciento proveniente de presupuestos nacionales, pero aún así hay un límite para el financiamiento adicional. Esto hace que el gasto inteligente sea cada vez más importante. Tales políticas inteligentes son el tema del libro RethinkHIV: Smarter ways to invest in ending HIV in Sub-Saharan Africa (Repensar el VIH: Formas más inteligentes de invertir para terminar con el VIH en el África subsahariana).

Una colaboración entre la Rush Foundation y el Copenhagen Consensus Center, posibilitó un proyecto que fue el primer intento exhaustivo de utilizar el análisis costo-beneficio para ayudar a identificar las mejores intervenciones para combatir el VIH a lo largo del África subsahariana. La investigación fue llevada a cabo por los principales economistas del VIH, junto con epidemiólogos y demógrafos. Pero ¿por qué llevar el análisis de costo-beneficio al problema del VIH/Sida, y qué lecciones podemos aprender de este proyecto para aplicar en AL? Hay señales positivas que emergen de AL en la lucha contra el VIH/Sida. Las personas con la enfermedad viven más tiempo y el número de nuevas infecciones parece haberse estabilizado. El número de niños que se infectan se ha reducido en un 24 por ciento. Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. El número de enfermos de sida en la región se estima en 1.5 millones, y aún se registraron 86,000 nuevas infecciones el año pasado. La mayor concentración se encuentra en grupos para quienes los tabúes sociales les impiden buscar tratamiento: trabajadores sexuales, consumidores de drogas intravenosas y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Debido a que se han gastado miles de millones de dólares afrontando este desafío, hay que centrarse en determinar su eficacia. Muy a menudo, el análisis sobre la efectividad del programa es insuficiente y, en el peor de los casos, el dinero se gasta en enfoques como la promoción de la abstinencia, sin evidencia fiable sobre sus beneficios.

La investigación en RethinkHIV deja en claro que no hay un santo remedio para la epidemia. Dean Jamison, de la Universidad de Washington, y Robert Hecht, del Instituto Results for Development, realizaron el primer análisis costo-beneficio sobre el VIH y la investigación de una vacuna para el sida, y hallaron que probablemente, al ritmo actual de progreso, estemos varias décadas alejados de los avances que realmente podrían significar una generación libre de VIH.

Pero, su análisis también muestra que una cantidad relativamente pequeña de los fondos adicionales dedicados a la investigación de la vacuna podría tener un impacto sustancial en acelerar los avances. Por cada dólar gastado en la financiación adicional de la vacuna, los beneficios en evitar infecciones y muertes por VIH podrían ir más allá de los US$11 —y eso sin incluir los mayores beneficios para la humanidad derivados de un mayor conocimiento sobre las vacunas—.

Charlotte Watts, Michelle Remme y Anna Vassall de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, destacan la importancia de ir más allá y dejar de enfocar el VIH y Sida como algo exclusivo del área de salud. El VIH hace tiempo que dejó de ser un mero problema de salud pública, especialmente en los países con epidemias generalizadas graves, en los que hay una fuga aguda de los recursos. Argumentan que nuestra respuesta a la enfermedad tiene que adaptarse a esta realidad. Los donantes y los gobiernos ya no pueden darse el lujo de pasar por alto las inversiones que combatirían el VIH y otros problemas de desarrollo y de salud al mismo tiempo.

Watts, Remme y Vassall indagan en la inversión en la educación de las niñas como una política con claros beneficios para el VIH —las niñas que permanecen en la escuela tienen relaciones sexuales más tarde—, así como beneficios en la salud y el desarrollo. Por cada dólar gastado, podríamos terminar ofreciendo más de US$7 de utilidad, aunque el beneficio del VIH mismo es bastante pequeño. Los impuestos sobre el alcohol también tienen múltiples beneficios, incluyendo ventajas en el VIH: menos excesos en la bebida significan menos conductas sexuales riesgosas. Los esfuerzos por reducir la violencia de género constituyen otra política que debe ser reconocida por sus efectos sobre el VIH.

RethinkHIV destaca muchas maneras de gran alcance en el costo-beneficioso para intensificar la lucha contra el VIH. Una de ellas es la circuncisión masculina adulta, siendo cada vez más reconocida como una herramienta para reducir la transmisión sexual heterosexual, de mujer a varón. Los economistas muestran que la reducción de la morbilidad y la mortalidad por el VIH, puesto en términos económicos, le cuesta más de US$13 a la sociedad, por cada dólar gastado por los responsables de las políticas. Y argumentan que la circuncisión masculina infantil, que es más barata y tiene menos complicaciones, también debe ser vista como parte de una respuesta a largo plazo a la epidemia del VIH.

El debate sobre las prioridades es vital. Por supuesto, debemos cuestionar los modelos y las estimaciones de los economistas, y el análisis de costo-beneficio no debería ser el único promotor de las decisiones políticas. Pero los riesgos son demasiado altos como para no hacer la pregunta: ¿Cómo podemos obtener el mayor beneficio por cada dólar que se gasta? El proyecto RethinkHIV puede proporcionar una hoja de ruta importante para América Latina, mientras transita la carrera contra el sida. El autor es de los best seller El ecologista escéptico y Cool It, director del Centro para el Consenso de Copenhague, y profesor adjunto de la Escuela de Negocios de Copenhague.

Opinión Latinoamérica vih archivo

COMENTARIOS

  1. fernando
    Hace 10 años

    Yo creo que demasiada gente ha muerto innecesariamente. Hay que repensar la “doctrina oficial” de la comunidad médica tradicional con respecto al tratamiento del sida, y recordar que la ciencia no está supuesta a defender ningún dogma, sino que su función es la continua búsqueda de respuestas. Yo creo que hay demasiadas preguntas en la doctrina oficial para con respecto al sida, que no han sido consideradas suficientemente: 1) Porqué recurrir a la localización del anticuerpo del sida. Sig

  2. fernando
    Hace 10 años

    2)… si es verdad que el virus ha sido aislado. 2) ¿Porqué la cantidad de gente “infectada” se ha mantenido casi invariable a lo largo de estos 30 años, siendo el sida, la enfermedad contagiosa más peligrosa de la historia? 3) ¿Porqué es que habiendo tantas personas trabajando alrededor del virus no hay casos de científicos infectados?.4) ¿Porqué es que los efectos secundarios de la AZT son idénticos a los síntomas del Sida? 5) ¿Porqué es que no hay un científico a quién atribuir

  3. fernando
    Hace 10 años

    3)… “teoría de que el virus VIH produce el Sida?.6) ¿Porqué es que la “epidemía” de Sida no ha salido de los grupos de alto riesgo siendo como se dice, el Sida, una enfermedad transmitida sexualmente?. 7) ¿Como se entiende el hecho de que personas infectadas tengan sexo con otras personas y que estas no se contagien?. Ningún preservativo puede bloquear el paso del virus durante el acto sexual, los poros de todos los preservativos (incluso de latex) permiten el contagio. Garynull.com

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